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uso de la lenguaEl lenguaje cambia y evoluciona con las personas que lo hablan. El idioma, como uso de la lengua, no es un recurso comunicativo estático, sino creativo y cambiante. Para muestra, El Quijote que en lugar de hijo dice en su versión original fijo, dado que la letra h entonces no existía. En el mismo libro y por el mismo motivo hay palabras como foja en lugar de hojafablado en vez de habladoferir por herir y más de 1063 palabras que hoy están ya en desuso.

El uso de la lengua española en la historia

Nuestro idioma nació del latín, que se habló en el Imperio Romano y fue la lengua oficial en el Imperio Bizantino en el siglo VII también. Del latín surgen las llamadas lenguas romances: el francés, italiano, portugués y desde luego, el español o castellano. El rey Alfonso X en el siglo XIII, preocupado por las diferentes versiones del idioma, influenciados por el latín vulgar o incluso el árabe, decidió unificarlo promoviendo la copia de innumerables escritos en una sola versión de idioma a la que se le denominó desde entonces como el castellano, por ser la lengua hablada en Castilla, un reino medieval al norte de la península ibérica que hoy conocemos.

uso de la lengua RAE, real academia de la lengua española
Real Academia de la Lengua Española

Hoy día hablamos un castellano evolucionado ya. Cientos de palabras han desaparecido y la dificultad para entenderlo sería como tratar de leer el portugués. Además, se han incluido otros cientos de palabras nuevas… tan sólo del árabe, nuestro idioma heredó más de 4 mil palabras: la mayoría de ellas empiezan con AL, que en realidad es el artículo en árabe: al-mohada, al-berca, al-fombra, al-forja, al-pargata, etc., muchas de ellas en relación a productos novedosos que los moros comerciaban.

No se diga de otros idiomas como el inglés en épocas más recientes que con la invasión comercial e industrial hemos adoptado: show, performance, reset, click, bloguero, chat, friki, espanglish, SMS, tableta electrónica, etc. Cabe señalar que algunas han sido españolizadas incluso por el español normativo que rige la Real Academia de la Lengua Española (RALE o RAE).

El uso de la lengua en la actualidad

Y hablando de esa institución, que se funda en Madrid en 1713, debemos aclarar que en un principio pretendía normar y definir los vocablos que fueran válidos para el uso del idioma; sin embargo, con el paso del tiempo, se han convertido más bien en observadores del fenómeno lingüístico, mismo que sucedió a otras instituciones parecidas como la francesa. Porque los idiomas no se definen en un escritorio, son una especie de ente virtual, una nube, un espíritu, que sirve a los humanos para comunicarse, poner en común las ideas, sueños, planes, actividades cotidianas.

Cuando niños jugábamos al idioma “EFE” que su servidor podía producir, pero que difícilmente podía traducir. Se trataba de agregar una F después de cada sílaba seguida de la vocal final de la misma sílaba: COMER: coFOmeFEr, SALTAR: saFAltaFAr, etc. Pero tenía compañeros que se pasaban el día entero hablando en ese idioma (que algunos llamaban despectivamente dialecto). Si se entendían entre ellos, utilizaban ese idioma para comunicarse, podían incluso definir las reglas. Llegaría un momento, como le sucedió a la RAE, que no controlarían, ni serían capaces de definir, ni obligar a la gente a hablarlo de una u otra forma específicas. Simplemente podrían dedicarse a observar el fenómeno de la comunicación lingüística (de la lengua o idioma).

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Los medios masivos influyeron mucho, con su aparición, a la difusión de una lengua única que orilló o empujó a los ciudadanos a aprender (si no lo habían hecho ya) y hacer uso de esa “forma correcta”. Pero las fronteras hacen estragos a los idiomas. Más allá de ellas, los empresarios de los medios de comunicación tienen su propia cultura, sus intereses puestos en otros asuntos y configurados por la expresividad de sus pueblos; de modo que han creado otro idioma, ligera o pesada diferencia. Así, en el futuro, la evolución de cada lenguaje llevará a la conformación de nuevos idiomas: el mexicano, el guatemalteco, el venezolano, el peruano y el argentino. Sin duda, eso va a suceder, como ya lo aceptó el diccionario de la RAE al incluir en su última edición 28 mil nuevas palabras, entre ellas bótox, cameo, dron, pilates y precuela.

Más curiosidades sobre el uso de la lengua

Algunas palabras no saltan la frontera; son de uso local y llegará el momento en que se sumen muchas otras, degenerando o más bien dicho, creando un nuevo idioma. Ya sucede con el inglés británico y el americano.

Hablar una lengua, defenderla y sentirse orgulloso de ella es un fenómeno interesante, pero no deja de ser excluyente y despectivo. La comprensión de todo lo aquí explicado, debería llevarnos a observar las variantes como parte del mismo proceso evolutivo humano. El hecho de que otras personas no dominen todos los términos o palabras, no significa que sean ignorantes o marginales en un sentido despectivo; son ignorantes del mismo modo que todos desconocemos qué hay más allá de la frontera conocida del espacio sideral y son marginales en el mismo sentido en que otros podemos serlo de la política exterior sudafricana o hindú. Simplemente, no alcanzamos a tocar su onda expansiva de influencia.

La impresión de libros, a diferencia de lo que muchos piensan, no es una forma de unificación. Es precisamente una diversificación del uso de la lengua. Cada escritor lo acomoda, lo empuja, lo orilla a comportarse de modo muy específico a su experiencia personal. A mayor impresión de libros, más diversidad y variedad de lenguajes. Es húmedo, es pegajoso, es viscoso, como la lengua misma.

Publicado originalmente en La Jungla de Mariano

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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