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Adelante, suspende toda actividad el próximo lunes 9 de marzo, hazlo por ti, hazlo por las mujeres que no tienen voz, porque las mataron, porque son víctimas de la misoginia de muchos machistas estúpidos.

¡Que se note su ausencia! De verdad, deseamos que tengan éxito en su meta. Si de verdad hay oportunidades únicas para dar lecciones sociales son estas, ahora que el movimiento ha tenido la difusión suficiente; si no funciona, para la siguiente convocatoria no habrá creyentes en este tipo de ejercicios.

Lleven a pensar a los hombres que acostumbran maltratar, pagar menos, menospreciar, reír, insultar, abusar o matar mujeres, la importancia que tienen para nuestras vidas. No escuches a los que se cuelgan medallas, esos que se aprovechan de la causa para hacer creer a otros que tienen poder de convocatoria. No hay universidad, ni iglesia, ni partido tan grande que pueda jactarse de contar con el coraje de tantas mujeres. Si alguno lo hace, denúncialo, seguramente un hombre dirige esa organización.

Es de mujeres, que no paren los hombres, haz que se vean complicados por tu ausencia. No les contestes mensajes, no les des sugerencias para sobrevivir en tu ausencia. En la medida en que esto se haga, lograrán sus objetivos, esos son: desestabilizar a la sociedad para causar un impacto tan severo, que les haga reflexionar sobre sus micro y macro machismos, los nuestros, cualquier actitud que se aleje del respeto, de la equidad con ustedes.

Sobreviviremos, es un día. Es cierto. El objetivo, aún así, se cumplirá. Más y más mujeres se deben unir. No importa que les amenacen con descontar un día de sus vacaciones o les orillen a cubrir horas adicionales para reponer las perdidas el día 9 de marzo. Vale la pena. Es un esfuerzo que se logra en colectivo.

Algunas despertarán a sus esposos del letargo, les dirán claramente que no están siendo equilibrados, ni justos, ni respetuosos, ni considerados. Otras salvarán su vida, tómalo en cuenta.

No esperes que te den permiso, romperías el espíritu de la convocatoria.

Ojalá sirviera para vetar o borrar versículos a sus documentos religiosos, a reescribir la historia de vejaciones sobre mujeres que murieron defendiendo sus derechos, opinando, deseando haber sido tomadas en cuenta. Parece imposible pensar que se podría dar el salto hacia el mundo musulmán para salvar a mujeres que mueren apedreadas, o a las niñas que son mutiladas por motivos religiosos, pero al menos darán el salto inicial hacia una humanidad más responsable, respetuosa, equitativa, pacífica, justa y organizada por el bien de ambos géneros (y sus derivados).

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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