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En todo el mundo, la educación está en crisis. Para entender por qué, es necesario revisarla y conocerla, pero el exceso de información se ha vuelto tan compleja que difícilmente podemos entender el rumbo al que deberíamos llevarla.

El sistema educativo como lo conocemos nació en el periodo de la revolución industrial, porque los hombres y quizá entonces pocas mujeres, al llegar a trabajar en la industria, no eran responsables, ni aseados, ni puntuales, ni honestos. Quizá se robaban la herramienta, les importaba poco su educación social como el respeto. Así, promovida también por los empresarios, la escuela servía para preparar a sus futuros empleados.

 

Educación actual

Hoy día no es diferente. Se siguen planes de estudio para satisfacer la demanda de los procesos productivos del país. Si quieres que te den trabajo, debes estar a la altura de la competitividad laboral. Y claro, se valen de la conciencia social que subraya el consumismo, ¿quieres tenerlo? Debes pagar por él. ¿Quieres triunfar? Entonces aplícate, aprende, más títulos significa mejor pagado.

Todas esas falacias mueven a las sociedades contemporáneas. Todo el sistema educativo gira en torno al consumo y la productividad, rara vez se explora en la ciencia y el conocimiento profundo, cada vez se nota más el marcado interés por hacer todo rápido, sin reflexión, sin pruebas, ensayo, estudio, experimentos, descubrimientos.

La escuela o se olvidó o nunca se interesó por el aprendizaje científico, la alimentación de cerebros para explotar la creatividad, la curiosidad, la innovación, la ciencia. Los sistemas políticos incluso la aprovecharon para sembrar el patriotismo, la civilidad, la solidaridad. Quede claro que no es del todo malo; sí la intencionalidad de infundir en los humanos las ideas de los tiranos.

El fracaso se nota en los primero años

Nuestros niños y jóvenes pierden el interés por el conocimiento a los pocos años de permanecer en el sistema educativo, porque está hecho para desvirtuar su valor, mostrándoles que es una pérdida de tiempo investigar, mejor deberían encontrar soluciones prácticas, rápidas, sin reflexión. No les interesa leer, ni establecer hipótesis, ni investigar. No hay pasión científica. Eso de probar y comprobar ya no es lo suyo. Quieren terminar pronto y cobrar su primer cheque cuanto antes.

¿Deseamos que nuestros niños terminen siendo soldaditos de la productividad y el sistema establecido? ¿Que se pongan su primera corbata o su primer vestido para parecerse a los demás? ¿Para responder ante una sociedad que sólo quiere explotar su juventud como vendedores o usuarios de máquinas que producen? ¿Dónde dejamos el interés por el arte, la cultura, el conocimiento y la ciencia? Seguramente usted que lee esto ha estado rechazando la lectura por mucho tiempo.

Consumismo vs humanismo

El valor del humanismo se ha perdido; en su lugar, el consumismo ha reemplazado su capacidad de observación, su curiosidad científica, su hambre de aprender, por su fervor de adquirir. Cuando era un niño o niña, amaba experimentar, se arriesgaba, exploraba. aprendía a mil por hora.

Hoy se sienta en su círculo de confort, no busca respuestas, no debate sus valores, justifica su poco deseo de resolver enigmas, de realizar operaciones para calcular riesgos, etc. Y de ese modo, también está a expensas de ideologías baratas, homogeniezadoras, manipuladoras, controladoras.

Les invito a ver esta película para completar su reflexión sobre el tema. Empiece a juzgar, a criticar la educación que adoctrinará a sus hijos. No voy a decirle cómo debe educarlos, ese es asunto suyo, no voy a sugerirle qué libros debería leer, no por ahora. Pero si debe cambiar su postura cómoda por una más retadora, crítica, instigadora, escéptica. No todo lo que recibe de la educación es bueno, ni tiene buenas intenciones, ni está ahí para darle sentido a su vida o satisfacer su espíritu.

Educación en modo «obedece»

Escúchelo bien, la mayor parte de los conocimientos que se reciben en el sistema actual del mundo son para aceptar que unos y sólo ellos, son los gobernantes, los poseedores de una única verdad, y que usted o sus hijos, no tienen posibilidad de aportar, ni de cuestionar, ni de pelear por un mundo mejor. Para usted todo será obligación, cumplimiento del deber, autocontrol, aceptación de los parámetros sociales, pagos, impuestos, etc.

Sólo piense en esto: ¿quienes realmente dan los empleos? ¿Por qué entonces el gobierno siempre dice que creará más empleos? ¿Quién en realidad genera riqueza? ¿Es el gobierno? No. El gobierno no produce nada, es un parásito social que se impone y exige ganancias de todo lo que la gente intercambia. ¿Por qué hablan de que han generado riqueza? ¿Que han logrado mejoras en la economía?

Maestros robots

¿Lo nota? Todo está desvirtuado. La filosofía es una ciencia repelida, mal pagada, mal vista, casi puedo asegurar que usted piensa que es innecesaria. Porque esa es la meta del sistema educativo actual: generar robots defensores de un sistema social caduco, denigrante, deshumanizador, etc. Y los maestros también son víctimas del mismo sistema, obligados a seguir programas estatizadores, en lugar de ser los grandes revolucionarios culturales del mundo, creadores de genios, sembradores de ideas que dignifiquen a los humanos. Sin embargo, se les tiene por revoltosos, retrógradas, enemigos del progreso, incultos, porque en gran medida no son ellos sino los sistemas a los que han sido amarrados para no poder volar, no pensar por ellos mismos, no poder aplicar nuevas teorías de la educación. No tienen tiempo ni de leer por estar llenando formatos oficiales, se les cargan de horas frente a grupo como adiestradores de ganado. Se les enjaula en libros con sesgos políticos.

No le miente la madre a los maestros, regáleles un libro, invítelos a conferencias magistrales, págueles un diplomado, rételos con cuestionamientos, deles hijos rebeldes, inquietos de conocimiento, autodidactas, tendrán que estar a la altura de sus buenos alumnos. Olvídese de las calificaciones, de las tareas kilométricas, incentive el aprendizaje, no les dé la tarea hecha, no los obligue a terminar tareas absurdas. Mejor cuestione a los directivos el sistema educativo que le dan a sus hijos. Y no deje de ver esta película, compartirla y discutirla con los maestros de la escuela de sus hijos.

Publicada originalmente en La Jungla de Mariano

revolución educativa

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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