Encuentro: Comunicación, periodismo y literatura
Esta ponencia fue expuesta en 2006 en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM y fue publicada en la revista Códice en 2006, de la Universidad Anáhuac-Mayab de Mérida,…
Blog del escritor
La comunicación y la información son dos importantes temas de nuestro tiempo. Conocerlas desde la familiarización hasta las propuestas de mejora requiere de varios puntos a saber:
En este paso sabemos que comunicarnos es vital para nuestra supervivencia y desde ese momento dedicamos esfuerzos a perfeccionar nuestras herramientas de información, instrumentos que nos permiten medir la eficiencia de las palabras que usamos para comunicarnos, siempre con la retroalimentación recabada en procesos previos de intercambio con nuestros semejantes.
Al inicio del uso del lenguaje como instrumento a través del cual nos comunicamos y recibimos información del entorno, valoramos primeramente su característica lúdica, pues nos permite reforzar lazos con los demás miembros de la comunidad y a obtener de él una satisfacción, el placer de jugar con las palabras.
Es gracias a la comunicación que podemos enriquecer nuestro acervo cultural, a retener en la memoria contenidos de las ciencias y potenciarlos con la imaginación, el raciocinio. En este mismo momento, nuestro lenguaje sigue explorando nuevas rutas, áreas de interés por ejemplo, donde se aprende la jerga de una profesión, tema o materia.
Cuando una persona a llegado a dominar una ciencia o tema, es capaz de relacionar sus conocimientos con la experiencia diaria, con la aplicación práctica de dichos contenidos y a expresar, proponer y ampliar la propuesta personal, enriqueciendo con su personal punto de vista, el bagaje cultural de una comunidad o de la humanidad misma.
En internet hay áreas ocultas a la gente, al menos a simple vista. Para que podamos ver cualquier página web, los servidores repartidos a lo largo y ancho del mundo guardan la información: imágenes, vídeos, archivos de programación, textos y documentos varios.
Al menos 10 millones de páginas web se crean diariamente. Los buscadores como Google o Bing rastrean con robots (pequeños lenguajes de programación para ubicar el contenido de páginas y enlaces) y proporcionan de acuerdo a algoritmos un posicionamiento en el resultado de las búsquedas.
Los robots no pueden llegar a todos los sitios pues muchas veces el contenido está cifrado de tal forma que impiden su rastreo. En las carpetas de un servidos (como funciona tu explorador de archivos) se guarda material, pero no es el único sitio en donde se puede almacenar la información.
En las bases de datos, siempre cifradas, hay muchos más datos que los robots no pueden alcanzar (por ejemplo conversaciones de chats, publicaaciones de Facebook, etc.)
Hay servidores (computadoras siempre encendidas) que restringen el acceso a los robots pero no siempre a los usuarios que inspeccionan «a mano» su contenido.
La red profunda es esa, material que no aparece en buscadores pero que con el uso de navegadores y buscadores dedicados, es más fácil llegar y con la ventaja de viajar por rutas que conservan el anonimato de quienes incursionan por ahí.
Para dificultar la tarea de quienes nos observan, se puede usar un navegador llamado TOR para cambiar la IP con que se navega, al menos en unas tres ocasiones y pasar desapercibidos en nuestro itinerario de viaje.
El principal motivo de ocultarse para investigar en la web profunda es debido a que ciertos contenidos no se difunden porque son ilegales. Algunos son bloqueados por los buscadores y otros simplemente no son visibles a ellos porque quienes los publican hacen algo incorrecto o consideran que dicha información no debe ser divulgada por algún motivo específico, como listas de datos de personas, venta de armas ilegales, fotografías pornográficas, etc.
Tener información da poder y eso lo saben quienes lo ostentan. Evitar que la gente esté informada es una forma de conservar su status quo o su nivel sobre los demás.
Contar con herramientas que faciliten el intercambio de datos entre las personas es un riesgo para el nivel de vida privilegiado que algunos tienen, especialmente en niveles gubernamentales.
Si tenemos la información pero no sabemos cómo usarla, de nada nos sirve. Por ello, es importante que los datos que se obtienen se analicen adecuadamente de manera lo más académica posible para explotar la información recibida.
Si tenemos sistemas de información como equipos de cómputo, bases de datos, y sabemos extraer las gráficas adecuadas, se puede exprimir al máximo los datos máximos o la llamada Big Data.
Este documental es amplio pero ayuda a ilustrar el tema de los grandes datos o Big Data:
Gracias a los sistemas avanzados de la tecnología, desde la comunicación digital hasta la administración de bases de datos administrados por el software (programación), nuestra sociedad avanza rápidamente en este tema y cada día se cuentan con mayor cantidad de soluciones digitales para aplicar en nuestra vida cotidiana.
El mundo digital se integra cada vez más a la sociedad y empieza a ser requisito para el aprendizaje de todos los programas educativos profesionales porque la industria, las empresas, el comercio y en general el proceso de administración social, requiere más colaboradores de esta área.
Esta ponencia fue expuesta en 2006 en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM y fue publicada en la revista Códice en 2006, de la Universidad Anáhuac-Mayab de Mérida,…
A todo esto surgen muchas interrogantes: ¿toda la información pública es susceptible de ser conocida por cualquier persona? ¿Hay alguna información que adquiera el carácter de confidencial para los ciudadanos?…
En los inicios de las teorías de la comunicación, se consideró que los árboles también se comunicaban, de la misma forma que nosotros; más tarde se desechó dicha posibilidad, aunado…
Este artículo fue publicado por la revista Razón y Palabra en 2004 en esta liga. La profesión de comunicar Tener como profesión la urgente necesidad de proclamar a los siete…