¿Cómo debe continuar la ayuda luego del envío de víveres?

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México ha dado una gran lección al mundo: somos solidarios ante las adversidades, sabemos responder ante las necesidades de otros cuando la devastación ha involucrado a nuestros hermanos mexicanos. Supimos también distinguir a los fascinerosos políticos en sus mentiras y trampas, comunicarnos con eficacia pese a las grandes dificultades, las noticias falsas, los robos para campañas políticas y más.

El envío de víveres ¿ya es suficiente?

Abundan los víveres, pero durarán poco.

Este fin de semana escuché en dos poblaciones (Alpanocan y Metepec, Pue.) que, aunque la ayuda era mucha, era insuficiente; pensaban en lo que sucedería dentro de unos días cuando todo se acabe, cuando la gente dejara de enviar provisiones.

Queda claro que será muy difícil mantener a tantas personas por mucho tiempo y es necesario que veamos otro tipo de ayuda para reconstruir la vida de las personas que hoy no tienen techo dónde dormir o cuya fuente de ingresos se ha visto seriamente afectada.

¿Qué otra ayuda se requiere además del envío de víveres?

México debe terminar lo que inició: levantar al país, a los mexicanos caídos. Pronto habremos pasado la emergencia pero, de ninguna manera, podemos darnos por vencidos; no debemos dar por agotada la tarea. Es inminente pensar en ese próximo futuro que se avecina: nos pusimos las pilas, y exigimos que el gobierno destine los recursos de las campañas para la reconstrucción. No paremos por ahí.

Hemos escuchado que ellos, los típicamente corruptos políticos, se van a alzar el cuello por el envío de víveres de los ciudadanos. También se lavarán las manos cooperando lo menos posible, fingiendo como siempre que darán su mejor esfuerzo; sí, pero para robar todo lo que puedan, como Rosario Robles, Javier Duarte, Peña Nieto, usarán las ayudas en su beneficio.

Tareas inminentes

La presión ciudadana para resolver «n» mil necesidades no debe cesar ya nunca. Es la única forma efectiva de alcanzar parte de las riquezas que ellos nos han robado. Hay una iniciativa que señala: «Peritajes antes que demoliciones» para descubrir a los constructores corruptos que lucraron poniendo en peligro a los habitantes de edificios que cayeron por el terremoto del 19 de septiembre.

Así como eso, quienes han pedido que no entren las máquinas antes de verificar que ya no hay personas vivas dentro de los escombros; aquellos que ya se están preocupando por demandar a los políticos que facilitaron los permisos de construcción sin cumplir con las normas (que son las más estrictas del mundo).

Denunciar el despotismo

Hay muchos gobernantes que no quieren enfrentar los reclamos ciudadanos y por ello filtran a la población que puede estar cerca de ellos. Es indispensable que levantemos denuncias, incluso en las redes sociales, para acusarles. Debemos derrocar piedra por piedra el sistema dictatorial que hoy nos aqueja.

La ayuda material debe hacerse ahora de forma más organizada, porque comprar unas latas o kilos de arroz, papel de baño o botellas de agua se hace incluso persona por persona, pero colaborar con bultos de cemento, láminas, varilla y más, para reconstruir las casas de miles de afectados de los dos grandes terremotos de septiembre de 2017 en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Veracruz, Tabasco, Tlaxcala, Estado de México, Morelos y la capital CDMX.

¿Cuál es esa ayuda material que debe organizarse?

Se trata de que las comunidades de ayuda colaboren uniendo los ingresos de las cooperaciones para canalizar este tipo de ayuda más onerosa, costosa, y pagar también el envío o generar la logística necesaria para conseguir donativos del tipo «transporte».

Empresas, escuelas, colonos, sindicatos, todos acordando esfuerzos para lograr la reconstrucción luego del rescate y el envío de víveres. Usemos la etiqueta  #Verificado19S para conocer y difundir la ayuda, ahí sabremos dónde hace falta nuestro apoyo y donde tienen recursos para solucionar problemas.

¿Nos alcanzará?

Debemos confiar en otros mexicanos que están en labores de presión política, pero apoyándoles cuando lo requieran para extraer recursos de las finanzas públicas y apoyando la vigilancia de la entrega a los daminificados. Nos tiene que alcanzar. También la fuerza, esa capacidad de unirnos para exigir, esa conciencia de seres sociales, solidarios, preocupados por el futuro de este país.

Si no lo hacemos también cometeremos serios errores, por omisión; seremos cómplices del hambre, de la indigencia y por tanto de la delincuencia que se comerá a la sociedad que no supo cobijarlos en estos momentos de desolación.