La novela literaria ¿cura traumas, mejora la convivencia? ¿Biblioterapia?

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La mayor parte de la gente, especialmente quienes leen menos este tipo de obras, consideran que la novela literaria no es más que un entretenimiento típico, hay quienes piensan que es incluso ¡aburrida! ¿Pueden creerlo?

La obra literaria

No cualquier novela puede considerarse una obra literaria, aunque muchas puedan intentarlo. No basta con que tenga un narrador y cuente una historia, pues en realidad se trata de obras que en detalles y su conjunto transmitan un mensaje social, no sólo para una comunidad específica, sino cuyo receptor resulte más bien cualquier miembro de la raza humana en diferentes épocas.

Por si lo anterior no fuera poco, es un requisito indispensable que la novela literaria sea escrita con calidad, una estética a admirar y no sólo la originalidad o el tema más o menos escabroso del que trate. Mucho menos tiene importancia el autor del que proviene, aunque suele ser valorado también, especialmente por la experiencia de vida que le llevó a escribirla.

La lectura sanadora

Claro está que no hablamos de un libro de superación personal, de esos que se venden como pan caliente y que en realidad no sanan a nadie, más que a los bolsillos de sus escritores. Hablamos de literatura, de obras estético-artísticas a nivel de exposiciones pictóricas o conciertos sinfónicos.

La pregunta concisa es si sanan heridas, si curan traumas… La lectura en general oxigena nuestro cerebro, le permite ampliar sus horizontes, facilitar la crítica, la lógica y en este sentido, todo tipo de obras, no sólo las literarias, tienden a facilitar una rehabilitación de tipo psicológica en los lectores.

Las bondades de la novela literaria

Entender al mundo y sus conflictos a través de la lectura de novelas históricas como Las lanzas coloradas de Arturo Úslar Pietri, por ejemplo, así como de corrientes estéticas como profundizar en el existencialismo a través de El extranjero de Albert Camus, o recorrer la historia de la humanidad en novelas como Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, incluso recluirse en una prisión con la novela de Manuel Puig, El beso de la mujer araña, sin duda nos ayudarán mucho.

Si nos entendemos como parte de la humanidad y logramos la catarsis de nuestros problemas al acercarnos a la literatura, será porque viviremos junto con personajes psicológicamente estructurados en historias estéticas, de nivel artístico, en los que encontramos a seres que pese a sus dolores han logrado cambiar la historia de su pueblo o supieron vivir con dignidad.

En oposición a lo narrado

Obviamente también aprendemos en oposición, pues un personaje cruel de la obra literaria como La fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa o una abuela desalmada como la de Eréndira de Gabo, afianzamos nuestros valores, comprendemos que hay una humanidad adversa y que la lucha por contrarrestar influencias indeseables en nuestras vidas, nos dejarán reflexiones valiosas, llenas de enseñanzas incalculables y desde luego, sanación a nuestras vidas.

Ganancias adicionales

Hay investigaciones tendientes a incluir bibliotecas en los hospitales, pues han demostrado que la lectura tiene poderes curativos de distinta índole, como el planteado en el texto: El valor terapéutico de la lectura en el medio hospitalario (ya no está disponible, por eso sugiero este otro: La lectura como recurso terapéutico). Deberíamos involucrarnos más en la lectura de la novela literaria, por el alto valor que permea, además, en la sociedad que no lee.

Con la lectura obtenemos mejores temas de conversación, con lo que se incrementa la calidad de la socialización, incluidos los espacios virtuales que en otras temáticas tienden a recluir a los participantes en actitudes individualistas o solitarias. Así que promovamos la lectura como biblioterapia.