Las sombras de la manipulación histórica heredada de la dictadura del PRI deben ponernos a reflexionar sobre la realidad del México actual. Nos insultan, roban y desaparecen a plena luz del día, en nuestros asombrados ojos, pero pálidas acciones. Se burlan de nosotros y ¡no reaccionamos! ¡Nada!
Vemos la danza de robos cínicos: casa blanca de Peña Nieto, gobernadores enriquecidos, empobrecedores del erario, que endeudan por generaciones a los estados, legisladores que se suben la dieta cada año (así se conoce al salario insultante de los diputados y senadores), impuestos, cuotas, multas, sanciones, más permisos. Edificaciones carísimas: la estela de luz, las ruedas de la fortuna, los puentes y carreteras; siempre salen a costo multiplicado. ¡No cambia nada!
Corrupción a todo galope, “cultural” como dijo Peña Nieto, retenes policíacos para extorsionar, los criminales se fugan o nos gobiernan y los mexicanos no reaccionan. Hay un adormecimiento estúpido. Vemos cómo sacan todas nuestras pertenencias de la casa y nos quedamos con los brazos cruzados.
Este es nuestro círculo de confort. Dejamos que nuestros hijos vean cómo la política está pervertida y seguimos distraídos con el fútbol y las telenovelas. Vemos las noticias, damos una patada al piso como reacción del enojo y nos vamos a seguir nuestra rutina como si nada hubiera sucedido.
¿Pues qué somos? ¿La más despreciable sociedad de la historia de nuestro país? ¿Los antihéroes de la patria dispuestos a no dar la vida por nada ni por nadie?
Saturan de información para bloquear los estímulos
Desde la fundación del Instituto Tavistock en Londres el año de 1947, donde un grupo de sociólogos, psicólogos, psiquiatras, antropólogos fueron reclutados para estudiar la conducta humana y con esas investigaciones vender la información “al mejor postor”, los gobiernos pueden comprar sus servicios para manipular a la población. Ya podemos darnos cuenta a dónde nos llevan ni cómo nos roban.
El control de masas está estudiado y se aplica sin reserva, a la vista de todos, con el consentimiento y la anuencia de los ciudadanos. Cuando un acto vil se sale del control de los gobernantes, como la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, las redes sociales sirven como válvulas de escape y como medio de difusión para mostrar la indignación, cierto; pero también logran que se desvíe la atención de muchos y se termine menguando la fuerza de acción.
El control de masas está estudiado y se aplica a la vista de todos, con el consentimiento social. Share on XLa verdad ya nada importa
Siendo esta realidad todavía más indignante, porque pese a ser descubiertos caminan con cinismo, el problema se incrementa al darnos cuenta que conocer la verdad ya no importa[1]. Daría lo mismo saber que no saber si un político roba o mata gente. ¿De qué sirve saberlo si de cualquier modo no va a suceder nada?
Lógico sería considerar a la verdad como un camino para el progreso, esa evolución humana hacia un mundo mejor, una sociedad del conocimiento, próspera, solidaria, democrática, participativa. Está ocurriendo una situación terrible, apocalíptica, insostenible: la verdad no tiene sentido; no nos lleva a actuar, a reclamar, a exigir; por el contrario, nos aletarga, orilla a los individuos a meterse en sus conchas para no escuchar más los gritos de millones que mueren de hambre, sufren injusticia o peor aún, son asesinados, violados o maltratados sin la más mínima esperanza de recuperación.
Las esferas invadidas por la corrupción y el cinismo de todo tipo de autoridades son muchas: la política encabeza la lista, pero el deporte, los medios, las empresas, las industrias, los maestros en las escuelas, las iglesias, etc. No les preocupa más el juicio de la gente. Pasean en sus autos de lujo después de verse descubiertos y declaran a los medios que “robaron poquito” como el alcalde que se reeligió en Nayarit[2] y que ahora quiere ser gobernador.
Sacado de una película
Un mundo terrorífico que parece salido de Hollywood, una novela fantasmagórica de suspenso y horror. A estos pasos veremos a los niños violando en las calles. ¿Qué nos pasa?, dijera Héctor Suárez en su programa televisivo hace unas décadas.
Los Panama Papers[3] nos dejaron atónitos y con los brazos cruzados. ¿Y? Nada. Nuestro sueño es tan profundo que ni cuenta nos dimos cuándo los olvidamos. De repente surge un personaje como Julian Assange de Wikileaks para mostrarnos toda la basura. ¿Y? Nada. Aparece Bejarano contando billetes y quien paga con cárcel es el ciudadano extorsionado. Los ciudadanos se organizan en autodefensas y pasan más de dos años en la cárcel. ¿Y? ¡Nada!
Educación sometedora
Es un condicionamiento humano que surge a partir de la premisa educativa de la obediencia. A los niños en las escuelas les enseñan a obedecer, antes que a disentir, ser críticos, a dudar o investigar. Sentados. Parados. Manos al frente. Manos en la cabeza. Salen en fila. Quien no esté de acuerdo, terminará con un castigo, en la dirección o llamarán a sus padres.
A los niños en las escuelas les enseñan a obedecer, antes que ser críticos, dudar o investigar. Share on XDesde la escuela y muchas veces en casa, se condiciona a no cuestionar a los adultos, a los jefes, maestros o autoridades. Así que quienes hoy no reaccionan ante los abusos de la autoridad, quienes no son capaces de denunciar las fechorías de los maleantes, o aquellos que cumplen las reglas sin cuestionar su legitimidad, obedecen a las autoridades, pagan sus impuestos sabiendo que se los roban, sólo están respondiendo al condicionamiento escolar que les inculcaron.
Sobre estimulación
La televisión ha sido un factor fundamental en la sobredosis de información, promoviendo una baja significativa en la capacidad de reacción emocional de las personas. Nuestro cerebro se ve tan saturado de información que reacciona como si estuviera ante un peligro, eliminando la mayor parte de la noticia por considerar que no es “vital”.
Imagine que está en peligro de muerte al caer de un barranco. Está colgado (a) de una rama endeble. ¿Qué importa si su automóvil se quedó arriba y se lo pueden robar porque está abierto? En ese momento no tiene usted nada más valioso en qué pensar. Así, nuestro cerebro, al verse saturado de información, prioriza y descarta de inmediato todo aquello que es prescindible.
Más tarde llega otra tarea y luego una más. El gobierno sabe todo eso y satura a los ciudadanos de pendientes: el pago mensual de impuestos, luz, teléfono, cuentas bancarias, letras del automóvil, colegiaturas, vencimiento de licencias, pago de multas, etc. Quitó el sabor de la vida. Lo hizo con la asesoría Tavistock de control de masas.
No hay tiempo para pensar en el futuro, lo único importante es que no vayan a quitarnos la única paz que tenemos. Los demás son peligrosos. Más vale malo por conocido que bueno por conocer. Llenan de miedo a la población (nota “El gobierno está sembrando miedo”). Nuestros cerebros están literalmente atolondrados.
Se cohíbe el pensamiento crítico y la valoración justa de las cosas. Extrapolan las ideas y pasar al otro lado es caer a un abismo. Todos los que piensan diferente son juzgados severamente. Son minorías estorbosas y rebeldes que quieren frenar el progreso del país. ¿Cuál progreso? Si vamos de bajada hace décadas.
Círculo de confort, así nos roban
Ante tal ritmo, nos producen un cansancio extremo. Así nos orillan a mantenernos dentro de un cajón evitando el esfuerzo de cambiar el establisment, lo establecido. Pese a ser un movimiento agobiante, resulta ser ese nuestro círculo de confort. Tenemos pocas ganas de esforzarnos en replantear, reiniciar la programación, rediseñar el futuro. Sobrevaloramos esa absurda tranquilidad que nos está ahogando en agua hirviendo.
El mecanismo de reacción está dañado. Ni nuestra vida en peligro va a hacernos cambiar. Debemos internarnos en nuestra infancia, en la programación que hicieron de nosotros y aprender a organizar nuestra capacidad de reacción acorde con la importancia del verdadero peligro que tenemos enfrente: la esclavitud humana.
[1] GAZZETTA DEL APOCALIPSIS. “Por qué no estalla una revolución”. Tomado de: https://gazzettadelapocalipsis.com/2014/01/07/por-que-no-estalla-una-revolucion/ el 14 de noviembre de 2016.
[2] Milenio televisión. Acepta ex alcalde de San Blas que “robó poquito”. Obtenido de: http://tv.milenio.com/estados/ex_alcalde_San_Blas-alcalde_dadivoso-elecciones_Nayarit-Hilario_Ramirez-ex_alcalde_robe_poquito_3_314398564.html el 14 de noviembre de 2016.
[3] Aristegui Noticias. Los Panama Papers. Disponible en: http://aristeguinoticias.com/tag/panama-papers/ el 14 de noviembre de 2016.
Yo también me lo había preguntado! Porqué no hacemos nada?
Gracias por comentarlo, Agustín. Saludos.