El inconsciente colectivo
Carl Jung explicó que en una conversación entre dos personas que platican a nivel consciente intercambian información pero también lo hacen a nivel subconsciente. Esto quiere decir que mientras nos tomamos el café y platicamos, estamos compartiendo otro tipo de información a nivel subconsciente, incluso imágenes, miedos, teorías, historias que nos gustan, etc. ¡De todo! Desde los básicos arquetipos de la postura, la mirada, el movimientos de las manos, hasta las órdenes que nos dieron en la infancia, ¡y los pecados que sólo decimos al confesor!
Desde luego que como nosotros, al recibirlas, no somos conscientes de dicha información porque quedan almacenadas en el inconsciente, no podemos decodificarlas. Más tarde, son tomadas en forma de sueños, déjà vu, alucinaciones simples e incluso como historias propias, como recuerdos de algo que hicimos y no recordamos bien cuándo.
Y esto, no sólo de la parte heredada de arquetipos que traen nuestros genes como las aves a hacer nidos, sino el cúmulo de simbología adquirida con el paso de los años. Pudo probarlo por algunos internos que, mucho más sensibles a la simbología inconsciente, podían recordar libros que no habían leído, algunos incluso con una memoria exacta.
Si aplicamos esto al análisis literario podríamos encontrar en los personajes de una novela, para empezar, los rasgos arquetípicos de ciertas culturas, pero mucho más allá, la transmisión de mensajes del autor al lector sin haberse hecho patentes en la obra.
¿Qué tal?