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Reconozcamos el error. Nos equivocamos. Creímos que el Estado debía dirigir nuestras vidas. Esa fue una ruta equivocada. Nos quitó la posibilidad de ser personas libres y responsables y acudió con nuestra anuencia a regir cada parte de nuestras vidas. Si nos portamos mal, nos castiga, si no pagamos, nos penaliza.

¿Desde cuándo el hombre necesitaba pedir permiso para recorrer el mundo? Fue nómada la mayor parte de su existencia sobre la tierra. Hoy, asentados, sedentarios, nos acomodamos y le dimos la tarea de cuidarnos y ser nuestro papá para que le obedezcamos casi a ciegas.

Se adueñaron de nuestras pertenencias

estado-bastiatLos espacios públicos son suyos y sólo nos pasa la factura. Nos ha vuelto seres infantiles tomados de su mano, cumpliendo sus leyes, pagando sus impuestos. Nos saquean. Lo peor de todo es que nos quitó la posibilidad de ser prósperos, se llevó la libertad y el fruto de nuestro trabajo también.

No fue una buena idea. Ya no decidimos cómo vivir, opinamos lo que quieren ellos, intercambiamos con quienes ellos deciden y son los intermediarios. ¿Vivimos mejor gracias a esa decisión? ¿Es el estado la solución de nuestros problemas? A cambio, indican cómo vivir, compartir, trabajar, intercambiar, pensar y decir.

Ellos reciben el dinero de nuestra jubilación, vivienda y agricultura terminando en un pésimo ahorro. Lo mismo pasa a los trabajadores afiliados a sindicatos a quienes entregan sus cuotas para que los líderes terminen robándose su dinero y pactando con los empresarios y gobiernos las condiciones de esclavitud que vivimos. Podríamos tener en nuestras manos todo el fruto de nuestro trabajo y organizar nuestro retiro, nuestra salud, educación, ahorro… ¡Podríamos viajar más!

La protección civil no ha de venir de arriba, sino de los iguales

rousseauCreímos que el Estado iba a cuidar de los pobres. A cambio de eso, nos hizo pobres a todos los demás. Los programas de ayuda son migajas comparados con la riqueza que podríamos tener. El estado no ayuda a los pobres más que avanzando en el empobrecimiento. Sería mejor ayudar a los pobres con nuestros propios recursos antes del impuesto que cobra el Estado.

Ayudar a otros se hace con el corazón, no con programas gubernamentales, la distribución de riqueza es una falacia, lo que debe aumentar es la prosperidad general. Así no habría pobres. Esa prosperidad viene sólo de hombres y mujeres libres y responsables; el estado y los políticos sólo complican el trabajo de ayuda a los demás.

Ayuda a otros con el corazón, no con programas de gobierno, distribuir riqueza es falacia. Clic para tuitear

Los bancos son cárteles del estado. Son la forma oficial de saquear a la población. No han servido para incrementar la prosperidad sino la pobreza generalizada. El banco del gobierno es una máquina para transferir en inflación los recursos de los pobres a las clases altas. Para cargar las deudas de los estados a la población.

Las dádivas provienen de nosotros ¿para qué dárselas al estado?

mandela estadoSus estímulos fiscales proceden de nuestros bolsillos. Ningún estado en el mundo produce riqueza, es la gente, las empresas… Sin estado, ¿estaríamos mejor? Tampoco es el caso. Es que el estado haga sólo lo que le pedimos, nos rinda cuentas, controle a los abusivos obedeciéndonos, sin las falacias que hoy nos inventan.

Las ideas de trabajo colectivo, de apoyo solidario, de fraternidad son ideologías de sumisión, contribuyen a que unos cuantos se enriquezcan y se apropien de la riqueza de los ciudadanos de formas que ellos consideran legales, aunque no morales.

Decisión que podemos revertir

ciceronSacrificamos nuestra libertad por nada. Los beneficios son inexistentes. Ni tenemos mayor seguridad, ni nos defienden de las corporaciones (las hacen crecer, de hecho), ni nos hermanamos más como humanos, ni sabemos más del mundo, ni dominamos nuestro entorno, destruimos el hábitat, dimos al traste al planeta, acabamos con la vida armoniosa, pulverizamos la prosperidad, creamos irresponsables, alimentamos oligarquías, incentivamos la corrupción, impulsamos leyes abusivas, etc.

En la columna lateral, arriba: Formulario de suscripción. ¡Gracias!
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Acabemos ya con el monopolio del estado a dirigir nuestras vidas. Frenemos su ambición. Repudiemos el engrosamiento de la burocracia. Informémonos y denunciemos la corrupción. Unámonos como hermanos y seamos solidarios. Infrinjamos la ley en cuanto esta sea injusta con la población, o combatamos haciendo crecer la ideología de la población y no la de los abusivos. Sensibilicémonos de los problemas sociales. Subamos de nivel. No dejemos que acaben con las riquezas que nos pertenecen. Luchemos antes que sea demasiado tarde.

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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