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IGNORANCIA

Que no se culpe a los mexicanos de no saber, de actuar como les dicta el corazón, de soñar con un brillante espacio social o ver triunfar a su selección, o por llorar frente a una cuestionable historia de telenovela.

No son ellos quienes crearon los programas sociales de dependencia perpetua, ni dirigieron religiones invasivas y adormecedoras, ni escribieron guiones de telenovela, ni saquearon al sistema educativo de un glorioso porvenir.

Son las víctimas del colonialismo, del paternalismo, del consumismo. Esa ambición desmedida de muchos que vieron la forma de perpetuar su condición de ignorancia para dominar eternamente a toda una raza; noble, trabajadora, sencilla y con valores humanos sibilinos para muchos.

Después de tantas vejaciones, insultos y desconsideraciones hacia ellos, sus familias, su cultura, su raza, su ejemplo de vida, han salido como en todo, quienes se encabronan y se vuelven salvajes, quienes se encabronan y se vuelven sumisos, quienes estudian y reclaman sus derechos, quienes se emborrachan con debilidad.

Victimizados

Cada quién enfrenta la invasión como le va en la vida. Y de esas reacciones vuelven a ser víctimas de ataque, por borrachos, revoltosos o pendejos, por dormidos o apáticos.

El hecho es que en las cuestiones ideológicas la imposición de esos calificativos también viene de los que escriben los libros de historia, los conquistadores, los propietarios de la imprenta, los voceros oficiales de verdades estúpidas, esos que venden las tierras a extranjeros, que autorizan los transgénicos, que violan y esclavizan a mujeres, que viven lujosamente a costa del erario, autorizan saqueo de minas y contaminación del agua, matan periodistas, estudiantes de normales rurales, nombran jueces con conflicto de intereses y malbaratan los bienes nacionales.

Parece increíble que hoy día sean capaces de meter al enemigo a vivir en sus propias casas. A veces ellos mismos le abren la puerta a la incultura, a la desinformación, a la televisión; y felices llevan a sus hijos a ser adoctrinados al sistema educativo donde saldrán vigorosos soldados defensores de los ideales del sistema: hay que votar, hay que pagar impuestos, hay que consumir, hay que estar informados, hay que parecerse a los de la TV, hay que conseguir un trabajo de miseria. Luego se extrañan por qué su hijo salió así.

No adquirió el hábito de la lectura, no supo ser crítico, no sabe concentrarse en la filosofía, no sabe investigar la historia, etc.

PODERES OCULTOS

Detrás de toda esa mafia nacional, enquistada y que no es menos que perversa e infame, está la otra, la cofradía internacional, aquella que es capaz de atacarse a si misma para tener un motivo de defensa y contraataque, infecciosa mafia omnipotente en la política internacional; señores y creadores del dinero y su amplio poder de corrupción, acorralando en las esferas de su poder a los legisladores que con dádivas les abren el camino para su invasión ideológica, política y económica.

Los intereses del hampa internacional y en específico de nuestro incómodo vecino del norte, se hacen valer en cada esquina de los países sometidos a su imperio, que no son pocos, sino mayoría. Lobos con piel de cordero, que fingen paz y estabilidad internacional mientras imponen sus poderes ocultos en un sistema de manipulación de masas totalmente indefensas ante el daño psicológico propagado.

Para lograrlo, cuentan con medios masivos, bancos, leyes, chantajes y poder suficiente. Son insensibles, casi demoníacos y vituperan o silencian a los enemigos, como inquisidores. No hay forma de escaparse de su influyente desenfreno.

Nadie cree incluso que existan, pese a las pruebas demostradas en libros y documentales, periodistas, intelectuales. Se les tacha de izquierdistas o ultraderechistas, neonazis o fascistas. Sin dejarnos evaluar las diferencias, o están con ellos o son enemigos y se ensañan contra ellos con vileza.

Poderes ocultos

Detrás del cinismo de asesinos y corruptos que gobiernan a México actualmente, están esos poderes ocultos que solapan sus maldades a cambio de unas tierras o negocios con los bienes y recursos nacionales. Ahora seré yo el fascista o comunista.

Cuando me he dado a la tarea simplemente de abrir ojos a quienes sufren toda esa inmoral invasión, ya no solo en el nivel de los recursos materiales, sino también en el nivel de la mentalidad, de las ideas. Me deslindo de cualquier corriente de pensamiento como un primer paso.

No me mueve una ideología en particular. Me mueve simplemente el dolor que esas personas causan a los más necesitados, a los engañados. Una vez que ellos vean por donde pisan, que sean ellos quienes decidan el destino nacional.

Abogo por la democracia más pura y desinteresada. Acuerdos comunitarios y nacionales civilizados, libres por informados y conocedores de toda esa cultura dañina, que han dejado a su paso por aquí los vendepatrias. No quiero ver sangre, pero no le temo, pues de ella, en la historia, han surgido grandes logros. No alebresto a nadie, apuesto por la armonía y el conocimiento, la ciencia y por sobretodo, la razón.

Esos poderes definen incluso una libertad específica, una moralidad engañosa, y cada día lucho por escapar de esos mundos ocultos, de esas monstruosidades malignas y dañinas.

Paro Nacional 14 de octubre México

 

BASTARDOS SIN GLORIA

Habrán de venir hombres y mujeres anárquicos, monstruos heredados de las batallas que libramos, surgidos de la confusión y el caos, desapegados de unos y de otros, descalificando todo, empuñando el arma de la indiferencia y el desenfado, pero resentidos y recelosos, creyendo que habemos unos que peleamos por ocupar sillas de poder, sembrando discordia, porque viven felices en la desunión, en la separación.

Cada quien lo suyo es su estandarte, hijos de nadie, bastardos sin gloria, ni oficio ni beneficio. A mi me quedará el orgullo de ser inspirador o, acaso, enemigo de unos en favor de otros, sí; pero a ellos no les inspira nada, ni les mueve nada, son muebles sin utilidad, estorbos.

Prefiero ser útil, elijo inclinarme en favor de quienes nunca lo han tenido, sin pretensiones heroicas, como hermano, como amigo, solidario, por las heridas que a diario reabren los insensibles tentáculos de la élite nacional y mundial, las cuales también soy víctima. Han nacido, tienen compatriotas, connacionales, que escuchamos su sentir, sus latidos y merecen, mucho más que los otros por las mismas razones expuestas.

Realidad dolorosa

Los bastardos sin gloria me duelen mucho, me pueden y entristecen. No son más que hijos dañados de la misma tierra. No aspiran, ni siquiera sueñan. Están tan dolidos y tan sometidos a la esclavitud de sus propias ideas que no buscan bandera. Lanzan imprecaciones a diestra y siniestra. Comen diatribas. Y me hermano con ellos por que también tienen dolor, porque sienten, son víctimas, son los discapacitados de la libertad humana.

Les invitaría, si se dejaran, a morir por una buena causa, nada más. Sin pretender convencerlos de que esa causa sea la mía. No pueden ser enemigos del todo, y que viven en la nada.

¿Sabes? A veces me siento como ellos. No sé ni para quién estoy peleando. Quizá algunos que ni siquiera aprecian mi solidaridad. Por eso mismo entiendo que no cejaré en el empeño de despertar a la libertad, a la verdadera.

PARO NACIONAL

Parar no significa guerra cruenta. Cuando voy por la vida a tontas y a locas, sin pensar, prefiero parar. Detenerme a dialogar con el infinito de posibilidades que me presenta el futuro, para elegir bien. Paro cuando las cosas no van bien, quizá algo hice mal.

Después de mucho correr, necesito respirar, hacer un alto y valorar los beneficios o daños que eso me pudo causar (ya saben, el corazón, los pulmones). Pienso, luego existo y no tengo más que hoy invitar al Paro Nacional el 14 de octubre, para eso, pensar y hacer pensar.

¿De qué me sirve el desenfrenado consumismo? ¿A quién estoy beneficiando con mis compras? ¿Porqué no aparecen los estudiantes normalistas? ¿Qué orilló a Andrade a exculpar a tres evidentes rateros? ¿Qué más mentiras nos están ocultando con la compra chayotera de noticias en los medios y silenciar a periodistas? E invitar a otros connacionales a pensar también porque vivimos en crisis eternamente, porqué se perdieron en este trienio apenas los ahorros de las arcas nacionales de los dos sexenios anteriores, porqué compramos aviones de lujo o a qué ideología obedece el modelo económico actual que distancia diariamente a ricos de pobres.

Acabar con la mentira

Vivimos en el reino de las mentiras, acaso mi novela autobiográfica El reino de las verdades lance luz sobre algunas consideraciones que tengo al respecto. además de mostrar algunas transparencias permitidas y de ciertas pertinencias de licencia literaria, es insufrible el daño que se causa con tanta manipulación, en un neoliberalismo que ni siquiera se entiende, pero cuyas repercusiones están al alcance de todos.

De ahí el aforismo «por sus hechos los conocerás». Y vaya que son terribles las consecuencias de desenternos de la prioritaria participación ciudadana en las decisiones del gobierno. Debemos aprender a co-gobernar, a exigir cuentas claras, a denunciar los abusos y castigar a los culpables. Especialmente a los gobernantes que causan la cascada de corrupción a muchos conciudadanos.

Por eso voy al paro y a la resistencia civil, y a promoverlo con todas mis fuerzas y el empeño y empuje de todos, para abrir la cloaca y hacer limpieza. Es la hora. No tenemos opción y no tenemos miedo, porque es la única manera pacífica de quitar el castigo a los inocentes, de beneficiar a los desamparados, de curar a los enfermos y de dignificar a los que abren ojos.

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Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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