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Pese a que el presidente Peña Nieto persiste en mantener los trabajos del NAIM en Texcoco hasta el último día de su gobierno, sabiendo que ya cualquier peso que invirtamos en esa obra es tirarlo a la basura.

La corrupción tumba Texcoco

La población expresó en una consulta el fin de semana que no quiere que se continúe la construcción del aeropuerto en Texcoco, y esto debido a que ha sido parte de la estrategia sexenal de saqueo al país. La unión de Peña Nieto con los empresarios que participan en la construcción de forma mañosa y abusiva, manejando con el conflicto de interés, nuevamente (como en la Casa Blanca de Peña Nieto) dando a sus favoritos los contratos que, como ya sabemos, aporta al presidente saliente, una parte de dichas ganancias.

Por eso la población ha decidido la caída del aeropuerto. Además, por todo el daño ecológico que implica. Si la Ciudad de México no ha crecido hacia esa zona de su territorio es precisamente porque resulta ser un vaso regulador para que no se inunde la ciudad y para acumular agua que, de otro modo, se estancará aún más en las calles.

El NAIM se cae

Sabiendo que año con año, el NAIM sería una fuga de recursos económicos para reparar el daño que el suelo poroso provocará, en el entendido que México no está en posibilidades de inyectar recursos constantemente para conservar funcionando un proyecto absurdo, la población y el nuevo gobierno han decido tirar a la basura ese foco de corrupción, de pésima planeación y de evidente despilfarro de los recursos públicos.

La consulta ¿vale?

De hecho la población apoyó en una votación histórica el proyecto de nación de AMLO desde las elecciones. Desde entonces indicó que se cancelaría el aeropuerto y desde entonces estaba latente su caída. Eso de que la bolsa de valores se desplomó por la decisión, debió caer desde el 2 de julio.

La consulta sólo fue un ejercicio para conocer la opinión de la gente, no era un asunto vinculante que legitimara la decisión de forma oficial. Fue sólo un sondeo que ayudó a confirmar la voluntad ciudadana. No tiene valor, pero sí lo es el resultado para el gabinete entrante.

¿Insulto a los inversionistas?

Tras 80 años de dictadura, los inversionistas del régimen tienen aún el interés por seguir monopolizando el mercado. Pero este país decidió cambiar como en una revolución pacífica, los modelos políticos corruptos y abusivos que hemos tenido. La limpieza y transparencia en las políticas públicas darán certidumbre y atraerán enorme cantidad de inversionistas que no buscan enriquecerse de forma corrupta como lo hicieron los otros, sino que vienen a hacer negocios en una propuesta benéfica para todos, incluidos los empleados y el medio ambiente.

 

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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