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Dice el aforismo: errare humanum est y en pocos está tan justificado como en Enrique Peña Nieto y su magnánimo equipo de homo no-sapiens. Se equivocó al nacer y al pretender gobernar a los ingobernables. Se equivoca al imponer sin negociar en el siglo donde la humanidad mexicana está harta de ser ignorada por las autoridades.

¿Aún no saben por qué?

Hace unas semanas uno de sus ilustres y opacos secretarios –igual de contradictorios-, decía que no entendía por qué la gente seguía insultando al Presidente siendo que todos tienen acceso a la información y decía que la reforma energética ha sido ampliamente debatida y explicada. Y eso, amigos lectores, es, sin duda, la demostración de su estupidez. Estos cuates (no míos), son cabezahueca que no entienden que la sociedad está molesta por muchos otros motivos, y no sólo por sus, de suyo descarriadas leyes, sino por ignorar la voluntad popular.

Si al llegar a la escuela con mi tarea de matemáticas, el maestro me obliga a repetirla porque todos los resultados de las mecanizaciones están mal, tengo algunas opciones para actuar: puedo mandarlo a la mierda por donde vino, copiar los resultados de los compañeros o sentarme a resolver de nuevo los problemas. Si Peña tiene al pueblo en contra, como ya lo subrayó el New York Times, pese a que en pasados meses publicó en portada de una filial, que estaba salvando a México, Peña podría tomar varios caminos: escuchar al pueblo, renunciar al cargo (voluntad popular), cambiar estrategias, frenar las reformas para evaluar el verdadero sentimiento de la nación, imponer su voluntad a costa de su rating o cualquier otra opción que usted pudiera imaginar.

Infrastructochor

Él ya sabe, porque lo han pendejeado hasta el cansancio, que no es ilustrado, sabe sus limitaciones, conoce su lado flaco. No es porque se le odie injustificadamente, no es porque somos malagradecidos, no se trata de un pueblo ingrato. Es real, basta con verlo hablar inglés. Suficientes pruebas son sus resbalones, como hacer de las capitales entidades o mandar a su estado al norte del país; bastante claro quedó con su reacción en la FIL. Y volvemos al aforismo: errar es humano. Todos nos equivocamos.

Por eso, cuando una persona normal lo dice, reconoce que no es perfecto. ¡Reconoce! ¿A qué grado llega la soberbia de la ignorancia presidencial que no puede reconocer su equivocación? Ya se le ha dicho de muchas maneras, con marchas, con hashtags, con publicaciones incontables en cientos de medios nacionales e internacionales que estas reformas requieren un análisis más detenido, popular, incluyente. Y que no nos diga que no se enteró. Ha gastado millones para equilibrar la balanza y de nada le ha servido. Su imagen sigue cayendo. Ojalá sólo fuera su imagen.

Cada semana han salido a justificar por qué la economía no arranca, han bajado sus expectativas de crecimiento varias veces, ellos y las financieras internacionales. Hicieron una abrupta, inmoral y abusiva reforma hacendaria que ha quebrado a cientos de negocios y tiene con el Jesús en la boca a los demás, chicos y grandes. Hicieron una reforma laboral que resquebraja la economía familiar, deja inestable al trabajador y corrompe a los empresarios.

Educación a lo bestia

Una reforma educativa que retira recursos a las escuelas y no soluciona el verdadero problema del país; por el contrario, empodera más a los funcionarios de la dependencia más inútil de todos los tiempos: la SEP. En cualquier sexenio que les guste de los últimos 80 años, es la institución más descuidada, la más ineficiente y la más corrupta. Y es inútil. En los países más preparados del mundo los maestros son quienes dirigen y establecen sus programas, son estudiosos, publican, hacen investigación y le enseñan al gobierno cómo logran sus resultados, verdadera eficiencia. Y para colmo, están muy bien pagados, aunque no lo suficiente. No que aquí…

La multimencionada reforma energética que quizá pudiera beneficiar en mucho, también le abre la posibilidad de bancarrota a México. Recientemente, incluso, decidieron que las deudas de las paraestatales PEMEX y CFE serán públicas. De verdad que no saben resolver los problemas de otro modo. Esta es la ruleta más fraudulenta del mundo. Le dan vueltas y siempre cae en el mismo número. Ya ni lo disimulan.

Comunicación

Y la de telecomunicaciones. ¿Se han fijado que hoy día podemos ver películas y series gratis en internet? ¿Qué el entretenimiento está en cualquier sitio? ¿Para qué queremos dos canales más de televisión abierta? Si podríamos tener miles de canales, ¿por qué limitarlo a dos solamente? Si ya viene la televisión digital, ¿quién los quiere a ellos? Que dejen encendido el switch y que se larguen a legislar a Júpiter, a ver si con eso, el huracán centenario pierde sus aspiraciones y cae en bancarrota. Desde luego es bienvenida la clausura de las cuotas de larga distancia y roaming. Una de cal por las toneladas de arena. Ya los magnates encontrarán la forma de hacernos pagar.

Lo que está claro es su indiferencia a las necesidades de la población. Es evidente que se enjugan las manos al llenar sus arcas personales con el dinero mal habido de la nación. De sobra se nota que son humanos que yerran, y que les vale un sorbete cuántas veces se les exponga el daño medio ambiental o económico en un programa del Discovery, siempre van a definirse por sus colmillos, ávidos de sangre, de poder, de dinero y esclavitud mexicana. Así que no deberían preguntarse por qué los seguimos insultando, si eso es nada a comparación de lo que les deseamos.

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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