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No sabes cuán triste es tu lejanía, y mientras como el recalentado patrio de un rico pozole, pienso en ti. ¿Cómo no hacerlo? Siempre estamos juntos y hoy te fuiste. No como siempre, como nunca. Te ibas para decirme cuán alegres amistades tienes; pero te has ido porque no me quieres ver.

Mientras sopeo las semillas del maíz, dos lágrimas han ido a mezclarse con el caldo. Como solíamos hacer tú y yo nuestras alegrías, mezclándolas con la somera convivencia del día a día. Empero tengo un nudo en la garganta que no me deja tragar como es costumbre. Te extraño aunque sean unas horas, dos días o una semana. Mi bandera está a media asta.

Dos lágrimas

Mis motivos para mantener abiertos los ojos en la conciencia se agotaron. Deseo, debilitado, sin ánimos de lucha, caer en un profundo sueño para no recordar que ahora no estás; más aún, por qué no estás. Los parpadeos son dos lágrimas de inerte soledad, demostrando al plato que intentaba disfrutar, que sólo son un par de días, que se volvieron eternidad.

pozole dos lágrimasNo pretendo ser el centro de tus decisiones, ni siquiera anhelo que pienses todo el día en mí. Tengo claro que es tu vida, son tus sueños y la grandeza a la que sin duda llegarás; es la triste y vana historia de mi vida sin tu amor.

Fuiste siempre una bella personita, que con alegría llenaste día a día de felicidad las innobles pocilgas que pude darte. Ya crecida te disfrazas para ver pasar en ti, la infinidad de personalidades que te atraen y no acabas por definir tus perspectivas. Suele pasar, créeme que lo entiendo. No en vano, los años me enseñaron, que el amor es incondicional.

Ni soberbia paternal, ni egoísmo personal. El terror de verte desmoronada, lastimada o preocupada es sólo el principio de mis pesadillas, más que dos lágrimas. Sigue siendo mi premisa universal: sé feliz, que en ello se va mi vida entera. Ay de aquellos que te impidan sonreír. Muera el mal gobierno si planea ensombrecer tu efusiva forma de tomar el tiempo a tu favor.

Cada bocado duele al pasar, sigo sintiendo náuseas por el mal rato que nos hizo discutir. Pienso en ti en todo momento, lloro tanto que el pozole se ha vuelto sopa y sólo trato de mantenerme con vida hasta que vuelvas a sentirte feliz.

En la columna lateral, arriba: Formulario de suscripción. ¡Gracias!
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Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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