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¿Un beso puede levantar ánimos sociales? La humanidad se encuentra en una vorágine consumista, capaz de derribar los entramados sociales, romper los conceptos más necesarios del humanismo y ensalzar el individualismo como valor pujante o ejemplar. Aunado a esos terribles males sociales, ha crecido el negocio de los narcotraficantes quienes con su criminalidad contagian tanto de corrupción como de aterrorizante peligro de muerte.

Pero un beso puede levantar el ánimo

Gracias a un beso, las almas que conocen por primera vez la sensación, en aquella inolvidable adolescencia humana, comienzan a conocer en realidad un valor hedonista, de placer gozoso por la vida, encontrándose por primera vez, cara a cara, labio a labio, con otra persona, en un primigenio amor. El beso retiene recuerdos, rompe cadenas, levanta el ánimo.

Tenemos en aquella experiencia sensitiva un soporte humano para recuperar la fe en nosotros mismos, fortalecemos la autoestima y el amor por la vida. Incluso cuando la experiencia causara un problema posterior, la huella es profunda y significativa al grado de restituir por sí mismo cualquier enfado.

Un beso levanta mucho más que el ego

un beso puede levantar tu cuerpoEl encuentro de dos bocas juntando sus labios es una fusión de almas que levanta pasiones, que arremolina químicos en las neuronas, sacude al corazón atrofiado y descubre caminos nuevos entre los participantes. Es la más pura expresión de un amor y es capaz de difuminar también las penas. Las balanzas vuelven a su equilibrio, dejando satisfacción y buen humor.

El beso puede levantar la huelga del cuerpo generando adrenalina, distribuyendo endorfinas que adormecen el dolor del corazón, provocado por los malos sentimientos; dejan a su paso una sensación de paz y bienestar, sólo igualado por la más hermosa pieza musical.

Un beso puede levantar letargos

Médicamente han demostrado que los besos mejoran el estado de salud de las personas y también de los animales. Su práctica constante supera a cualquier medicina, no importando qué tipo de enfermedad se esté curando. De cualquier modo, habremos de morir y el desgaste del cuerpo es inevitable. Sin embargo, el beso puede levantar al más moribundo y regalarle energías adicionales.

El cuerpo sabe responder a los estímulos y el beso es uno muy poderoso: calma la ansiedad, reduce el estrés, emociona, armoniza, optimiza el funcionamiento de nuestras neuronas y revitaliza cada célula del cuerpo. La frecuencia es importante, pero bastaría con uno, integral, apasionado, eufórico, para comer de él por años.

¿Hace cuánto que no besas?

Este mundo necesita muchos besos para reencontrar el camino de cordialidad y armonía perdidos. Las guerras desgarran, los besos remiendan. Urge gente que quiera besar todo el día, sin estorbos intelectuales, sin moralismos religiosos, sin tabúes. Besemos porque se nos antoja, porque a ambos beneficia, porque es el mejor ejemplo a quienes ya no creen en el amor. Porque sirve incluso sin amor.

El beso devolverá a la humanidad el sentido de pertenencia, de solidaridad, de colaboración y hermandad. Es necesario, es más que eso, indispensable. Restauremos al planeta con besos de todo tipo, principalmente amorosos y pasionales. Dejemos que nuestra sociedad retome el camino perdido. Besemos más, en frecuencia y en duración que el beso es un sellador potente y mágico.

 

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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