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A juzgar por elementos objetivos, con interés meramente analítico, propongo una revisión sobre el tipo de periodismo que ejercen ambos medios de comunicación: Aristegui y Televisa, como empresas y ejemplificando algunas de sus ofertas noticiosas de ambas, en la parte que compete a la profesión, particularmente.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, periodismo es:

Definición que carece de la parte misma del medio a través del cual, esa información, una vez captada y tratada, se difunde a la población. Como sabemos, cada medio masivo tiene un público meta al que dirige sus productos noticiosos y eso es importante porque de ello también depende el producto resultante. Si la audiencia es la comunidad académica e intelectual, tendrá una forma distinta que se expresara en palabras cultas, rebuscadas o científicas. Si el público es joven, se requiere de un formato más ágil, con infografías, explicación del contexto, quizá algo de historia animada, etc.

Un medio masivo por lo general tiene una línea editorial, esto es, una forma de pensar al respecto del manejo y tratamiento de sus noticias. Por ejemplo, hace unos años, Televisa, a través de los conductores de sus noticias, informaron que no darían a conocer noticias que pudieran facilitar a los maleantes o criminales, la ejecución de sus fechorías; asunto muy válido, pues evitan poner en riesgo la vida de personas involucradas en dichos eventos. Sin embargo, la línea editorial de Televisa, obviada en larga trayectoria de noticieros encubridores de las barbaridades del sistema político mexicano, no es todo dulzura. El 2 de octubre de 1968, Jacobo Zabludovsky, ocultando la masacre de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, informo: “Hoy fue un día soleado”.

Todos los periodistas tienen una línea, una preferencia política, un convenio con alguna autoridad; siempre buscando la venta de propaganda política. Hace mucho tiempo que los medios se deben a intereses distintos a su público. Me explico: cuando nacieron los mass media, hubo un interés por crear auditorios amplios de radioescuchas, lectores o televidentes, según el caso; eso dejo de suceder hace mucho tiempo. Las audiencias causan un consumo amplio sus recursos económicos, exigiendo mejores coberturas, información fresca, transmisiones en vivo desde localidades lejanas y todo ello tiene costos elevados; además de la enorme infraestructura que requieren. Antes las cámaras de televisión eran costosísimas.

Hoy pueden transmitir desde un buen celular. En su momento, tuvieron la necesidad de más y mejores patrocinadores y ellos no se encontraban entre sus públicos, sino primeramente en los empresarios que patrocinaban los programas anunciando los productos que vendían. Nunca se exigió que estos tuvieran calidad para ser recomendados, por ello más tarde fue necesario crear procuradurías para defender a los consumidores. Luego los políticos entraron en escena para comprar espacios que les dieran una buena imagen para los candidatos de las siguientes elecciones. Así se puso en venta la línea editorial: favorecer a quienes, sin importar su honorabilidad, paguen más dinero por una buena entrevista transmitida en horarios estelares.

Televisa está vendida en todo momento como dijo el Tigre Ascárraga:

Aristegui y Televisa

En los cambios en Noticieros Televisa, se cubrió ampliamente un entramado para recuperar la perdida posibilidad de recolocar al PRI en Los Pinos para 2018. Están usando una estrategia típica de la derecha en el mundo: el miedo a la guerra. Con los incesantes brotes de violencia en el país y la creciente aversión al presidente Peña, se teme el levantamiento en armas de diferentes grupos sociales. Ellos saben que requieren el apoyo moral de la gente para destituir al mandatario y sembrando miedo a la violencia, muchos prefieren otra imposición presidencial que perder la poca paz que queda.

Aristegui, por su parte, como líder de un grupo de investigación y con declarada línea de izquierda, esa que desea cambiar las estructuras sociales actuales porque no se apegan a un beneficio social sino que responden al gusto y beneficio de una clase política aristocrática e insensible a las necesidades de la población, ataca ferozmente, usando estrategias igualmente inteligentes, pero que a diferencia de Televisa, no insultan a la audiencia, engañándola. Por el contrario, su estrategia procura abrir los ojos, mostrando el tipo de gentuza que gobierna a nuestro país.

Aristegui y Televisa

La guerra está declarada entre dos esferas mediáticas opuestas. Aristegui para quitar el velo de la ignorancia y Televisa para remarcar la guerra como estrategia de infundir miedo en las audiencias. ¿Qué otros intereses obscuros esconden los demás medios masivos o los alternativos que cada día adquieren más fuerza por medio de las redes sociales? Sabemos que la derecha pretende imponer a Margarita Zavala y por ello refuerzan en Televisa la imagen de la mujer y crearon incluso una telenovela con la actriz Silvia Navarro llamada “La candidata”.

También se conoce la marcada preferencia de Carmen Aristegui por la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, AMLO –y la cada vez más sonada candidatura de la propia Carmen–. Esa guerra llevará a México a quedar atrapado en el huracán de las elecciones presidenciales. ¿Quién tiene más fuerza? entre Aristegui y Televisa, ¿quién gana? Está claro ¿no? Pese a ello, la izquierda en México es muy fuerte hoy día, conoce esas estrategias y muchos se unieron a ese grupo gracias a las audaces notas de Aristegui, desenmascarando al presidente en varias ocasiones, con la Casa Blanca, el plagio y la censura de la que fue víctima.

¿Cuándo seremos capaces como pueblo a poner nuestros propios intereses en las mesas de discusión? ¿Qué opinas?

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