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Arte

De plomo el infinito valor de una obra de arte. Su juego visual en las neuronas, es un encanto que resume un tiempo, una historia, almas dejando huecos en la piedra y grumos de pintura en un lienzo y letras en una obra literaria.

Testimonio de un instante o muchos de ellos de un ángulo elegido entre los miles de infinitos, retrato de una vida con sus circunstancias, con el celo de su espíritu, como si cayendo al precipicio eterno, se tomara el pulso de un destello, se midiera su tamaño y dejara atónitos a todos los ojos que lo vieron. Nunca más en ese océano se apreciará el fenómeno condensado en un segundo y abrirá por siglos la mirada de quienes saben apreciar el brillo atrapado en su símbolo, en su esfera, en esa roca pulida de escultura o en la danza artística de un amor que quiso quedar inmortalizado.

Biografías literarias arte

Una constancia el heroísmo, a la cosecha, al canto. Un ritual de potente empuje, un viaje en el tiempo. Doce telones, una misma luz que emana del túnel. Siete veces siete incógnitas de la más sensible duda sobre el antes y el después, el anverso y el reverso de su único acto de fe. ¿Qué le detuvo? Filosofía enriquecedora de la que emanan bibliotecas de su benévola razón de ser.

De esas sombras nos cobijamos todos, nos libran de la ignorancia, del miedo y el hastío. Pena es que no la encuentren, que no la adoren; moran en su simple obscuridad, yacen cual sepulcros en la cueva del ermitaño, perdidos en el tiempo y el velo de sus vidas. Sin sus joyas no son vida, se conforman con circonias que a su brillo reducido creen tener un manantial en gotas de agua.

La comunicación es también un arte

ultraísmo y vanguardias, arteEs deseo en mi el de atrapar el tiempo y sus misterios, al hombre que resbala y a la hija que apuñala. El guiso y el enjuto laminado de las minas, que mis ojos revientan sus llamas a cada palmo de mi admiración no permite cejar, provoca, alimenta, inflama. ¿Qué tanto valor se pierde si no? ¡Qué terrible es el panorama de un salvavidas! Presto a ayudar e incomprendido. Así al ver que pasan junto al prócer que les dio la libertad, que roban chips y no libros, música asíncrona y estridente en vez de sinfonías armónicas. Y se dicen completos.

Por eso huyo al cuartel de las estrellas, a fundirme en la senda del bosque de abetos cerebrales, a nutrir mis velas de luz, a saborear el relámpago gigante de fisión atómica en el que un segundo vale más que dos milenios. Tengo tanto qué admirar que no me importa más el devenir ajeno si no es para completar la fusión del trueno y la intertextualidad de una transculturación.

Arte en pocas palabras.

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

Un comentario en «El poder del arte»

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