¿Cómo se conforma un idioma?
Los idiomas no siempre han existido como los conocemos, sino que experimentan una evolución. En el inicio de nuestra era, en el Imperio Romano, se hablaba el latín y tenía dos versiones, el culto y el vulgar. Curiosamente, es el vulgar el que se impone y el que termina diseminándose hacia España. Eso es lógico, más que curioso, la población de a pie, más en aquella época, era mayoritaria y todavía no se popularizaba la cultura (aunque dudo que hoy podamos considerarla igualmente popular).
El latín vulgar llega a España con la migración de los pobladores romanos a la península. Las lenguas que se hablaban ahí eran diversas y desarticuladas; por ello el latín termina imponiéndose, pero su evolución con la mezcla de los términos (palabras) con quienes habitaban ahí. De hecho el latín, gracias a la influencia romana, es madre de varios lenguajes que se les conoce como lenguas romances: español, francés, italiano, provenzal, catalán, gallego-portugués, retrorrománico, rumano y sardo.
El indoeuropeo
Mientras que por otro lado, el idioma del norte de la Europa antigua conocido como indoeuropeo genera los idiomas siguientes: irlandés,
El castellano se consolida gracias a Alfonso X “El sabio” de España (1252-1284), quien institucionaliza la educación del idioma y hace diversas publicaciones definiendo su uso correcto. Ello con el tiempo se convierte en la Real Academia de la Lengua Española (RALE).
Cuando crecí, se nos hacía hincapié en la importancia de regulación de la RALE, como si fuera quien dictara su uso. Pero al estudiar literatura (y muchos años más tarde) dicha institución ya no era rectora, sino observadora.
El uso de las palabras manda
Somos los usuarios del lenguaje quienes aportamos y proponemos su uso conforme a la necesidad de expresarnos. Por ello dejamos fuera los términos o palabras que no nos ayudan a definir los aspectos de nuestra vida e inventamos palabras o las importamos de otros idiomas para dar a entender situaciones que no tenemos otra forma de definir en el nuestro. En pocas palabras, hacemos lo que nos da nuestra REAL gana y la RALE, al ver cómo se popularizan las palabras, se ve en la necesidad de incluirlas en su diccionario, según su uso, regional, local o universal (al menos en el universo del español).
Futuro
Así que no nos espante ver gente escribiendo palabras de formas distintas, podrían estar fundando una nueva lengua, quizá más rica que el Español. Lamento informar a los conservadores que el mundo siempre termina dando paso a los liberales. Las religiones de hoy serán mitologías mañana. Podemos estar a favor de rescatar las lenguas perdidas, pero mientras estas no se popularicen, difícilmente podremos revivirlas y los esfuerzos por mantenerlas en uso siempre serán contra natura, desgastantes, extenuantes.
Publicado originalmente en La Jungla de Mariano
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