Terror por la educación homosexual en las escuelas

Comparte:

No crean que el “terror” es sólo porque a nuestros hijos les muestren, el día de mañana, cualquier cantidad de temas controvertidos, no sólo el sexual, y en particular del asunto en boga: el homosexual, sino de muchos otros como delincuencia, desobediencia a los padres, bullying, alimentación insana, etc., (que ya lo hacen). Ojalá no juzguen tan rápido y lean todo el artículo. Al final, si gustan, dejen sus comentarios y debatamos responsablemente.

Con la reciente “explosión” del tema en México, debido a la iniciativa del presidente (siguiendo el movimiento internacional de derechos humanos, obligado por los convenios firmados) enviada al Congreso para dar espacio en todo el país al matrimonio igualitario y las marchas a favor y en contra de este fin de semana, escribí otro artículo que te recomiendo, denominado Iglesia Católica, detrás del ataque a los matrimonios igualitarios; he leído infinidad de opiniones que denotan terror al tema en muchas personas, especialmente en lo relacionado a la educación que se impartirá en las escuelas a nuestros hijos. Tema nada sencillo, por ello te ruego leas todo lo que voy a sugerir y te detengas a reflexionar sobre ello.

Los temores tienen claro fundamento. En diferentes partes del mundo se ha exigido a los padres de familia que lleven a sus hijos a la educación sexual obligatoria del estado. Aquí la primera revisión que debes hacer:

Dejar la educación en manos del Estado es un riesgo, porque terminarían enseñando a nuestros hijos cualquier aberración que se les ocurra: ser soldados dóciles del sistema político, cumplir con un servicio militar o social obligatorio por el tiempo que ellos determinen, obligar a los padres a tomar cursos y cantar el himno, permitir el uso de pornografía en clase, etc. No lo dude. El Estado es la antítesis del rey midas. Todo lo que toca lo hace caca.

Desde hace un tiempo publiqué este vídeo sobre la ideologización en las escuelas por parte del Estado, pero tampoco estoy de acuerdo que las empresas privadas o los padres de familia se adueñen de ellas. Mucho menos las iglesias (y así funcionan muchas escuelas privadas del país y el mundo, en manos de curas, monjas, religiosos o laicos aferrados –muchos, no todos- a ciertas ideas fundamentalistas de la religión). Preferiría que rediseñáramos el modelo educativo más acorde a un futuro donde el conocimiento es amplio, libre, sin ideologizaciones morales, propositivo, progresista.

La homosexualidad no es un trastorno o una enfermedad, es un conjunto de preferencias que se deciden o con las que se nace, como a quienes no nos gusta la nata de la leche, por ejemplo. No siempre es voluntario. Quienes optan por esa vía conscientemente resultan ser verdaderos promotores de ese “cambio”, pues habla de que, pudiendo evitarlo, lo prefirieron. Con la discriminación que aún existe y los dolores de cabeza que algunos les hacen pasar, más bien es insólito; sin embargo, hay muchos casos así.

Meme en redes

Quienes hoy pelean por discriminar a los homosexuales, disfrazando sus movimientos como “defensores de la familia” tampoco son blancas palomas (literal porque son respaldados por las iglesias que día a día pierden feligresía –y qué bueno–). La Iglesia Católica no tiene un buen historial, no tiene la reputación suficiente para hablar del tema y por eso se escuda en asociaciones supuestamente civiles para remarcar lo “pecaminoso” de la homosexualidad. Como lo escribí en el otro artículo mencionado arriba, de eso piden sus limosnas. Mientras más pecados cometa la sociedad, más dinero recaudan en las canastas dominicales. De eso viven, de estrechar la moralidad para regir más la vida de las personas. Son iguales al estado. Dominar a la población. Escandalizarse por algunos casos de abuso por imposición es típico de las iglesias.

Nota: el autor fue laico comprometido y activo con la Iglesia Católica, testigo mudo de innumerables experiencias (no sexuales) que dentro se ven naturales, como sacerdotes gritones, corriendo a los pobres del templo porque venden paletas a la salida, dadivosos que les “regalan” autos, etc. Ahora retirado de la institución, he investigado mucho al respecto. No hablo por hablar.

El engaño y la manipulación son herramientas muy poderosas de grandes corporaciones tanto económicas (trasnacionales o nacionales), como políticas y religiosas. Mi personal interés está en empoderar a la población en general para que lea, obtenga información, se documente, valore los estudios de rigor científico y no se deje engañar.

Los padres de familia tienen el derecho natural de educar a sus hijos, pero no con una mente cerrada en cuanto a la homosexualidad y a muchos otros temas como la misma religión, sino más bien informada: tienen derecho igual que todos a vivir conforme a sus preferencias, no debemos discriminar en lo absoluto a nadie, ni étnica, ni por condición física o preferencia sexual, o cultural. Que no les impongan una religión, sino explicando las diferentes manifestaciones de relacionarse con una divinidad. Eso es respetar también a sus hijos para que tomen decisiones más conscientemente.
Educar no es imponer una ideología, es explicarles todas; el alumno o hijo conserva su derecho a decidir por cuál optar.

Porque no tiene nada de malo la homosexualidad, no obstante, tampoco se trata de imponerla obligatoriamente; pero OJO, tampoco la heterosexualidad. En ese mismo orden de ideas, no tiene nada de malo ser musulmán, pero no debe ser obligatorio, lo mismo que ser católico. Se debe educar con amplitud, mostrando bondades y desventajas de cada uno. El alumno puede, y debe garantizarse su derecho a, elegir libremente y bien informado, no con una tendencia religiosa o de estado.

 

¿Debemos quitar al Estado como rector de la temática educativa? Sí, sí, y sí. Pero también a las iglesias. Es mejor la escuela laica y como lo indica nuestra Constitución, gratuita y de calidad; preferiblemente enfocada al conocimiento amplio de nuestro entorno con validez científica.

Siempre dispuesto a debatir, a escuchar opiniones, a recibir críticas. Usa el espacio de abajo. Comparte. Gracias.

En la columna lateral, arriba: Formulario de suscripción. ¡Gracias!

 

Verdades sobre los ateos que los creyentes confunden

Comparte:

(Versión en inglés aquí) Hace año y medio escribí la novela El sacerdote ateo. Durante ese tiempo, he estado atento a los comentarios, dándome cuenta que por lo general los creyentes no comprenden a cabalidad el concepto del ateísmo. Me he encontrado con gente maravillosa que es creyente y, sin embargo, tienen poca noción del tema. Muchos consideran que los ateos son enviados del mismísimo demonio que llegó para causarles tentaciones a pecar y condenarles por toda la eternidad. Por eso he preparado una serie de respuestas a preguntas comunes, espero les aclaren algunas ideas y me escriban abajo si tienen dudas o comentarios.

¿Qué es un ateo?

Es una persona que ha decidido no creer en una divinidad, en ninguna, de ningún tipo. La palabra tiene raíces griegas “a” = sin y “teo” = dios, es decir, sin dios.

¿Por qué hay ateos?

Símbolo universal del ateísmo

Sería la misma respuesta a ¿por qué hay creyentes? Simplemente, porque cada persona ha decidido creer o no creer según el caso. Dejar de creer cuando desde niños se ha inculcado la fe en alguna divinidad tampoco es una decisión sencilla. Se requiere todo un proceso de introspección que no dura pocos días, ni semanas. También es necesaria una gran dosis de honestidad consigo mismo y desde luego, tener clara la información, porque los engaños y autoengaños suelen ganar las batallas.

El creyente acostumbra sobrevivir con información no verificada, pues la fe consiste en ello; “sin dudar” sería un buen sinónimo de fe. Ellos no tienen problemas en recibir con los brazos abiertos cualquier dato que “sientan” correcto, sin ponerlo a prueba.

Los ateos, en cambio, son gente mayoritariamente escéptica, es decir, dudan de todo. La información que cae en sus manos procura verificarla, conocer la fuente, comparar datos, hacer un análisis, inferir o generalizar, de modo que el argumento en cuestión pase las pruebas más duras. Si un creyente que lee esto no lo tiene del todo claro, un ejemplo sería creer en los gobernantes. ¿Les cree todo lo que dicen? Es más fácil comprenderlo así. Supongo.

¿Los ateos se van a condenar?

Según la versión del tema para los creyentes, obviamente se irán al mismísimo infierno sin dudar. Dios, el personaje que se sintió “ofendido” –si tal cosa pudiera suceder- por tal conducta, ni siquiera le dará juicio. Lo que sucede es que los ateos no creen en otra vida, ni en dios, ni en los ángeles, ni en un juicio final, ni en el demonio. Cuando mueren, están conscientes, según su creencia, que se apagó el foco y no hay más. Por ello no tienen miedo a las advertencias de condena.

¿Los ateos son pecadores?

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, para que se pueda cometer un pecado, se deben cumplir tres requisitos: 1) Pleno conocimiento, 2) Pleno convencimiento y 3) Materia grave. Un ateo no puede pecar, porque le falla el número 2 aunque cumpla con los otros dos apartados. Él no cree en dios, por tanto, no cree en sus reglamentos, ni mandamientos, nada por el estilo. Dicho sea de paso, tampoco cree en las iglesias de ningún tipo, pues al estar convencido de que no hay un dios, que no existe, no es necesaria una institución que ayude a la salvación.

¿Los ateos tienen valores?

Esta es una de las dudas más recurrentes. Las personas por lo general ponen su interés en algún concepto de la vida: dios, amor, amistad, familia, humanidad, dinero, avaricia, etc. No hace falta tener un dios o una religión para adquirir valores. De hecho, un 33% de la humanidad carece de una deidad, es atea o no profesa religión alguna y los países ateos (los nórdicos, por ejemplo) por lo general son pacíficos, de grandes avances científicos, tienen baja criminalidad y alta calidad de vida. No quiero decir con ello que los países con creyentes no lo sean.

¿Los ateos tienen emociones?

Como cualquier ser humano, se duelen por las agresiones, se indignan ante las mentiras, gritan de coraje, etc. No tendrían por qué ser diferentes a los demás.

¿Pretenden convencerme de su ateísmo?

Al igual que los creyentes, hay quienes recorren puerta por puerta llamando a la “conversión” para seguir a su dios o su profeta. Así también hay ateos dispuestos a convencer a más gente de sus ideologías. Pero no todos los creyentes buscan conversos ni todos los ateos, generar “religiones ateas”.

¿Creen en Jesucristo?

Esta es otra duda que les carcome a los creyentes que me he encontrado. Desde luego que no, no creen que Jesús de Nazareth sea hijo de Dios porque no creen en ningún dios. En todo caso, algunos lo consideran un líder de su época. Pero la mayoría ni siquiera cree que haya existido; las historias sobre mesías existen desde mucho antes que él. 3200 años antes de nuestra era o antes de Jesús, en Egipto se veneraba a Horus, que era el dios del sol, nacido un 25 de diciembre, de una mujer virgen, que fue fecundada por dios y el esposo tuvo que aceptarlo, que le visitaron unos magos al nacer y sufrió persecución, se escapó a los 12 años al templo a dar instrucción religiosa, que se desconoce su vida entre los 12 y los 30 años de edad, cuando inició su vida pública y hacía milagros. Murió crucificado y resucitó al tercer día. Ese mismo cuento también lo tenían otras varias culturas posteriores a ello y antes del nazareno. Esto quiere decir que, según algunos ateos, la historia de Jesús en realidad fue un plagio, robaron la historia de la mitología egipcia y se suele marcar ese timo o engaño a mediados del siglo II después de nuestra era (o después de Cristo). Tal vez te interese conocer ese tema viendo la película de Hypatia denominada Ágora aquí.

¿Puedo rezar por ellos?

Hypatia en la película Ágora

A ningún ateo le interesa que ores por ellos, pero si eso te hace feliz, no veo la razón por la que no puedas hacerlo. De cualquier modo, si gracias a tus oraciones el ateo alcanza misericordia ante tu divinidad, quizá un día en el más allá te lo agradezca. Sin embargo, no suelen agradecerlo en esta vida, por el contrario, se sienten incómodos al saberlo, pues significa que no comprendes del todo su pensamiento, que no les escuchas y no tomas en cuenta que ellos están negados a todo este tipo de culturas e ideas. Si vas a orar por él o ella, que no se entere.

¿Hay sacerdotes ateos?

Sí, los hay y los ha habido históricamente. Mira estas notas: “Castiga vaticano a sacerdote ateo y rockero” y “Un sacerdote católico padre del ateísmo”. Como puedes ver, la realidad siempre supera la ficción. Según un pastor protestante de renombre, el 33% de los curas católicos es ateo. Si un día lees mi novela, además de mi agradecimiento, deseo escuchar tus comentarios. Esa novela puede ayudarte a comprender más el entramado mundo de los creyentes y también de los ateos, sin causarte, desde luego, un conflicto de fe. Hasta pronto.

¿Creen en la Biblia / Corán / otros?

Ellos consideran que la biblia es literatura hebrea, con personajes de ficción como el resto de la literatura y por tanto, no consideran que esos personajes sean reales. No creen que sea palabra de dios ya que no creen en él. La palabra humana es lo único que encuentran en ella. Lo mismo pasa con cualquier otro documento no científico. Las virtudes no son exclusivas de los creyentes y eso se puede ver alrededor del mundo en millones de personas no creyentes.

 

Libro El Sacerdote Ateo, versión impresa ($180 pesos), entrega a domicilio GRATIS a toda la república mexicana (promoción limitada).

Leer reseña

(only MX)

Rest of the world

Compra o Descarga aquí Versiones impresa ($11 USD) o digital ($4 USD) desde la tienda Amazon.

Buy from Amazon store at this link.

En la columna lateral, arriba: Formulario de suscripción. ¡Gracias!