Esta colección de programas en tres temporadas exhibe el ambiente de corrupción de Ciudad Gótica cuando Jim Gordon inicia su carrera policíaca, luego de pertenecer a la Marina.
La policía es parte de las mafias de la ciudad o se venden fácilmente. Atrapado, Jim Gordon, se ve obligado a matar al Pingüino en un muelle como parte de la extorsión de los maleantes mientras investiga el asesinato de los padres de Bruce Wayne -el futuro Batman-.

Se perfilan desde la primera temporada los personajes como Alfred -mayordomo- y enigma -o acertijo-, además del mencionado Pingüino. Vamos comprendiendo cómo la injusticia de las clases sociales, ricos contra pobres, son el ambiente propicio para una guerra social que llevará a la generación de nuevos delincuentes como el Guasón que vimos en la reciente película de El Jocker -en su versión en inglés-, protagonizada por Joaquín Phoenix.

Es tal el abuso de los ricos y poderosos, que es entendible la existencia de tipos con ansiedad, sufriendo la pobreza, la persecución, la injusticia; desamparados, apresados, vulnerados incluso en sus facultades mentales, capaces de llevar a cabo actos de venganza contra quienes ellos piensan, han causado su desgracia.
Las historias de los comics se reflejan en la serie, no sé si de forma fidedigna o más bien respondiendo a las nuevas condiciones sociales de las ciudades del mundo, cuando la muerte de civiles por los intereses económicos, arrebata la tranquilidad de las personas y pone de los pelos a las policías, que no saben y no pueden lidiar con los criminales, muchos de ellos, sus propios jefes corruptos y políticos en turno.
Si las películas y series de hoy día tienen algo en común es la respuesta a interrogantes actuales de la sociedad, porque se exigen historias relacionadas con el presente de los espectadores y como base del éxito literario que implica salvar a nuestro mundo con personajes que podrían ser cualquiera, pero que se vuelven héroes por sus decisiones.