Sólo escuchar la alegría de los medios masivos estadounidenses que siempre boicotearon a Trump, que apoyaron el impeachment, me pone a pensar. Si alguna vez nos preocupó la posible llegada de Hillary Clinton por ser la representante del establishment, la elegida por las mafias del poder que invaden países, saquean, devalúan para ganar, mantienen engañados a sus pueblos, una derecha ultra conservadora que impone prácticas neoliberales, hoy vemos cómo han logrado dar un revés y retomado el control con Joe Biden (salvo que se demuestre el fraude que canta Trump).
En México, el triunfo de Biden es equivalente a que ganara Felipe Calderón con su desaparecido partido México Libre. ¿Por qué? Precisamente ese es el tipo de control, de fascismo, que cuenta con los medios masivos para crear como verdades una larga lista de mentiras. En México, durante la presidencia de Calderón, se ocultaron datos de las mañas como la conocida Estafa Maestra, los Panama Papers, la corrupción con Odebrecht y una larga lista de corruptelas que hoy han salido a la luz gracias a la 4T.
Entendemos la molestia de muchos por el gobierno de Donald Trump, sus discursos saturados de absurdos. En la práctica, sin embargo, ha mejorado sustantivamente la economía de Estados Unidos, ha liberado de guerras al mundo, ha deportado significativamente a menos personas que en sus equivalentes períodos de Barack Obama (otro que compró la imagen con el establishment, incluso ganó el Premio Nobel de la Paz, siendo que sus 8 años estuvo en guerra contra algún país del mundo). Ahí es donde está el truco de estos ultra derechistas conservadores, que son sumamente corruptos y toda esa maldad la ocultan con el apoyo de los medios masivos. Están amafiados desde hace demasiado tiempo.
Esa mafia, si fuera para dejar mayor bienestar a sus pueblos, sería aceptable, pero en realidad han empobrecido a millones y millones, dentro y fuera de sus fronteras. Se ha ido creando un círculo de gente muy adinerada que acumula enormes fortunas y compran la «verdad» que ellos quieren imponer, con la estrategia de repetición, reiteración, de esas mentiras en los medios que terminan haciendo creer a muchos que esa no puede ser una falsedad, si tantos medios lo dicen.
Llorarán los estadounidenses por esta decisión. Ya vimos que son capaces de censurar a quienes digan (como lo hicieron con Trump) lo que pudiera despertar a la gente. Imaginen si de verdad hubo un fraude, manipulando los conteos de un par de estados en EUA, ¿a quién le van a creer? Ellos tienen una enorme capacidad económica que compra medios, jueces, personas y no dejarán un hilo que pueda alcanzar a los culpables en los juicios. Se entiende que también los medios electorales son corruptos. En México lo sabemos muy bien.
Es importante leer entre líneas, no dejarse manipular, ni controlar y mucho menos, se los dice un comunicólogo, tomar como verdad lo que repiten los medios masivos.