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A continuación podrás leer una historia basada en los mismos hechos, pero contada por distintas voces narrativas. El efecto sonoro, el producto imaginario, el enfoque desde donde se perciben los acontecimientos resulta en aparentes historias distintas.

Así, aunque se contara la misma historia, el resultado final sería totalmente distinto. Una vez que hayas leído las distintas versiones, te invito a dejar un comentario, indicando especialmente cuál de esas voces te gusto más (usa el número para abreviar).

1.- Narrador irónico, sarcástico, maduro, conocedor, trotamundos.

Buscó a Olivia porque en sus recónditos recuerdos renacidos con la reciente amnesia, él aún la amaba, seguramente más que el día de su boda. Entró a esa residencia como si él viviera aún ahí, sin importar el penoso proceso de divorcio, sin recordar los gritos o los insultos, sin entender que ella se había vuelto a casar. Antes que nada, era de suponerse que aquello sería un desastre. ¿Es acaso un renacer? Ella hornea galletas en su amplia cocina, siempre pulcra, porque cuenta con recursos para pagar ayudantes mientras él vive en una pensión. Iesu, al igual que su libre acceso, pretendía encontrarse con ella, cargarla de las nalgas y besarla hasta la garganta. Sí, seguro, un desastre, una bomba, un choque de trenes.

2.- Narrador omnisciente de conciencia y moralidad.

No hay mayor regocijo en el universo que un amor profundo, uno que existe aún sin la intervención de otras funciones de la memoria o la imaginación. Iesu va en busca de la mujer a la que amó siempre, entra en su casa porque el tiempo de la discordia ha terminado, aunque parezca tarde, porque nunca lo es si quien manda es el amor. Ella tampoco ha dejado de quererlo, aunque haya vuelto a casarse, seguramente al verlo le abrazará y retomarán la unión que tuvieron al casarse, ese amor puro y santificado por el matrimonio. Olivia cocina como los mismos ángeles, unas galletas que siempre conquistaron su paladar. Él desea besarla, ha dejado atrás los rencores, los penosos dolores del alma.

La forma y el fondo: es importante la forma de una historia, aunque el fondo sea el mismo.

3.- Narradora quisquillosa que toma partido por las mujeres o los desprotegidos.

Iesu, convenientemente había olvidado los infortunados insultos que profirió frente a los abogados durante el largo proceso de divorcio. Esperaba que Olivia hubiera perdonado todo por el amor que algún día le tuvo. Se metió al que fuera el domicilio común como Pedro por su casa, con un cinismo que no podía justificarse ni con la amnesia que tuvo el fin de semana. ¡Un domicilio que ella ya compartía con su nuevo esposo! Ella horneaba galletas para el doctor, no para el cínico de su ex esposo. Habría, sin duda, un inesperado agarrón donde él pretendería besarla como si nada hubiese pasado y ella le plantaría un golpe merecido, ojalá lo hiciera con un sartén caliente.

4.- Narradora culta que desvaría, que busca temas interesantes.

A veces los pies nos llevan a donde no queremos ir. Iesu quería, sin embargo, reencontrarse con su ex esposa como si ella fuera la misma joven alegre de la que se enamoró a los 18 años. Arrastrado a la cocina de la residencia donde vivieron juntos tantos años, donde construyeron un nido de amor que hoy es de otro, del doctor Luis, ese que consulta a unos pasos de ahí. Las galletas que ella horneaba desde antes de casarse le llevaron directo a su encuentro. Él intentará besarla pensando que, como él, ella habría olvidado los aciagos días frente a los abogados en las juntas de aveniencia del divorcio. Entró y al verla corrió hacia ella pretendiendo abrazarla y besarla como dos jóvenes en el parque que no miden las consecuencias de sus actos.

5.- Narradora ansiosa, desordenada, conocedora de literatura, le abruma la prisa.

Tres pasos dentro de esa casa. Olvidó el sigilo, las normas del respeto, los insultos en el proceso de divorcio, las riñas con la hija de ambos. Iba en busca de amor, porque en su obsecada misión del día, él tenía presentes los días de pasión que pasaron juntos. ¡Qué malditos juegos tiene el destino! Olivia preparó unas galletas para su nuevo esposo y eso atrajo a Iesu hasta el lugar donde un agujero negro se los tragaría a ambos. Y el doctor en su consultorio que podría llegar a la escena de tal drama épico. Él querrá volverla a besar, a cargarla como caja de cervezas, a enjugarse los labios en los de ella. Cada paso fue acercarse al abismo de la desgracia.

6.- Narrador pacífico, noble, bondadoso, fiel, creyente.

Con la esperanza de contar con el olvido de Olivia, Iesu se encaminó a un reencuentro en su casa, la que ambos construyeron con amor cuando consolidaron su matrimonio muchos años antes. Un persistente impulso nacido de una amnesia pasajera durante el fin de semana, acudió a su encuentro y ella no le esperaba. De hecho, horneaba sus legendarias galletas para su nuevo esposo, el doctor Luis. No recordó que las cosas no fueron del todo halagüeñas en el periodo de su separación legal, sólo deseaba correr a su encuentro y besarla de nuevo como lo hizo tantas veces en el pasado.

Hay distintos tipos de narradores, pero en este comparativo sólo puse narradores omniscientes para conocer el impacto de sus personalidades.

7.- Narrador orientado, deseoso de impactar, humanista.

Es impresionante el poder del olvido de la humanidad. Iesu, sufriendo las consecuencias de una amnesia pasajera, se propuso reconquistar a su ex esposa Olivia, aún a pesar de que ella hubiera contraído matrimonio nuevamente. Se le vio entrar a la casa donde ella habita y desprendía un olor a desengaño que se podía respirar en varias casas contiguas, más que el aroma esquisito de las galletas que ella horneaba en su cocina. Los sonidos de sartenes y ollas golpeando contra el fregadero guiaron a Iesu hasta ahí. Se propuso con la irreverencia del día, abrazarla y besarla como en aquellos remotos tiempos distintivos del amor que se tuvieron. Ella tendría derecho a romperle la boca con un puñetazo o quizá, en la costumbre no olvidada de recibirlo, le dejaría ser el caballero que alguna vez fue.

8.- Narradora científica y psicóloga.

Iesu se fue a meter en la casa de Olivia, su ex mujer, como si aún estuvieran casados. Se podría justificar que él pasaba por un proceso amnésico, que no era consciente de sus actos, que su cerebro dosificaba químicos peligrosos, haciéndole actuar como un completo idiota. Mientras ella sacaba las galletas del horno, él atravezaba la puerta de la casa y se encaminaba a lo que esperaba fuera un reencuentro maravilloso con la mujer a la que siempre amó. Ella, sin embargo, estaba casada con otro hombre, un doctor, mismo que atendía a sus pacientes en un consultorio dentro de la misma casa. Los ingredientes perfectos para una colisión de resultados impredecibles.

En la imagen vemos un cuentacuentos, lo que se conoce como narración oral.

9.- Narrador con interés poético.

Las pacíficas aguas se agitan cuando Iesu remueve los sentimientos de su atribulado corazón. Dejó salir de su vestidor al mejor traje luciendo como el caballero en pos de su dama. Resucitó en sus entrañas la pasión y el cariño que le unieron a Olivia en la alborada de su juventud, mientras pasaba la página del juez que firmó el acta de divorcio. Engañado por sinapsis discordantes, fue seducido a visitarla sobre las nubes de la ilusión, llena de besos y caricias. Convocado por el mágico olor de sus galletas horneadas, patinó hasta su cocina furtivamente, en ese limbo nebuloso de estrellas de una hudiza pubertad donde ellos son felices, comen en la misma cuchara el helado y sueñan a amarse con el mismo descontrol hormonal por todos los parsecs que puedan imaginar. Allí, frente a frente, miradas compartidas, caerán los telones de la farsa y la pantomima, morirá fulminante el ensueño, en un desgarrador grito sobre el que aterriza la desventura de la verosimilitud de sus actores, conscientes de que no son más los amantes de un romancero, sino las víctimas de un acuchillado amor por los calendarios agrupados en dos decenas. Despiertan en sus separados lechos de actores que recrearán nuevamente la historia de un Romeo por su Julieta en la siguiente función.

10.- Narrador poco convencional, poco preparado, contando una historia como la recuerda.

Sucedió que Iesu se fue a meter en casa de Olivia, su ex esposa, el día que ella horneaba esas deliciosas galletas con las que alegraba a toda la comunidad y justo cuando su nuevo esposo atendía pacientes en su consultorio contiguo. ¡Estaban divorciados desde años atrás! Parece que sólo fue a buscar problemas. A él no le importó, se le metió en la cabeza que ellos dos eran capaces de amarse nuevamente o que no se habían dejado de querer pese a las dificultades que pasaron durante la separación en los juzgados. Se le calentó el cerebro y otras cosas pensando que allí mismo le daría uno de esos besos legendarios y hacerle el amor como lo hizo tantas veces antes.

11.- Narrador sui generis, involucrado con los personajes como si fuera un chisme lo que cuenta.

El muy bruto se metió en la casa de Olivia como si ella fuera la novia que fue algún día, pero su memoria no le dio para más y olvidó que ella se volvió a casar unos años antes con un doctor muy bien parecido que esa tarde estaba atendiendo pacientes en el consultorio de esa misma casa. ¿Te imaginas? Nada más hace falta que él se tome un descanso y llegue a la cocina y encuentre a su esposa y al ex esposo besándose. ¡El acabose! Ni las deliciosas galletas que ella estaba horneando para el doctor serían suficientes para bajarle el susto. ¿Pero a quién se le ocurre semejante disparate? Es como si se les metiera la adolescencia de nuevo al cuerpo y olvidaran que los actos tienen consecuencias.

Hay muchos elementos implicados en la narración de una historia: el enfoque, la perspectiva y otros aspectos, pero este ejercicio busca voces interesantes, casi todas ya han sido experimentadas por distintos autores.

12.- Narrador poético, musicalizador de las palabras, culto.

Las hojas de otoño caían sobre su cabeza. La melancolía le bañó como balde de agua, empinándose a una aventura. Arrastró sus piernas a la puerta de Olivia, la veía poco desde su divorcio pero ese día no recordaba incluso que ella había vuelto a contraer nupcias. Desde que pasó por el tapete de la estancia ya podía verla en la cocina lavando las ollas de las galletas que horneó. Iesu la besaría con pasión y la esperanza de amarla de nuevo construyendo ahí mismo un monumento al recuerdo de las noches, de los días que se consagraron unidos en cuchara en infinidad de camas. Tiempos que recordó por culpa de la amnesia furtiva, emociones escondidas tras la máscara de la malévola cotidianidad que flotaron a la superficie de esa tarde. Su desconsiderado destino no contribuyó con al menos un pequeño indicio del telúrico hecho en el que ella, su Olivia, ya no era más que una extraña, casada con el doctor Luis que consultaba a sus pacientes en la misma casa.

¿Qué narrador te gustó más?

¿Qué tal? Me ha resultado muy interesante este ejercicio, de hecho es un poco más largo porque incluye la presentación de diálogos y demás requerimientos de una novela, para que me dé mejores y más completos resultados el experimento. Es para una nueva novela en la que estoy trabajando y quise compartirla.

Me interesa conocer tu opinión y preferencia del narrador que elijas, déjalo en los comentarios y si puedes, comparte. Gracias.

Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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