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El valor de los libros por su contenido y el aporte cultural como un medio de difusión para conocimientos importantes, obras de arte (novela, cuento, poesía), análisis profundo de la realidad, no tiene nada que ver con el mundo editorial actual.

En el año de 1616 murieron cerca de la fecha del 23 de abril tres importantes escritores: Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega. Y digo «cerca» porque se demostró, por un lado, que la fecha de muerte de Cervantes fue el 22, pero se registró como difunto el día que fue enterrado, el 23 (ver nota aquí). Shakespeare murió el 3 de mayo del calendario gregoriano, pero el 23 de abril del calendario Juliano. Finalmente sobre Garcilaso no se puede confiar en su fecha de muerte, pudo ser el 22, el 23 o incluso el 24 de abril. ¿Pero a quién le importa?

Lo que sí es importante, es el  contenido de un libro; aunque a pocos hoy día le den el valor que muchos libros merecen. En España, en 1926 (7 de octubre) se celebró el primer día del libro. La idea original fue del veneciano Vicente Clavel; para 1930 se cambió la fecha al 23 de abril por el motivo expuesto previamente.

En 1995 la UNESCO lo convierte en una conmemoración internacional, por lo que para 1996, ya era celebrado en más de 100 países.

Lo importante es el contenido de un libro, aunque pocos le den el valor que muchos libros merecen. Clic para tuitear

El valor de un libro

Escritores, 23 de abril ¿pretexto editorial?Para publicar, los escritores de antaño debían gozar de una previa reputación a la publicación de sus obras pues era tan difícil (antes del siglo XIX) lograr el armado de un libro letra por letra, que los impresores y quienes pagaban la publicación necesitaban estar convencidos de su conveniencia. Muchos de los autores que conocemos sufrieron enormes carencias económicas antes y después de la publicación de sus libros, pues no era un gran negocio. (Ver Anecdotario de Escritores).

Sin embargo, sí se publicaban muchos libros, pues era una labor relativamente común que se realizaba en muchas partes del mundo. Su importancia, sin embargo, radica en el contenido, ya sea crítica social (El elogio de la locura, El anticristo), novelas (El cortesano -de Garcilazo-), versos (Beowulf), religiosos (Las 95 tesis de Lutero) y hasta científicos (Ley de la gravitación universal -Newton-). Son obras de gran sentido social, tratando de comprender el entorno que ayudaron en su momento a líderes y sociedades a plantear sus tesis, a discusiones acaloradas, a nuevas investigaciones.

Cuando vemos que hoy día los libros más leídos en el mundo son de superación personal y novelas eróticas no queda más que pensar en la seria relación entre los fraudes literarios y sus editoriales, propagando más que cultura, una filosofía mercantilista de lo efímero…

El papel de la editorial

Dado que los libros se volvieron también parte del mercado, actualmente tenemos el enorme problema de no poder distinguir entre la verdadera calidad literaria y los libros mundanos. Las editoriales se valen de diversas artimañas para vender sus libros, importándoles muy poco su calidad. Hay premios a escritores, científicos, periodistas, etc., que se entregan más por motivos económicos y políticos que por una competencia leal ante la calidad de sus contenidos.

23 de abril ¿pretexto editorial? Día mundial del libro, escritoresPor tanto, días como el 23 de abril suenan más como días de promoción editorial que como eventos para promover la lectura en la sociedad, tan necesaria para combatir la incultura diseminada en el mundo.

Leer más

Todos debemos leer más. La lectura nos ayuda a lubricar el cerebro, lo pone a trabajar (con los beneficios que ello implica). Imagine como: al ver la TV, el cine o un vídeo el cerebro recibe la información ya procesada, no tiene que imaginar el paisaje o el rostro de un personaje pues ya lo puede ver a todo color. Al leer, en cambio, cada palabra viene en un código que el cerebro necesita descifrar, si el texto dice banqueta, el cerebro debe ir a buscar la definición en la biblioteca neuronal, luego lee sucia, lo cual es un concepto, así que nuestra inteligencia rastreará su significado en las neuronas. Luego debe juntar ambos conceptos: banqueta sucia para comprender el contexto de los personajes en el libro.

En el primer caso (TV) el cerebro está inactivo, pasivo, recibiendo la información, en el segundo está muy activo descifrando el contenido de la obra escrita. Por tanto, un libro facilita la comprensión, la crítica, la imaginación, el razonamiento, la memoria, etc.

Si la lectura, además, es sobre historia, ciencia, economía, etc., el beneficio se incrementa al doble. Ahora, si la obra es literaria, también se duplica pues las palabras son artísticas y además, facilitan la reflexión sobre otras vidas humanas, es decir, se aprende humanismo, sociología, psicología, etc.

Celebremos el día del libro todo el año

Debemos esforzarnos (al principio, luego es fácil) en leer al menos 2 libros al mes. Si no, estaremos usando la computadora (cerebro) para jueguitos y no aprovecharemos su gran potencial. Si no leemos condenamos a la humanidad a la pobreza intelectual, a la esclavitud y manipulación, a favorecer las estupideces en lugar de privilegiar nuestro entendimiento del entorno, de nosotros mismos y la sociedad.

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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