Lo que faltaba. Peña Nieto no pudo demostrar en la cuenta pública de 2016 el uso de 613 mil 975 millones, 600 mil pesos y presenta a la Cámara de Diputados su informe que, desde luego, ha sido rechazado. Deberá indicar cuál es el uso que le dio a tantos miles de millones de pesos.
El deleite del poder de Peña Nieto
A partir del 1 de septiembre, ha perdido la complicidad que tenía con las cámaras legislativas y ahora se exige que cumpla con la transparencia que nunca tuvo pero que fue solapada por sus compinches. Disfrutó del poder, abusó de él y ahora se le exigirán cuentas, no sólo esas, muchas otras que dejó en el aire.
Ya sabemos que Peña Nieto ha sido el presidente más mafioso de la historia de México y la ciudadanía exige cuentas claras y rendición, aclaración, en su caso pena para quienes han dejado herido al país por su saqueo desmedido, aprovechándose del poder para hacer lo que se les vino en gana.
613 mil millones de pesos no es poca cosa
Se dice que a Javier Duarte, Xavidú, ex gober-ladrón de Veracruz, hizo un desvío por 55 mil millones de pesos, lo que significa apenas una décima parte de lo que ahora Peña Nieto tendrá que aclarar. Sabemos bien que no cuenta con las facturas correspondientes, pues él llama en su reporte, dinero usado de forma discrecional, como si usted y yo pudiéramos demostrar de 5 en 5, los pesos que dimos de propina en los estacionamientos o gasolineras.
El problema es que se trata de muchos miles de millones de pesos y eso, simplemente, no se va a poder demostrar. Y le queda menos de un mes para terminar su mandato como para manipular la información con la complicidad de alguno de sus secretarios mafiosos como Rosario Robles o Gerardo Ruíz Esparza.
El cochinero de Peña Nieto es demostrable
Ha sido un sexenio de terror, de abusos, de crecimiento en el número de pobres, en la criminalidad más alta, en la popularidad presidencial más baja, en los engaños con mentiras históricas, miles de desaparecidos, mal gasto en imagen presidencial que simplemente no le funcionó. Quedó siempre en ridículo. Prácticamente no dio buenas noticias en todo el sexenio, se va dejando popularizada la corrupción, la pobreza y el crimen.
Él es culpable de la gran desgracia que vivimos y ¿lo dejaremos ir? La ciudadanía ha exigido que se haga justicia y lo pide a gritos. Sigamos alzando la voz para que no se vaya impune.