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Se necesita estar loco como el lánguido Quijote con yelmo, para ponerse contra los gigantes molinos, mismos que irrumpen el paisaje con sus largas palas para mover al ritmo del viento. Un tipo que cree ser el héroe de las más aguerridas batallas de caballería, conquistando tierras como Felipe II de España, otro igualmente loco, megalómano expansionista, denunciado por Cervantes en su Hidalga historia.

Una locura singular

Él no ve a la moza Aldonza, sino a su Dulcinea del Toboso; igual que los gobiernos ven próspero a un país que se desmorona. Ese Quijote Quijano que al saberse sin la investidura va en busca de un castillo que le nombre caballero porque bien sabe que sin elecciones no llegará a ser nadie. Los contrastes son claros para un buen lector: ¡No son gigantes, son molinos de viento! ¡No son del crimen organizado, son estudiantes de la normal de Ayotzinapa! ¡Ni es un castillo, mi buen Quijote, es una venta y esas mujeres prostitutas! ¡No sólo es tener el poder, es saber ejercerlo con sabiduría! Leer o morir, mi distinguido.

¿De qué sirve leer tanto si ha de volverse loco? De la misma forma que leer la Biblia no garantiza convertirte en un humano bueno, generoso, digno y misericordioso. ¿Cómo ver en una moza, a una Dulcinea? Sólo en la locura de unos, se puede entender cómo un vestido carísimo puede tapar las sombras de la piel. Mucho ayuda el que no estorba, se reza por doquier; ese Quijote fue en auxilio de un jornalero que era azotado por su patrón. Y en lugar de ayudarle, le hizo la vida más miserable. Como ciertos policías, supuestamente sirviendo al pueblo, se venden al narcotráfico y enfrentan alevosamente a jóvenes estudiantes, desarmados e inocentes.

Vaga por el mundo Don Quijote

El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes SaavedraMontado en su caballo de níveas crines, llamado en la locura Rocinante, cabalga por el mundo empuñando su Largaespada; no es un apellido, es un adjetivo en mofa clara. Burla incesante a los locos que para entenderlos, hay que aceptarles. Pero si aceptarles implica volverse como ellos, prefiero el manicomio, irónicamente. Se requiere a alguien cuerdo que lo oriente, un Sancho Panza quizá no es suficiente; es como tener un asesor que cobra varios cientos de miles de pesos al mes y sugerir aumento a los impuestos en una época difícil, tratando de superar la crisis internacional. Es como apoyarse en una vara de humo, sentarse en una silla del Chavo del Ocho, de unicel.

Todos en la taberna se ríen de él. Pobre Quijote. Y navegando en las dimensiones nos ponemos de su lado, le acompañamos con la compasión; el amor que siente por ella es tan real, que ella se ruboriza. Sabe que está loco, pero aun así, se siente halagada… nadie le dijo nunca que era bella. Como parece no saber el gobierno que la educación crítica de las normales rurales forma ciudadanos de primera calidad; exigentes con sus gobiernos, demandantes. ¿Qué sería de un país sin ellos? ¿Sin la certera opinión de quien forja sus ideales desde el análisis de su entorno?

Súplica

¡Cuánta luz traes a mis brazos don Quijote! Me convertiré en unSupersaiyajin con la fuerza de una denuncia, un guerrero de ojos rasgados, un periodista enfurecido que denuncia la imperante necesidad de cambiar el rumbo, antes de morir bajo las fauces del crimen mata estudiantes usando el brazo armado del gobierno. Tomaré el ejemplo del Quijote, no dejaré que la realidad se imponga, empuñaré mi espada, aunque sea pequeña comparada con las palas del molino, de los 38 molinos de viento; son gigantes, pero no pueden moverse. Leerte es mi inspiración. Muchos hablan de ti, pero no te conocen. Han de pensar que, como tú, me estoy volviendo loco, viendo tus hazañas como acciones de gobierno, sentado en sus curules vendiendo a la nación. Pero no saben que yo leo entrelíneas, porque yo sí leo. Y debajo de las palabras entiendo el mensaje de Cervantes que dice: los gobiernos ven un mundo muy distinto al real. Son como los Quijotes, se ilusionan con un crecimiento nacional económico que no existe, con una paz de ficción, creen que al repetir mil veces la mentira, se volverá real.

Como alguna vez supliqué a Edipo Rey su auxilio (nota aquí) , hoy te pido, buen Quijote, que te dejes leer por quienes más te necesitan, que extraigan de tu cuerpo la sangre de la lucha por los ideales, que logren ver la belleza de nuestra gente en su estado natural sin pretender que sean bellos según su relatividad, ni tampoco que los consideren criminales por solicitar vivir en mejores condiciones; mucho menos que los maten por su valentía como paso en 68.

Publicado por La Jungla de Mariano en 2014, ver aquí.

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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