Comparte:

El dios que dijeron, aquel que definieron como todo-poderoso, bondadoso, siempre presente, en todos los rincones del universo conocido y desconocido. Si es así, si realmente existe un dios así, ¿necesita un libro promocional?

La Biblia

Un conjunto de relatos cuyo personaje principal se hereda de escritor en escritor hasta convertirse en leyenda, conocido como dios, va adquiriendo distintas facetas para ir resaltando sus cualidades: creador del universo (génesis), exterminador del mal del mundo (diluvio), inspirador de ilusiones proféticas, salvador de los esclavos (éxodo), mesías redentor (evangelios), juez final (apocalipsis).

Así es la biblia, ese conjunto de libros organizado en 72 libros entre históricos, teológicos y proféticos que pretende, como Sherezada (Las mil y una noches), ir armando una literatura conocida como hebrea.

Sufrió discriminación de muchos libros que, a juicio de Constantino, el fundador efectivo y real de la Iglesia católica, no convenía incluir en el compendio llamado biblia y, en su lugar, ordenó la escritura de otros cuentos que servirían para mejorar la edición de la obra.

Funcionó. A lo largo de los siglos, se consolidó una masa ingente de seguidores que se reúnen cada semana para elogiar la hazaña editorial.

¿Dios necesita un libro?

Ahora vemos que sí. Sin él, ningún creyente en esa fantasía es capaz de sostener un debate lógico, inteligente, argumentativo. Lo necesitan para poder mantener sus creencias, como única referencia citable, aún que muchos saben la manipulación que sufrió, descartan a priori que eso haya sido en perjuicio de la divinidad.

Para sostener la existencia de dios, requerimos salir de nuestro ser, de nuestra muy humana facilidad para auto engañarnos, inventarnos cuentos, y demostrar con evidencias irrefutables que está ahí, que todo lo ve, que todo lo puede, que todo lo sabe y que es infinitamente bueno.

Si existiera, se vería aunque fuera invisible, por ese poder que dicen que tiene. Su bondad infinita sería suficiente para contagiar a sus criaturas (los humanos y otras especies), de una bondad mínima aceptable; eso no sucede.

Si dios todo lo ve, me parece una cualidad demasiado depravada (estar metido en homicidios y fornicaciones). Si todo lo sabe, esto sería absolutamente aburrido (y no lo es). ¿Qué chiste tendría saber el final de una historia? ¿Para qué buscar las llaves si sabes dónde están? ¿Por qué esperar que mi comportamiento sea bueno si ya sabe que va a ser bueno/malo?

Promocionarse con un libro

Como escritor, yo promuevo mis novelas. Sin ellas, nadie me invitaría a programas de medios masivos para difundir mi persona. ¿Qué chiste tendría? Sólo por la novela, adquiero visibilidad, pues no cualquiera escribe un libro y mucho menos 10, y de ellos publica 5. Ni dios si consideramos que sólo tiene uno (la biblia). Justo es decir que lo conforman 72 historias; pero, la firman distintos autores.

El Corán o la Biblia son obras muy antiguas, nuestro conocimiento del Siglo XXI nos permite adentrarnos en un análisis profundo que permite esclarecer de dónde surgieron y cuál fue su verdadera intención y esa fue la de crear a un dios a nuestra imagen y semejanza.

Un dios que tiene sed, necesita ser alabado, bendecido, recordado y que lo tengas presente todos los minutos de tu vida; un ególatra enfermo, un histérico, iracundo y sofista medieval que propone un infierno como castigo si no le sigues, si no vives comprometido con sus ideales, aunque te haya proporcionado libertad de decisión.

Es un dios celoso y que para perdonarte necesita sacrificarse a sí mismo, demasiado drama, la tragedia griega se quedó corta, pero exageró tanto que se descompuso (inverosimilitud). Tuvieron que crear una segunda parte a la saga para tranquilizarlo y mostrarlo como bondadoso, un bombón, un pan de él mismo.

Ahora bebe su sangre como buen vampiro y come su carne sin convertirte en caníbal. Al final, te juzgará en el apocalipsis de su esquizofrenia, no importará que hayas sido un asesino serial si te arrepientes.

¿Cuántas aberraciones más?

Creer que hay suficiente agua en el planeta como para inundarlo todo es una verdadera locura, y pensar que sólo dos especímenes por animal salvarían sus especie es ilusorio, con tanta mortandad que se da sólo para que subsista la biodiversidad. ¿Qué tal que un tipo tenía fuerza por su melena?

¿Qué tal vagar 40 años por el desierto en un tramo que recorres en 13 horas? ¿Y el pan que cae del cielo, por qué ya no lo manda, ahora que hay tanta miseria mundial? Falacia tras falacia no hacen más que confirmar el hecho de que la biblia no es más que una interesante literatura fantástica.

¿No te gusta? Adelante… opina. Pero no lo tomes a personal.

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *