La miserable fundamentación de los argumentos de la derecha en México

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Para nadie es una novedad que en México están sucediendo cambios no vistos por la actual generación de ciudadanos. El mundo entero se está sorprendiendo por las formas políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador y los legisladores que conforman la alianza Juntos haremos historia que conforman la llamada Cuarta Transformación política histórica de México.

Información directa a la población

Hoy somos testigos de la confrontación pública entre los miembros de izquierda (4T Morena + PT unidos al Verde centro derecha) y la centro izquierda (PRI, PRD, MC) ahora muy unida a la ultraderecha (PAN). Se le acusa al presidente de dividir al país en ideologías pero estos paréntesis nos permiten observar que las divisiones no son causadas por las ruedas de prensa diarias del presidente en sus llamadas «mañaneras». Las divisiones son mucho más profundas de lo que podría exponer una mañana cualquiera el presidente. Antes no se veía porque los presidentes compraban a los medios y todos parecían pensar igual. Los opositores de antes, en esos regímenes autoritarios, se veían minimizados por el poder del Estado y el cuarto poder (prensa).

Periodistas de cuota

Vemos, sin embargo, en la actualidad, que el país entero está apoyando al presidente (+70%) y por más esfuerzos que hacen los opositores, no dan un solo paso en firme. Ya nadie cree en los medios masivos de no ser por los que, adoctrinados típicos de la ultraderecha, como si fueran feligreses religiosos, ciegos, acríticos, sometidos a un pensamiento del tipo fascista (sólo mi verdad es única, correcta, sólo hay una forma de pensar perfecta), se siguen creyendo las mentiras implantadas por los conductores de noticias.

Se han hecho suficientes demostraciones de la creación de noticias (montajes) para tener atrapadas a las audiencias. Muchos ya hemos superado esa etapa en la que también nos hacían creer que las guerras de Estados Unidos están justificadas, que se quemaron toneladas de mariguana, que se detuvo a secuestradores… esos casos demostrados como mentiras, montajes, creaciones televisivas como las comedias, para engatusar a la audiencia.

¿Qué hay de fondo en el debate entre liberales y conservadores?

Tenemos una disputa más profunda que los dimes y diretes en los que se enfrascan diariamente los actores públicos (empresarios, medios, políticos, religiosos, influyentes). La política durante 36 años se vio favorecida por la idea de una doctrina de derecha en la economía de los países: el conocido neoliberalismo, una corriente de pensamiento basada en los postulados de la Escuela de Chicago que pugna por un mercado libre, sin la intervención del estado nacional. Los gobiernos debían deshacerse de gran parte de su aparato burocrático y de las empresas que manejaba y sólo ser observador de los arrebatos económicos.

¿Resultado?

Altos niveles de corrupción en las negociaciones que las empresas más ricas provocaban al ofrecer dádivas a todos los políticos para que las leyes les permitieran hacer lo que quisieran. Es decir, también la política se volvió un negocio. Los más pobres sufrieron las consecuencias. La brecha entre ricos y pobres se ensanchó a niveles insultantes. Se pretendía privatizar (como se hizo en otros países) la educación, la salud, los combustibles (petroleo, gas, luz) y se encareció la vida.

Llegó un momento en que resultaba imposible pagar una casa durante una vida media para la mayoría de la población. El libro El capital en el siglo XXI, escrito por el economista francés Thomas Piketty señala los inconvenientes de este tipo de economía salvaje, «sálvese quien pueda», «todos contra todos». Él propone que se dé mayor carga impositiva a los más ricos y se libere de impuestos a los más pobres.

El presidente de México propone la frase: «Por el bien de todos, primero los pobres». Se trata de recuperar la ideología propuesta antes del neoliberalismo, llamada liberalismo económico, para que el Estado sea rector en el control de la competencia sana del mercado. Que el Estado se desconecte de las dádivas que compran leyes, que tenga en su poder las empresas que son prioritarias para el desarrollo y para la paz.

La ley eléctrica

Asesinos de México

La lucha reciente entre los diputados mexicanos por aprobar o rechazar la ley propuesta por el presidente en materia energética ha dejado clara la intención de la derecha, de los opositores (PRI, PAN, PRD y MC): quieren un mercado abierto al mundo, no importa si eso perjudica como lo hace hoy día Iberdrola en España. De esa manera, ellos, como políticos, siempre se verán beneficiados por las dádivas de las empresas que quieren comprar leyes: esto es, la política la quieren como negocio.

Con los cambios a la Ley Minera, el presidente AMLO dejó clara también su intención: la política es para el bien del pueblo mexicano. De hecho, todas las acciones de su gobierno están encaminadas a repartir una mejor justicia social, erradicar la corrupción cerrando la llave a las fugas en los presupuestos públicos, evitando que los criminales tengan facilidades al comprar a políticos, quitándoles también la carne fresca de los jóvenes para sus guerras sangrientas.

La mañanera

Con lo ahorrado, se hacen obras públicas grandes, medianas y pequeñas en todo el territorio nacional y alcanza para la vacunación del 89% de la población en 3a. dosis y totalmente gratis para todos. No es necesario pagar chayotes (comprar) a los medios (ni a mi), porque él mismo informa todos los días a todo el país de lo que el gobierno está haciendo en todas las materias: justicia, salud, educación, cultura, legislaciones, energía, control de abusos -Profeco-, incluso detecta las noticias falsas que promueven los medios masivos.

No es necesario ahondar más en lo que mueve a la gente de la derecha y la ultraderecha nacionales, que está muy claro a dónde quieren ir: a mantener su jugoso negocio en torno al erario. Son saqueadores compulsivos de la riqueza nacional y venderían hasta a sus madres de poder hacerlo. Ya lo hicieron antes y, con lo demostrado este fin de semana, seguirán traicionando a la nación.