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El interés económico de los inversionistas estadounidenses en México podría estar en riesgo si gana «Ya sabes quién»; al menos ese es el miedo que tienen los de «la mafia del poder».  Por eso Luis Videgaray, el aprendiz de Relaciones Exteriores ha propuesto junto con los demás altos funcionarios de aquel país, una reunión entre Peña y Trump en las próximas semanas.

Vuelve la guerra sucia

En el periodo de pre campañas salió a la luz un audio cuya obvia intención es asustar a la gente con la posible intervención de Rusia en las elecciones para apoyar a AMLO. Puedes escucharlo en esta nota.

Justamente el aprendiz de secretario de estado insiste en un TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) cuando la evaluación real en los 25 años de existencia de dicho acuerdo no ha sido tan benéfica para la población mexicana tanto como lo ha sido para las élites que controlan la economía de este país.

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El encuentro próximo

Diferentes medios reportan que Luis Videgaray asistió a la Casa Blanca para lograr dicha reunión. No se han dado a conocer fechas pero está claro, como lo hemos podido apreciar a lo largo del sexenio (y los últimos 30 años) que México responde a los intereses estadounidenses. Los acuerdos bilaterales son siempre en favor del gigante y terminan beneficiando siempre a los amigos del poder en México, mas no a su población.

Hay que hablar claro del tema, es obvio que los funcionarios mexicanos venden privilegios a los estadounidenses constantemente. Por otra parte, siembran miedo por que la oposición nos lleve a estar en peligro como en Venezuela o se puedan perder los «privilegios» de los programas sociales, como podemos ver en el siguiente vídeo:

Claro está, no tardó mucho en salir la versión opuesta:

Las groserías de Ochoa Reza:

Esta semana también fuimos testigos de las desafortunadas declaraciones de Enrique Ochoa Reza, calificadas como misóginas y machistas, despectivas:

Así, el PRI, el sistema, siempre confirma lo que es un secreto a voces: no le interesa la gente, no está a la altura del valor ciudadano mexicano y no trabaja por el interés de los nacionales, sino de sus amigos, los estadounidenses que les dejan jugosas ganancias a cambio de la riqueza de nuestro país.