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No muy estimado Sr. Nicolás Maduro:

No le envío un cordial saludo, sino un enérgico reproche. Déjeme decirle que no podría estar más de acuerdo con usted en aquello de la invasión estadounidense, no sólo en Venezuela, la amada tierra del legendario Libertador, Simón Bolívar, sino en el resto de mundo, incluida mi patria, México.

Coincido también con su ideología de izquierda, aunque no en el ala extremista que a usted parece convenir. Yo no estoy en la izquierda por querer el poder o por personajes históricos o actuales que dictan su forma de ver la izquierda. Creo en la democracia, a diferencia de usted, y valoro mucho el esfuerzo de los pueblos por contrarrestar al poder enfermizo que tienen las derechas.

La gente necesita ayuda, ha sido sometida, empobrecida, manipulada, esclavizada y no veo que ni las izquierdas ni las derechas de las esferas políticas tengan mucho interés en revolucionar todo en beneficio hacia los más necesitados y me parece pervertido pensar que los menos necesitados sean quienes tengan que mantener a los pobres; de hecho los últimos, si no los jodieran, saldrían adelante solos.

Carta a Nicolás MaduroLos sistemas políticos no están ayudando mucho a solucionar los problemas que tiene el mundo. Por el contrario, los modelos neoliberales en contubernio con los grandes capitales y el crimen organizado, están empeorando la situación. Quisiera pensar que hay izquierdas realmente comprometidas con la población, pero resulta que todos los líderes se enriquecen y dejan todo peor de lo que estaba, incluido usted, señor poco Maduro.

Enemistarse con todo el mundo es ridículo. Quizá usted piensa que con eliminar a la oposición está haciendo un bien a su país, pero lo está matando. Creo en la libre determinación de los pueblos, pero su esquizofrenia por «defender» a su país del «imperialismo yanqui» condena a su país a una guerra civil absurda, innecesaria si hubiera diálogo abierto. No sea estúpido.

Carta a Nicolás Maduro

¿Cuándo van a entender que para evitar la invasión yanqui que usted quiere repeler, sólo hace falta unidad real nacional? Acérquese a la oposición, escúchelos, enséñeles aquel atisbo de yanquismo que ve en ellos para que no se dejen manipular por fuerzas extranjeras y acuerden el país que necesitan. Luego trabajen por ello en conjunto.

Tienen como nación una riqueza que, ciertamente la derecha antes de la llegada de Hugo Chávez, estuvo a punto de comprometer con los americanos del norte; su comandante fallecido y reencarnado en un pajarito tampoco hizo mucho por consolidar la industria petrolera; no supo administrarlo. Pero irse al otro extremo es jugar con fuego. Ya lo ve. Hoy día el mundo entero está en su contra porque ellos, los yanquis et al, manejan los medios de comunicación. No podrían contra usted si fuera eficiente en su trabajo, si la gente en Venezuela no estuviera sufriendo hambre, devaluaciones y fraudes.

¿Fraudes? ¿Quién dijo fraudes? Usted, señor –cara de papa- Maduro, pretende que creamos sus farsas democráticas. A leguas se nota que tiene muy poca capacidad de convencimiento. Ni con ideologías sembradas, pagadas y repetidas una y otra vez habrá una población convencida realmente de sus patrañas. Tenga en cuenta que el Siglo XXI ha facilitado con la tecnología la amplia comunicación de las masas, ya no es fácil engañar a nadie. Ni las iglesias están sobreviviendo a ello.

Pero si lo pretende, de cualquier modo, habrá alguien que acabe con usted como acabaron con El Chivo. Encontrarán a uno que sepa sobre sus mentiras y dará la vida por su patria. Es fácil traicionarle. Si tuviera, como en México, una complicidad amplia en la casta política, podría permanecer impune como el presidente Peña Nieto, pero desde China se puede ver que usted no tiene el arraigo ni en la oposición ni con sus propios legisladores; muchos de ellos están en abierta rebeldía con su gobierno.

Pongamos que gana todo lo que desea, que Rusia, China e India le apoyan y logra su nueva Constitución para estirar el tiempo que permanecerá en el poder. ¿A costa de su pueblo? ¿Empeñando la riqueza de sus tierras? ¿Matando gente? ¿Pasando a la historia como un criminal? ¡Qué pocas aspiraciones políticas trascendentales tiene! Lo único que le importa es el hoy y cómo evadir la muerte lo más posible. Instinto, sólo eso. Es usted, entonces, un animal, con perdón de los ofendidos animales.

Carta a Nicolás Maduro

Simón Bolívar quería la unidad de toda la América, usted sólo quiere su pastelito y él quería eso en beneficio de todos los americanos, usted sólo vela por sus intereses. Curiosamente, al Libertador, lo acabaron gente como usted. Le traicionaron, le quitaron su presidencia vitalicia. Él aceptó su destino. Usted no se parece en nada al gran Simón Bolívar. No se atreva a decirse bolivariano, no le llega ni a los talones.

Antes no me atreví a pronunciarme en favor o en contra de su ¿gobierno?. No porque siempre dudo de las versiones oficiales de los medios masivos y la información que llega aquí ya viene manoseada. Hablé con venezolanos que me permitieron finalmente, conocer los detalles reales de la miseria que vive la gente por una dictadura imperdonable, y mire que me informo bien.

Se que no habrá forma de que usted tome conciencia de la gran dificultad para sobrevivir que tiene su pueblo, y el mío. No se lo digo a In-Maduro para que lo entienda Peña, Rajoy o Trump. Se lo digo a usted para que lo entienda el pueblo.

Promulguemos la libre autodeterminación de nuestros pueblos. Hagamos todo lo que sea posible para que poco a poco, quien mande en nuestras tierras seamos los pueblos, la gente, la conciencia civil, el acuerdo comunitario, el respeto entre nosotros, la valoración a nuestra diversidad y la capacidad amplia que tenemos para entendernos entre iguales.

Carta a Nicolás Maduro

Váyase al diablo señor inconsciente Maduro, junto con todos aquellos que, en lugar de velar por la libertad, la justicia plena y la paz de los ciudadanos, prefieren venderse a intereses de mafias y corporaciones, secuestradores y narcotraficantes. No habrá infierno que pueda contener sus mezquindades. Merece ser traicionado. Lero lero.

Ayer publiqué: Confesión real de un sacerdote

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

Un comentario en «Carta a Nicolás Maduro (Te lo digo Juan, para que lo entiendas Pedro)»

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