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Constantemente se publican artículos indicando que un ateo no debería tomar vacaciones en la que se conoce como semana santa, pues es una conmemoración de los últimos días de Jesús en la Tierra. En estricto sentido, los ateos no deberían tomar vacaciones de semana santa.

Apenas ayer escuché a un creyente sobre sus propias vacaciones. Me dijo que cuando era joven, digamos unos 22 años de edad, pues ya recibía un sueldo. Vivía con su madre y contó que cuando llegaban estos días, ella le exigía asistir a los eventos religiosos del jueves santo. Al día siguiente, el joven, aburrido, le dijo a su madre: «si Dios ha de escuchar tus plegarias, lo puede hacer también en la playa». Dijo que desde entonces, la familia salía a pasear en esos días a la costa.

Así, los creyentes «justifican» sus días de vacaciones en lugar de asistir a ceremonias religiosas. Supongo que habrá muchas otras formas de explicar por qué las playas se llenan de personas en estos días, pues no todos, supongo, son ateos. De hecho, las capillas de las ciudades turísticas tienen lleno total también en esos días, para que, al salir del Vía Crucis, puedan correr a la playa.

¿Puede un ateo tomar vacaciones de semana santa?

Para los ateos, eso de «santa» no lo es.  Muchos de ellos corrigen el nombre de la semana intencionalmente, llamándole «semana mayor» para no hacer referencias religiosas a los días «especiales», más por los asuetos casi obligados que por el fervor espiritual.

vacaciones de semana santaLa organización social ha hecho que, para empezar, no se trabaje en domingo (en otras creencias es el sábado) y así, todas las semanas deberían considerarse religiosas. Eso no hace que los ateos tengan que trabajar todos los días. Además, hay creyentes que trabajan en domingo, pues su empleo nada tiene que ver con sus ideologías religiosas. (Hay religiones que sí tienen prohibido laborar y hacer algunas actividades específicas en los días indicados).

Así, los ateos trabajan cuando es necesario; nada importa si se adaptan o no al calendario «gregoriano» (en el sentido religioso). Si en estos días de la semana mayor no trabajan porque la ciudad entera se vacía debido a las «vacaciones de semana santa«, ¿qué caso tiene abrir un negocio o asistir a un empleo que tampoco va a laborar? Se adaptan, como todos, a los calendarios de los clientes.

¿Es un acto de irreverencia no asistir a las ceremonias?

Como la historia del joven creyente de arriba, quien considera que Dios le escucha también en la playa, no es «malvado» o «demoníaco» faltar a los eventos religiosos. Simplemente, la vida, el empleo, el cierre de escuelas y más, dan la oportunidad casi única de salir de la rutina y darse unos días en las playas. Ningún pastor de iglesia debería infundir miedo (por el pecado) a sus feligreses sólo porque van a divertirse (aunque esperemos sea sanamente y con respeto a la naturaleza, a los ateos, a otras formas de ver la vida).

¿Comer carne?

Los ateos, al no creer ni en la biblia, ni en dios, ni en Jesús, Mahoma o Buda, no tienen obligación de hacer la tradicional abstinencia religiosa. Ellos piensan que si dios no existe, la iglesia y sus preceptos son innecesarios. Hacen su vida fuera de ese ambiente y se organizan como mejor les plazca.

Comer carne, tener sexo fuera del matrimonio, ausentarse de funerales y otras acciones que algunos ateos realizan, en primer lugar, no las consideran algo malo (pecado), en segundo lugar no es costumbre de todos los ateos, sino decisión de cada uno y en tercer lugar, no son exclusivas de los ateos, pues muchos creyentes, aún considerando que son «pecado», las hacen.

Así que vayámonos todos de vacaciones de semana santa y dejemos a los creyentes sufrir en estos días.

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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