El gobierno ¿No quiere o no puede con la pobreza y el crimen? (Vídeo)

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¿No quiere o no puede?

¿Por qué el gobierno sí sabe cuánto debemos cada uno en impuestos pero no tiene idea de quiénes son los huachicoleros o en qué se gasta el dinero un gobernador ratero o desconoce la magnitud de la pobreza en 60 millones de mexicanos?

¿Cómo es posible que el gobierno pueda predecir los ingresos de la industria y el comercio y desconozca los abusos que cometen los bancos?

¿Por qué el gobierno propone y discute leyes según la problemática social y tengamos más del 90% de impunidad y no pueda atinar a descubrir casos de corrupción?

Si sabe de primera mano quién se llevó a los 43 estudiantes de Ayotzinapa o de cualquier otro ilícito, ¿por qué se empeña en crear versiones falsas de los hechos?

¿Quieres saber por qué?

Porque el gobierno no está con los ciudadanos, se inclina por asociarse con huachicoleros, gober-ladrones, banqueros, medios masivos, narcotraficantes y secuestradores mientras te hace creer que trabaja por ti.

Ja ja ja

El gobierno no quiere o no puede…

El Papa se suma a los críticos de Nicolás Maduro, le rebota

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Quizá desde un principio, el Papa Francisco, estaba del bando del imperialismo. El hecho es que pidió a Venezuela que no se instalara la Asamblea Constituyente. Soy crítico de Maduro (carta), soy enemigo de las dictaduras, pero lamento decirles, también soy crítico de la iglesia (de cualquiera pero particularmente de la católica).

Pidamos democracia dentro de la Iglesia Católica

Si el Papa Francisco va a meterse como lo hizo su antecesor Juan Pablo II en la política mundial, creo que ya es tiempo de derrocar a su monarquía. Que se hagan elecciones entre los católicos para elegir al Papa, ya veríamos si no son capaces de realizar fraude con tal de perpetuar a su bando en el poder monárquico que ostenta un Papa.

El gobierno de los Estados Unidos ha llegado demasiado lejos para criticar y desestabilizar al gobierno de Maduro. Abogo por la libre autodeterminación de los pueblos. No me gustó en lo absoluto su fraude para la elección de la Asamblea Constituyente, pero me pregunto ¿por qué el Papa no criticó antes a EUA y su intervencionismo?

Rebote para el Papa

Ellos eligen a su rey con un show mediático, encerrados en un Cónclave, sin transparentar las urnas. Están inmiscuidos con gran cantidad de gobiernos corruptos, que someten a la población a dictaduras, que promueven la violencia y la guerra o realizan holocaustos. Pero contra los genocidas no pronuncian una palabra, ¿por qué? por sus negocios.

El Vaticano tiene escándalos de manejo de recursos e incluso se le ha llegado a señalar como accionista del principal vendedor de armas del mundo. Independientemente de eso, lo cual siempre van a alegar que es falso, su intromisión como propietario de la «verdad», constantemente se asumen como líderes de opinión. Hoy día, que su Santidad ha declarado eso, es una nota que gira por el mundo en todos los medios; eso le hace creer a muchos que: «si el Papa lo dice, es real«.

Maduro es culpable de todo

Claro, es culpable de muchas cosas. Pero Estados Unidos ha sido imperialista desde mucho antes, incluso tiene sobre Cuba un embargo por el que muchos países no pueden hacer negocios. ¿Cómo no iba a sufrir el pueblo cubano por ese cierre del grifo? Estados Unidos interviene en las democracias desde hace mucho y no de muy buena manera. La historia lo dibuja claramente.

Los medios están haciendo escarnio de Maduro, y quizá tengan razón en muchos de sus errores, pero ya es evidente el descaro para acribillarle y se prepara su derrocamiento. Están esperando para que luego puedan decir: tuvimos mucha paciencia y no cambió su postura, entramos al rescate del pueblo venezolano.

La Iglesia Católica y sus hipocresías

Antes de querer ver la paja en el ojo ajeno, la Iglesia debería facilitar las investigaciones de los curas acusados de violación y pederastia, la viga en el propio ojo. Si eres creyente o formas parte de esa Iglesia, no pretendo convencerte de que son el diablo, aunque lo sean. Sólo te invito a que exijas la congruencia que ellos no tienen, o son o no son, o están o no están, porque a los tibios…

¿Qué le parece esta nota? Derrocar el gobierno de Venezuela, objetivo principal de la CIA

 

 

Biografía de Hans Christian Andersen

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Nace: 1805
Muere: 1875
País: Dinamarca
Estilo: Narrativa cercana
Temática: Cuentos infantiles

Biografía de Hans Christian Andersen

Hijo de un zapatero, Hans Christian Andersen tuvo una infancia difícil y tuvo que mendigar, viviendo además, bajo un puente. A la muerte de su padre cuando él tenía 11 años, dejó la escuela y leyó todo lo que pudo en libros que conseguía. Influido principalmente por William Shakespeare y Ludwig Hodlberg.

Etapa difícil

Dedicó sus primeros cuentos a su madre: “La pequeña cerillera” y “No sirve para nada”, influenciado por la miseria en que vivían. Fue hasta el año de 1827 cuando sus escritos empezaron a ser reconocidos y publicados en revistas y periódicos. Antes de eso todo fueron penurias y rechazos, incluso habiendo tenido el interés del Rey Federico VI de Dinamarca.

Su primer éxito llegó en 1835 con la novela El improvisador, y su fama fue creciendo poco a poco. 1843 publica Cuentos Nuevos donde se incluyen textos hoy muy famosos: «El patito feo», «El traje nuevo del emperador», «La reina de las nieves», «Las zapatillas rojas», «El soldadito de plomo», «El ruiseñor», «La sirenita», «Pulgarcita», «El alforfón», «El cofre volador», «El yesquero», «El ave Fénix», «La sombra», «La princesa y el guisante».

Fragmento de «El patito feo»

Uno a uno fueron saliendo hasta seis preciosos patitos, cada uno acompañado por los gritos de alborozo de la Señora Pata y de sus amigas. Tan contentas estaban que tardaron un poco en darse cuenta de que un huevo, el más grande de los siete, aún no se había abierto. Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto, incluso los patitos recién nacidos, esperando ver algún signo de movimiento.'El patito feo' (fragmento) - Hans Christian Andersen

Especializado en cuentos para niños

Le gustaba viajar y publicar sobre sus experiencias; por eso, su libro El bazar de un poeta (1842) es considerado por muchos el mejor libro de viajes. Curiosamente, en Dinamarca le conocieron poco y tampoco le gustaban mucho los cuentos de hadas mientras que por ello es más famoso.

El rechazo de muchas mujeres quedo registrado en diferentes textos igual que su amor por algunos hombres, en general tuvo serios problemas por reprimir su homosexualidad.

Técnica narrativa

La sencillez de su narrativa le coloca como el primer gran clásico de la literatura infantil, el uso de un lenguaje cotidiano, la expresión de sentimientos que a los niños fascina, son algunas de sus innovaciones en los cuentos.

Bibliografía de Hans Christian Andersen

Título
Cuentos
Abuelita
Algo
Ana Isabel
¡Baila, baila, muñequita!
Bajo el sauce
Buen humor
Cada cosa en su sitio
Chácharas de niños
Cinco en una vaina
Colás el Chico y Colás el Grande
Dentro de mil años
Desde una ventana de Vartou
Día de mudanza
Dos hermanos
Dos pisones
El abecedario
El abeto
El alforfón
El ángel
El Ave Fénix
El bisabuelo
El caracol y el rosal
El cerro de los elfos
El chelín de plata
El cofre volador
El cometa
El compañero de viaje
El cuello de camisa
El diablo y sus añicos
El duende de la tienda
El duendecillo y la mujer
El elfo del rosal
El escarabajo
El gallo de corral y la veleta
El gollete de botella
El gorro de dormir del solterón
El hada del saúco
El hijo del portero
El hombre de nieve
El intrépido soldadito de plomo
El jabalí de bronce
El Jardín del Paraíso
El jardinero y el señor
El libro de estampas del padrino
El libro mudo
El lino
El molino de viento
El nido de cisnes
El niño en la tumba
El niño travieso
El pacto de amistad
El pájaro de la canción popular
El patito feo
El pequeño Tuk
El pino
El porquerizo
El príncipe malvado
El ruiseñor
El sapo
El soldadito de plomo
El tesoro dorado
El titiritero
El torrero Ole
El traje nuevo del Emperador
El tullido
El último día
El último sueño del viejo roble
El viejo farol
El yesquero
En el corral
En el cuarto de los niños
En el mar remoto
Es la pura verdad
Guardado en el corazón, y no olvidado
Historia de una madre
Historias del sol
Holger el danés
Ib y Cristinita
Juan el bobo
La aguja de zurcir
La campana
La casa vieja
La dríade
La espinosa senda del honor
La familia de Hühnergrete
La familia feliz
La gota de agua
La gran serpiente de mar
La hija del rey del pantano
La historia del año
La hoya de la campana
La hucha
La llave de la casa
La margarita
La mariposa
La más feliz
La Musa del nuevo siglo
La niña de los fósforos
La niña judía
La niña que pisoteó el pan
La pareja de enamorados
La pastora y el deshollinador
La piedra filosofal
La princesa del guisante
La princesa y el frijol
La pulga y el profesor
La Reina de las Nieves
La rosa más bella del mundo
La Sirenita
La sombra
La suerte puede estar en un palito
La tempestad cambia los rótulos
La tetera
La tía
La última perla
La vela de sebo
La vieja campana de la iglesia
La vieja losa sepulcral
La Virgen de los Ventisqueros
Las aventuras del cardo
Las cigüeñas
Las flores de la pequeña Ida
Las habichuelas mágicas
Las velas
Lo más increíble
Lo que contaba la vieja Juana
Lo que dijo toda la familia
Lo que el viento cuenta de Valdemar Daae y de sus hijas
Lo que hace el padre bien hecho está
Lo que se puede inventar
Los campeones de salto
Los chanclos de la suerte
Los cisnes salvajes
Los corredores
Los días de la semana
Los fuegos fatuos están en la ciudad, dijo la Reina del Pantano
Los trapos viejos
Los vecinos
Los verdezuelos
Los zapatos rojos
¡No era buena para nada!
Pedro, Perico y Pedrín
Pegaojos
Pluma y tintero
Psiquis
Pulgarcita
¡Qué hermosa!
Rompenieves
Sopa de palillo de morcilla
Tía Dolor de Muelas
Tiene que haber diferencias
Un tramo de la sarta de perlas
Una historia
Una historia de las dunas
Una hoja del cielo
Una rosa de la tumba de Homero
Vänö y Glänö
Visión del baluarte

Videgaray llamó «cobarde» a Peña Nieto

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Videgaray llamó cobarde a Peña Nieto

Que todos llamemos a Peña Nieto como la peor escoria que existe ya no extraña a nadie, pero que el propio Canciller mexicano, empleado de EPN, le llame cobarde, es ya digno de comentar.

Nicolás Maduro

El presidente venezolano llamó cobarde a Enrique Peña Nieto, un empleado abusado y maltratado por Donald Trump, su jefe. De frente, ante Trump, Nicolás Maduro dice que defendería a México ante la construcción del muro si fuera presidente de México. Ante esta acusación de cobardía a Peña Nieto, Luis Videgaray Caso, Secretario de Relaciones Exteriores mexicano, defendió a su jefe, sin darse cuenta que lo llamaba cobarde de nuevo.

Pero escuchemos primero a Maduro que acusa a Peña Nieto de cobarde y perro faldero a Peña Nieto, no sin antes comentar que muchos han dicho que jamás pensaron estar de acuerdo con el dictador venezolano.

Luis Videgaray llama cobarde a Peña Nieto

En su afán por ser exactamente ese «Perrito Faldero» del que habló Maduro, Luis Videgaray le quiso llamar cobarde con un Twitt, sin darse cuenta que del mismo modo golpeaba a su jefe Peña Nieto:

Peña Nieto es precisamente ese cobarde que describe: desmanteló la democracia y arremetió contra su propio pueblo. Con fraudes, EPN ha sido capaz de imponerse y deshacer la voluntad ciudadana engañando de forma mediática y con el uso faccioso de las instituciones para dictar su decisión, sin aceptar que hay otros en este país que él.

Desmantelar la democracia

No es mentira, Peña Nieto pactó con Calderón en 2006 para que le apoyara a llegar a la presidencia, con la consigna que el Michoacano volviera al poder en 2018; esta tesis la sostiene el libro: El Amasiato, libro de Álvaro Delgado.

Videgaray también dice en su Twitt que arremetió contra su propio pueblo, como Peña lo hizo en Atenco, en Nochixtlán y muchas más. La fuerza del estado usada para atropellar los derechos ciudadanos. Incluso nos mintió con su «verdad histórica» en el caso Ayotzinapa. Si todo eso no es arremeter contra el pueblo mexicano, abusando de la confianza con su casa blanca o con el homicidio de periodistas o el poco respeto a la libertad de expresión, entonces ¿qué es?.

Entonces sí, Videgaray llamó cobarde a Peña Nieto

En el twitt, el Canciller Videgaray llamó cobarde a Peña Nieto, y no extraña porque ya todos lo llamamos así. Quizá ya se empezaron a acostumbrar. Y no necesita llamarlo así el Canciller cuando en verdad México está sometido a Donald Trump y los intereses de los estadounidenses antes que las necesidades básicas de los mexicanos.

Impuso y compró las 13 reformas, sólo muy pocas de ellas realmente convenientes; las otras, han sido la soga que ahorcó a los mexicanos, acabó con la justicia, vendió la patria a intereses extranjeros, eliminó el mercado interno y favoreció la criminalidad, la corrupción y el despilfarro de las arcas nacionales.

Escuché en la radio que efectivamente, Videgaray no defendió a Peña, le puso una marca con rojo a su propio historial. Por eso,  Videgaray llamó cobarde a Peña Nieto.

Días después de escribir esta nota, encontré esta:

La diplomacia mexicana: del premio Nobel a la víbora que se muerde la cola (ya no está disponible la liga).

Biografía de César Vallejo

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Nace: 1892
Muere: 1938
País: Perú
Estilo: Poesía Modernista / Vanguardista
Época: Vanguardias / Comprometida
Temática: Social

Biografía de César Vallejo

Uno de los mejores poetas de su país y de gran impacto universal. Algunos incluso lo consideran el más grande poeta del mundo en el Siglo XX. Sus primeros poemas fueron de la corriente modernista, de ciertos elementos exóticos (provenientes de culturas orientales) en una época ya decadente de ese tipo de arte.

En 1920 estuvo en la cárcel por ser acusado de un incendio en una revuelta popular y durante los tres meses que estuvo ahí, escribió su obra más reconocida: Trilce. En ella no sólo arranca su etapa vanguardista, sino que se aventuró con extrema originalidad a romper sintaxis e incluso el léxico de nuestro idioma al grado que tuvo duras críticas. 10 años después fue publicado en España con otro prólogo y entonces se valoró.

Trilce no quiere decir nada. No encontraba, en mi afán, ninguna palabra con dignidad de título, y entonces la inventé: Trilce. ¿No es una palabra hermosa? Pues ya no lo pensé más: Trilce.Entrevista de César González Ruano a César Vallejo publicada en el El Heraldo de Madrid el 27 de enero de 1931

Trilce

Un poema de 121 páginas en su edición original que evoca, casi sin necesidad de tener congruencia alguna, es un sonido hermoso y contagioso, sin una trama que le encajone y que, sin embargo, llama a tantos significados como si cada palabra cobrara vida.

El traje que vestí mañana

no lo ha lavado mi lavandera:

lo lavaba en sus venas otilinas,

en el chorro de su corazón, y hoy no he

de preguntarme si yo dejaba

el traje turbio de injusticia.'Trilce' (fragmento) - César Vallejo

La incongruencia sintáctica de vestí en pasado y mañana que es futuro es el rompimiento innovador de César Vallejo y que se complementa con un neologismo otilinas proveniente de un personaje llamado Otilia. Estas incógnitas que va despertando el poema llevan constantemente a los cuestionamientos, a tratar de descubrir sus significados, a degustar su sonoridad y a ir comprendiendo su simbología.

Poesía comprometida

César Vallejo se dedicó al periodismo, la docencia y algunas traducciones. Su fama de poeta vanguardista no vino pronto, pero logró disfrutar de ella. Cuando se habla de que su poesía es comprometida fue porque tenía una intención de crítica social, en favor de los necesitados, una poesía humanista, que fue la tercera etapa de su producción.

Tungsteno (1931)

Es una novela que denuncia la penetración imperialista en Perú a través de las mineras trasnacionales invitadas por oligarcas locales y oportunistas, expropiando tierras de los campesinos y con pagos ínfimos a sus obreros. Ya desde entonces vemos el abuso de las grandes industrias.

José Marino adulaba a todo el que, de una u otra manera, podía serle útil. Su servilismo al comisario no tenía límites. Marino le servía hasta en sus aventuras amorosas. Salían de noche a recorrer los campamentos obreros y los trabajos en las minas, acompañados de un gendarme. A veces, Baldazari se quedaba a dormir, de madrugada, en una choza o vivienda de peones, con la mujer, la hermana o la madre de un jornalero.Tungsteno (fragmento) - César Vallejo

Así, las obras que publicó César Vallejo desde esta etapa comprometida hasta su muerte, están cargadas de ese compromiso con los campesinos y clases proletarias. De forma póstuma, su esposa Georgette Vallejo se encargó de publicar varias obras del autor.

Bibliografía de César Vallejo

Título Año
Narrativa
Escalas melografiadas 1923
Fabla salvaje 1923
Más allá de la vida y de la muerte 1923
Hacia el reino de los Sciris 1928
El Tungsteno 1931
Poesía
Trilce 1920
«Paco Yunque» 1931
«El niño del carrizo» 1935
«Viaje alrededor del porvenir» 1935
«Los dos soras» 1936
«El vencedor» 1936
Teatro
Les taupes 1930
Lock-out 1930
Entre las dos orillas corre el río 1930
Colacho Hermanos o presidentes de América 1934
La piedra cansada 1937

Lista de escritores

Biografia de César Vallejo pdf

Una biografía es una narración de la vida de una persona, es un Género literario al que pertenecen este tipo de narraciones. La biografía de César Vallejo de otros sitios no resulta ser un resumen, no es una biografía corta ni una biografía para niños. El enfoque de una biografía con detalles sobre su narración, su narratología, con fragmentos de sus obras permite aprender más sobre el estilo de un escritor; precisamente aquello que tiene mayor interés literario.

Carta a Nicolás Maduro (Te lo digo Juan, para que lo entiendas Pedro)

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No muy estimado Sr. Nicolás Maduro:

No le envío un cordial saludo, sino un enérgico reproche. Déjeme decirle que no podría estar más de acuerdo con usted en aquello de la invasión estadounidense, no sólo en Venezuela, la amada tierra del legendario Libertador, Simón Bolívar, sino en el resto de mundo, incluida mi patria, México.

Coincido también con su ideología de izquierda, aunque no en el ala extremista que a usted parece convenir. Yo no estoy en la izquierda por querer el poder o por personajes históricos o actuales que dictan su forma de ver la izquierda. Creo en la democracia, a diferencia de usted, y valoro mucho el esfuerzo de los pueblos por contrarrestar al poder enfermizo que tienen las derechas.

La gente necesita ayuda, ha sido sometida, empobrecida, manipulada, esclavizada y no veo que ni las izquierdas ni las derechas de las esferas políticas tengan mucho interés en revolucionar todo en beneficio hacia los más necesitados y me parece pervertido pensar que los menos necesitados sean quienes tengan que mantener a los pobres; de hecho los últimos, si no los jodieran, saldrían adelante solos.

Los sistemas políticos no están ayudando mucho a solucionar los problemas que tiene el mundo. Por el contrario, los modelos neoliberales en contubernio con los grandes capitales y el crimen organizado, están empeorando la situación. Quisiera pensar que hay izquierdas realmente comprometidas con la población, pero resulta que todos los líderes se enriquecen y dejan todo peor de lo que estaba, incluido usted, señor poco Maduro.

Enemistarse con todo el mundo es ridículo. Quizá usted piensa que con eliminar a la oposición está haciendo un bien a su país, pero lo está matando. Creo en la libre determinación de los pueblos, pero su esquizofrenia por «defender» a su país del «imperialismo yanqui» condena a su país a una guerra civil absurda, innecesaria si hubiera diálogo abierto. No sea estúpido.

Carta a Nicolás Maduro

¿Cuándo van a entender que para evitar la invasión yanqui que usted quiere repeler, sólo hace falta unidad real nacional? Acérquese a la oposición, escúchelos, enséñeles aquel atisbo de yanquismo que ve en ellos para que no se dejen manipular por fuerzas extranjeras y acuerden el país que necesitan. Luego trabajen por ello en conjunto.

Tienen como nación una riqueza que, ciertamente la derecha antes de la llegada de Hugo Chávez, estuvo a punto de comprometer con los americanos del norte; su comandante fallecido y reencarnado en un pajarito tampoco hizo mucho por consolidar la industria petrolera; no supo administrarlo. Pero irse al otro extremo es jugar con fuego. Ya lo ve. Hoy día el mundo entero está en su contra porque ellos, los yanquis et al, manejan los medios de comunicación. No podrían contra usted si fuera eficiente en su trabajo, si la gente en Venezuela no estuviera sufriendo hambre, devaluaciones y fraudes.

¿Fraudes? ¿Quién dijo fraudes? Usted, señor –cara de papa- Maduro, pretende que creamos sus farsas democráticas. A leguas se nota que tiene muy poca capacidad de convencimiento. Ni con ideologías sembradas, pagadas y repetidas una y otra vez habrá una población convencida realmente de sus patrañas. Tenga en cuenta que el Siglo XXI ha facilitado con la tecnología la amplia comunicación de las masas, ya no es fácil engañar a nadie. Ni las iglesias están sobreviviendo a ello.

Pero si lo pretende, de cualquier modo, habrá alguien que acabe con usted como acabaron con El Chivo. Encontrarán a uno que sepa sobre sus mentiras y dará la vida por su patria. Es fácil traicionarle. Si tuviera, como en México, una complicidad amplia en la casta política, podría permanecer impune como el presidente Peña Nieto, pero desde China se puede ver que usted no tiene el arraigo ni en la oposición ni con sus propios legisladores; muchos de ellos están en abierta rebeldía con su gobierno.

Pongamos que gana todo lo que desea, que Rusia, China e India le apoyan y logra su nueva Constitución para estirar el tiempo que permanecerá en el poder. ¿A costa de su pueblo? ¿Empeñando la riqueza de sus tierras? ¿Matando gente? ¿Pasando a la historia como un criminal? ¡Qué pocas aspiraciones políticas trascendentales tiene! Lo único que le importa es el hoy y cómo evadir la muerte lo más posible. Instinto, sólo eso. Es usted, entonces, un animal, con perdón de los ofendidos animales.

Carta a Nicolás Maduro

Simón Bolívar quería la unidad de toda la América, usted sólo quiere su pastelito y él quería eso en beneficio de todos los americanos, usted sólo vela por sus intereses. Curiosamente, al Libertador, lo acabaron gente como usted. Le traicionaron, le quitaron su presidencia vitalicia. Él aceptó su destino. Usted no se parece en nada al gran Simón Bolívar. No se atreva a decirse bolivariano, no le llega ni a los talones.

Antes no me atreví a pronunciarme en favor o en contra de su ¿gobierno?. No porque siempre dudo de las versiones oficiales de los medios masivos y la información que llega aquí ya viene manoseada. Hablé con venezolanos que me permitieron finalmente, conocer los detalles reales de la miseria que vive la gente por una dictadura imperdonable, y mire que me informo bien.

Se que no habrá forma de que usted tome conciencia de la gran dificultad para sobrevivir que tiene su pueblo, y el mío. No se lo digo a In-Maduro para que lo entienda Peña, Rajoy o Trump. Se lo digo a usted para que lo entienda el pueblo.

Promulguemos la libre autodeterminación de nuestros pueblos. Hagamos todo lo que sea posible para que poco a poco, quien mande en nuestras tierras seamos los pueblos, la gente, la conciencia civil, el acuerdo comunitario, el respeto entre nosotros, la valoración a nuestra diversidad y la capacidad amplia que tenemos para entendernos entre iguales.

Carta a Nicolás Maduro

Váyase al diablo señor inconsciente Maduro, junto con todos aquellos que, en lugar de velar por la libertad, la justicia plena y la paz de los ciudadanos, prefieren venderse a intereses de mafias y corporaciones, secuestradores y narcotraficantes. No habrá infierno que pueda contener sus mezquindades. Merece ser traicionado. Lero lero.

Ayer publiqué: Confesión real de un sacerdote

Confesión real de un sacerdote

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«Encuentra tu realidad o ella saldrá por ti»

Confesión de un sacerdote

No es que me guste meterme donde no me llaman; sí me intriga, es contra mis fuerzas, conocer sobre el obscuro mundo que guarda el secreto de las confesiones tan lucrativo como de gran cosquilleo morboso. ¿A quién se le habría ocurrido meterse en la vida de los demás? No seré el único curioso, como escusa lo digo, de infiltrar mis narices donde nadie me ha llamado.

Si era dominico o escolapio, presbiteriano o anglicano, viene valiendo sorbete. Lo importante, lo realmente grotesco de esta historia, es que realmente sucedió, sin necesidad de estar en una caverna con un péndulo que porta un hacha filosa sobre mi cabeza. Es más, sucedió en un parque, a plena luz del día; eso sí, bajo la refrescante sombra de un ficus frondoso, a unas calles de la universidad menos céntrica, algo lejana del parque donde está la fuente de San Miguel, dicho sea sin problemas de copyright.

Juro que no fui un inquisidor, en esos tiempos no tan distantes gozaba de plena armonía con la religión que profesaba y a la que cualquier hijo de vecina podría sospechar como la católica; sobrellevábamos una amistad poco menos que sobrenatural, por así decirlo; éramos buenos amigos. Quizá hasta ese día, con mi compasión infinita, cuasi angelical, cuando le recibí su confesión.

Algunos podrán condenarme a los infiernos por romper el secreto sacrosanto de una amistad que hoy es inútil, pues tengo la dicha de no pertenecer más al clan de los persignados y por tanto he sido excomulgado sin papeles, esto es, que no los han tramitado porque quizá no supieron mi deserción a sus inmaculadas filas de fieles.

También romperé el secreto, porque hablaré del milagro, mas no del santo. Creo que ni quienes han conocido a mi humilde persona por muchos años, calculando matemáticamente las horas y los días que narraré, podrán dar al clavo del calvo cura que conmigo se confesó.

Como dije, era prácticamente medio día, luego de un curso al que asistimos juntos, siendo él un confesor de ocasión, porque yo nunca me confesaba con un sacerdote cercano luego de una desagradable experiencia con quien me hiciera sentir mal luego de asistir con él al sacramento citado. Porque le dije quién me gustaba; se interpuso desde entonces para evitar mi relación amorosa. La ventaja es que no consiguió su objetivo. Un día nos vio juntos y se le acabó el papel de agente anti cupido; y no, no tengo idea por qué lo hizo.

El hecho es que le pedí al padre Lauro, obviamente no se llamaba así, pero supliqué la confesión al salir de la misma universidad donde nos encontrábamos. Así que, caminando hacia el templo donde él vivía, discutiendo el tema de las charlas en el seminario recién terminado, llegamos al parque del ficus frondoso donde nos sentamos.

Tomó su maletín para colocarse la estola sobre los hombros y me confesé. A las dos semanas buscaría a otro y así sucesivamente para evitar repeticiones desagradables y sólo exponía los temas recientes sin entrar en detalles, suponiendo que Dios conocería el resto del contexto.

Al terminar, él empezó a hablar de su vida; no le dije: «Ave María, purísima» ni nada por el estilo, aunque me habría gustado saber si conocía las oraciones del catecismo, como esa del «Acto de Contrición», porque siempre me costó mucho trabajo aprendérmela. A la fecha es de las únicas que no recuerdo.

Él me habló de su niñez y adolescencia, de cómo su padre le violó frecuentemente hasta que cumplió trece años y terminó acusándolo con su madre. La familia se disolvió entonces. El padre estaba llorando frente a mis ojos plenamente sorprendidos. Me preocupó que estuviera en estado de limerencia conmigo y empecé a buscar algún pretexto para salir de ahí corriendo, sin parar, hasta un lugar seguro.

No fue así. El estado del cura fue mejorando con las palabras, contando cómo su madre le ayudó a sobrepasar los problemas y le llevó a la iglesia para encontrar la paz que nadie más que Jesús podía darle. No sé porqué me contó aquello, pero su historia no había terminado.

De repente me sentí como un consagrado tratando de aliviar las penas de los demás, en específico del padre Lauro a quien mi mente primero crucificó, por involucrarme en la encrucijada de salir corriendo con terror de una insinuación; luego se auto flageló, psicoanalizó, para terminar absolviendo él mismo sus pecados, dejando en mi cabeza una telaraña de dudas que sirvieron para madurar mi papel dentro de esa iglesia.

Si podía confesar a un cura y sobrevivir para contarlo, que me nombraran ministro, evangelizador o dirigente era pan comido. Tenía en mis manos la absolución, qué digo absolución, la indulgencia plenaria de mi pasado y mi futuro; supongo que así se sienten ellos, capaces de pecar sin condenarse pues su investidura y ministerio les garantizan hasta la extremaunción.

Se disculpó por contarme todo eso, pues se daba cuenta que había hecho mal en exponerme sus penas, pero justificó primero que su vida era extremadamente difícil, dejando en el tintero que no se trataba de un conflicto al sacerdocio, sino a la mala experiencia con su padre; mientras gimoteaba al narrar su calvario psicológico en el camino de sus relaciones amorosas con algunas señoritas a quienes quería conquistar siendo un adolescente todavía.

Me vino a la mente mi propia experiencia. Las primeras veces que quise conquistar chicas también sufrí, era un calvario per se, sin necesidad de haber padecido violaciones. Sin embargo, yo no sabía si debía actuar como juez, testigo, cura o psiquiatra; aunque me quedaba claro que actuar como un padre amoroso a sus hijos no era la opción más conveniente, porque no viviría para contarles.

Fue muy claro que el padre Lauro sufrió más de lo común por entablar relaciones con chicas y en ese momento supuse también que entonces le gustarían los monaguillos; pero no me adelanté demasiado. Me distrajeron dos cuerpazos que caminaron frente a nosotros. Era un mal lugar para convertirse en confesionario, pero tuve peores.

El mismo padre Lauro dejó escapar la mirada hacia esos cuerpos juveniles y bien formados que se alejaban al vaivén de sus pasos como olas veloces. No tuve más que reír discretamente por la indiscreción adicional de mi descubrimiento. Al menos no parecía repeler a las mujeres. Pero sí estaba claro que no reprimía su lujuria; y luego vienen a decirnos de castidad, auto control y demás valores imposibles.

Siguió contando que finalmente, como a sus 19 años, tuvo una novia a quien besó sin remordimientos. Dijo que fue el principio de su salud mental. Soñaba todas las noches con ella, teniendo sexo; se reprimía pensando más que en un castigo divino, en el riesgo de perderle. Apretaba los puños para decir cuánto la deseaba sexualmente.

Describió con muchos detalles que ella era una chica bien, de buenos modales, de familia con valores y día con día se esmeraba para conservar su amor. Un par de meses duró aquella relación en la que no hubo relación sexual. Poco después supo que ella estaba embarazada. Menos mal que el padre Lauro no fue tan ingenuo para creer en la posibilidad de una inseminación espiritual, ni la chica pretendió tal cosa.

Casi vuelve a llorar al describir cómo se sintió cuando supo que ella, más que un noviazgo formal como el que el pre-cura le ofreció, ella deseaba desafiar las leyes familiares, los valores inculcados, quizá por un rechazo a un padre alcohólico y una madre desentendida de sus hijos.

Ahora el puño se enfrentaba a su cabeza como diciendo: fui un tonto, ella quería lo que yo más deseaba. Una aventura amorosa, una pasión desenfrenada, que tanta falta le hizo al, entonces joven, padre Lauro. Claro está que para mis pulgas, yo buscaría a otra y otra hasta alcanzar mi meta. Pero él no podía pensar igual que yo; tenía un pasado muy complejo, muchos traumas que ni siquiera comprendía esa tarde.

Me empezaba a quedar claro que aquella confesión era resultado de años reprimiendo su sexualidad, al grado que cualquier oído presto a escuchar podía paliar tales males, fuera un cura o un simple civil. Me empezó a parecer una casualidad el hecho de ser yo su confesor y no cualquier otro mortal. Pese a todo lo que me contaba, yo seguía creyendo que él era una gran persona; hubo un atisbo de reconocimiento a su superación personal por haberse sobrepuesto a tan adversa condición.

Finalmente sus lágrimas me enternecieron. Agradecía a Dios la oportunidad de conocer a fondo a un ser a quien mandó llamar porque tenía grandes esperanzas, un destino superior a otros. Tenía frente a mí, eso pensé, a un elegido de Dios; saber eso requirió un esfuerzo adicional por no perder detalle de su desahogo.

Llegó el momento en que se tranquilizó, pues se preparaba para una confesión todavía más desgarradora. Luego de eso preferí haberme quedado hasta donde él se arrepintió de no acostarse con su primera novia; todavía era un ser humano, lleno de defectos, capaz de sentir amor a borbotones. Sus nuevas confesiones fueron un balde de agua helada.

Me contó que un par de años más tarde, cansado de su auto compasión, decidió pagar a una prostituta. No quiso entrar en muchos detalles, lo noté algo apenado por aceptar esa etapa tan desastrosa de su vida. Resumió que en todo ese año forzó a muchas mujeres a tener relaciones con él.

Dijo que se justificaba mentalmente pensando que si su padre abusó tanto de él, tenía derecho a satisfacer igualmente sus instintos. El ambiente, los amigos que tuvo en esa época, eran iguales. Nada podía ser más normal. Me puso a pensar que yo también tenía un grupo de amigos lo suficientemente ignorantes como para actuar de la misma manera.

Sin embargo, el padre Lauro cayó de mi gracia. No sé porqué tuve la sensación de escuchar a un psicópata. Fue capaz, con su narración, de llevarme a ese lado tenebroso de su vida sin movernos de la banca de aquel parque. Las palabras son vehículos para transportarnos a lugares remotos, tiempos pasados, sensaciones olvidadas y olores no descritos con detalle, para ubicarnos en mundos que ni siquiera hemos visitado.

Mi imaginación me llevó a su ambiente pervertido, muy ajeno a la experiencia que yo tuve nunca y pude respirar el ambiente fétido de prostíbulos, hoteles de quinta y bares perniciosos. Luego rompería ese mal prejuicio, pero en ese momento me parecían sitios abominables. El cura Lauro se derrumbó ante mis ojos, dejó de ser el líder espiritual que imagine y quedó desmitificado. Ya no era un elegido, sino un tipo vil y corriente, sucio y repudiable.

Pensé entonces en su sacerdocio de modo general, que se me figuró una pantomima, una actuación, falacia desenmascarada capaz de fingir lágrimas para embaucar a otros. No se trata de juzgar a los demás en condiciones ignorantes, tenía en mi poder información suficiente para acabarlo; quitarle el velo a su ministerio sacerdotal y echar por tierra las palabras que pronunció, una a una, en sus sermones, esas pláticas sobre el amor de Dios no eran más que una tomadura de pelo.

Menos mal que estaba dispuesto a escuchar todo lo que vino después. Tal vez habría sido capaz de destruir su vida. Todavía pensaba que si lo acusaba con el Arzobispo, a quien conocía personalmente, el padre Lauro podía ser expulsado de inmediato de la Iglesia. Reconozco mi ingenuidad. Si luego de tantas noticias nos hemos enterado que entre ellos se cubren las espaldas, pero en aquel momento yo no pensaba así. Ese mundo de perversión me era totalmente ajeno.

El padre Lauro expresó que llegó un momento, aquel año de libertinaje, que se arrepintió. Solía sentirse mal actuando contra esas mujeres, aunque algunas parecieran disfrutarlo; así lo dijo. Su vida se sentía vacía, él se odiaba por parecerse tanto a su propio padre. Un día caminó a la iglesia, se arrodilló y realizó una oración tan sincera como pudo, luego de tanta auto destrucción.

Lloró frente a mí narrando aquel suceso. Dijo que lloró tanto tiempo que un sacerdote se acercó a él y le consoló. Se confesó y terminó cambiando su vida y consagrándose al servicio de Dios como sacerdote. No lo perdoné de inmediato, pero me parecía un buen final para su historia.

Hubo más. Aunque llevaba rato preparándose para volver a su templo, y resumió los hechos lo más que pudo, me contó el epílogo. Faltaba, por supuesto, que yo le absolviera y le diera la penitencia; empero, él no quiso dejarme con ese final. Era impresionante cómo me hacía pasar del odio a la comprensión en dos patadas. Su narración fue aterradora, digna de una película de suspenso y misterio.

Todos estos años, comentó, me he arrepentido de lo que le hice a esas mujeres. El problema, en realidad, es que no me puedo contener más; quiero, tanto como deseé a mi primer novia, tener una compañía que me comprenda y a quien pueda amar tan loca y apasionadamente como lo sentí por ella. Esta soledad es tan maldita, que prefiero arder en los infiernos antes de seguir padeciendo así.

Le dije: renuncie y haga una nueva vida. Explicó brevemente los motivos que le mantenían en la iglesia, pues parecía tener ya prisa por llegar a su casa: ¿qué haría un viejo como yo manteniendo una casa? No sé hacer otra cosa que esto. Además, no es imposible conseguir una amante cuando se usa la sotana.

Antes de partir, ya a dos metros de distancia, me dijo: es un secreto, ¿de acuerdo? Se fue sonriente, su catarsis concluyó. Hoy completé la mía con esta historia, lo más apegada a los hechos posible, pues la tuve presente siempre. Era de los pocos laicos comprometidos que comprendía tan profundamente el drama de soledad de los sacerdotes, sin revelar jamás un ápice de esta historia, que me permitió hacer una carrera dentro de la Iglesia Católica.

Veinticinco años como laico me asomaron a una ventana llena de dramas, humanismo y conciencia. Ahora como ateo, lejos de aquel bullicio espiritual, comprendo tantas cosas, cientos de revelaciones, engaños y motivaciones, que me sentaré a dialogar con mis recuerdos.

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El cuento que se volvió realidad y viceversa

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El cuento que se volvió realidad y viceversa

Qué desorden tenía su cuarto, no es que el mío en casa fuera pulcro, sin embargo, al compartir con mi hermano la habitación, al menos, me exigía tener mis cosas en su lugar porque de otro modo se confundían con las de él; empero mi nuevo primo Julián no cabía en su amplio pero saturado espacio. Entre las camas, porque también tenía dos, sin embargo sin hermanos, como yo; los libros de su escuela, tirados junto con una mochila verde, demasiado verde para confesar que soy daltónico.

Eso sí, ¡qué buen gusto para las paredes..! porque no se veían; entre las fotografías y los pósteres de mujeres hermosas y semidesnudas, motocicletas y uno que otro loco rockero, se cubría la totalidad de ellas. Las repisas plagadas de objetos, como si él fuera hijo único, pues no lo era, porque su hermana menor, quien se encontraba en la sala con los demás, mis padres y los suyos, además de mis hermanos, él era un consentido coleccionista de antojos: principalmente motos en escala.

Julián me mostraba parte de su vida, era un nuevo primo para mí. Nunca antes en mis trece años le había visto ni sabía que existía. Tampoco en realidad era mi primo, pero sus padres eran mis padrinos y eso resultaba en una mezcla familiar nunca entendida por mí, porque siempre pensé que la sangre es sangre y punto.

El cuento que se volvió realidad y viceversa

El hecho es que llevaba cinco minutos de conocerle y ya sabía más de él que de mi propio padre y es que el viejo, dicho sea de paso, era un inmigrante español en México con cara y carácter de pocos amigos, castigador y poco amigable. Sonó el teléfono, contestó de inmediato. Su conversación la entendí poco, y fue interrumpida diciendo: «me están invitando a una carrera de motos, pídele permiso a tu familia para quedarte aquí esta semana y vamos juntos».

No sabía qué responder. Con la mala cara de mi papá era imposible un permiso así. Sus vacaciones largamente esperadas no podían amargarse por mi culpa. ¿Cómo cargar con eso en la conciencia? Una muy restrictiva, por cierto. Luego que colgó, Julián insistió. Es cierto que nadie me suplicó tanto como él en mi corto pasado, y el empuje para rogar a mi padre se encendió varias veces.

¿Así es la vida?

Del mismo modo sofocaba el incendio conociendo a mi padre en la única faceta que quedó bien grabada en mis neuronas, la de un ogro castigador. «No», respondí todas las ocasiones que me preguntó y terminé viajando al puerto con mi familia. Al volver pasamos por Jalapa nuevamente, pero con otros tíos de compadrazgo: los padrinos de mi hermana.

Ahí supe que el padre de un amigo quién siempre lo fue, desde antes que supiésemos hablar ya nos entendíamos por teléfono, falleció en Nueva York. Esa muerte me golpeó mucho, de verdad, pues ese sí era un papá preocupado y cercano, incluso conmigo que no era su hijo. Cada viaje cuando venía de La Gran Manzana a ver a su familia, traía juguetes también para mí.

El cuento que se volvió realidad y viceversa

Pero no estaba preparado para otra muerte. Una que cambiaría mi vida, porque si bien de niño, a los seis, perdí a mi abuelo paterno y a los 11 a la madre de mi padre, nunca supe lo que era dejar de ver para siempre a alguien como don José Manuel, el padre de mi mejor amigo. Corrí por el jardín como una hora, no sabía llorar por eso, no entendía la vida que siempre irrevocablemente va pegada a la muerte.

Las vacaciones terminaron y volvimos a Puebla. No sé si pasó un tiempo, un mes o un año. Un día mi madre me dijo que había muerto Julián en un accidente en motocicleta. Ese fue el principio del fin de todo. Subí a mi habitación, a un rincón junto al closet de madera, sobre la alfombra y recargado también en el mural de Nueva York que elegí para decorar mi cuarto y me senté a llorar.

Porque ahí nací de nuevo, porque pude morir en la motocicleta con él, una decisión aleccionadora, pues me enseñó a decidir si no sabía hacerlo hasta entonces, yo vivía y él no. Puedo contar la historia gracias a eso. Salí de mi cuarto quizá para la cena, sin dejar de pensar en el valor de una decisión: ¿debo salir o mejor me quedo en mi cuarto? Igual si me encierro para siempre es una mala decisión y si bajo las escaleras también.

Bufurcaciones

Salir a la calle, cual costumbre adolescente, con los vecinos a jugar bote pateado y correr a esconderme sin dejar de pensar en en la posibilidad infortunada de un automóvil dando vuelta y atropellándome, o a un vecino y cambiar de nuevo mi vida o meterme a casa y quedarme solo para siempre. ¡Cuántos martirizantes pensamientos me atormentaban!

El cuento que se volvió realidad y viceversa

Sentía que yo debía vivir por los dos, por Julián y por mí, de paso por mi padre quien para ese entonces ya estaba condenado a los infiernos en los que creía por ser un personaje tan duro e insensible. Esa era mi perspectiva alucinante, un infinito de futuros alternativos y catastróficos, una cadena de decisiones cuyo resultado me era imposible prever.

¿Cuántas pesadillas tuve que superar? ¿Murieron acaso mis neuronas de tanto quemarme las pestañas? Al final de cuentas, sólo era un títere del destino que empañaba cada día los cristalinos de mis ojos. Una adolescencia tórrida y multiplicada en graves intensidades.

Veintisiete psiquatras hicieron falta para darme de alta yo mismo, luego de volverlos locos a todos. Pensar tanto me llevó a extremos de ansiedad casi psicótica; a vivir más intensamente de lo deseado, a seguir la ruta de una multiplicidad quimérica de sendas antes siquiera de recorrerlas o disfrutarlas.

Sólo los libros, las novelas y los cuentos pudieron paliar el ritmo de mi motocicleta. A diferencia de El Quijote, yo volví locos a los personajes. No era para menos… cada historia que leía la imaginaba con distintos finales, dependiendo de las decisiones tomadas: le salvé la vida a Romeo y vivió muy feliz con Julieta fuera de Verona hasta ser ancianos. A Hamlet lo volví rey como su padre, murió con honores…

El cuento que se volvió realidad y viceversa

Luego vinieron Macondos con playas paradisíacas, aunque lleno de mosquitos. Al gato negro lo maté desde el primer momento y adopté a un perro. Lo mismo hice con la vida real, le cambié los finales a las historias de personajes como Bolívar o Hidalgo, lo cual no fue muy satisfactorio cuando llegaron las calificaciones.

Pero entre hierba y hierba, mi vuelo fue terrestre. Porque luego de tantas versiones de una misma historia, el mejor descanso es la realidad, aunque sea cruda, es más sencilla de sobrellevar.

Biografía de Julio Cortázar

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Nace: 1914
Muere: 1984
País: Bélgica / Argentina
Estilo: Narrativa inclasificable
Época: Boom hispanoamericano
Temática: Variada

Biografía de Julio Cortázar

Dejaré que el propio escritor haga su presentación: «Nací en Bruselas en agosto de 1914. Signo astrológico, Virgo; por consiguiente, asténico, tendencias intelectuales, mi planeta es Mercurio y mi color el gris (aunque en realidad me gusta el verde). Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia; a mi padre lo incorporaron a una misión comercial cerca de la legación argentina en Bélgica, y como acababa de casarse se llevo a mi madre a Bruselas.

«Me tocó, nacer en los días de la ocupación de Bruselas por los alemanes, a comienzos de la Primera Guerra Mundial. Tenía casi cuatro años cuando mi familia pudo volver a la Argentina; hablaba sobre todo francés, y de el me quedo la manera de pronunciar la «r», que nunca pude quitarme. Crecí en Banfield, pueblo suburbano de Buenos Aires, en una casa con un gran jardín lleno de gatos, perros, tortugas y cotorras: el paraíso. Pero en ese paraíso yo era Adán, en el sentido de que no guardo un recuerdo feliz de mi infancia; demasiadas servidumbres, una sensibilidad excesiva, una tristeza frecuente, asma, brazos rotos, primeros amores desesperados» (Carta desde París en 1963).

La obra de Cortázar

Julio Cortázar es un escritor innovador, muy original, de excelente prosa poética y brillante cuentista, novelista que rompe con esquemas clásicos, libres en el tiempo, de una fantasía maravillosa, un realismo mágico increíble. Da fuerza y vida a sus relatos con ideas vanguardistas, uno de los más importantes representantes del llamado Boom de la literatura hispanoamericana.

Impartió clase en un pueblo durante cinco años y luego de vivir un tiempo en Buenos Aires, se mudó a París en 1951 gracias a una beca, trabajó como traductor en el UNESCO y gracias a ello obtuvo la nacionalidad. Se definió por la política de izquierda procurando hacer activismo defendiendo las causas de los desprotegidos y ya cuando tuvo fama, aprovecho su influencia para apoyar a los más necesitados.

Rayuela, su obra maestra

Una novela singular que en muy poco tiempo estaba dando de qué hablar en las mesas académicas, se exigía su lectura en las universidades y se publicó en varios idiomas. No por casualidad, su historia se divide en locaciones de Buenos Aires y París. Algunos de sus cuentos son más biográficos que ficcionales, donde narra situaciones o hechos de su infancia.

Su narrativa en Rayuela sobrepasa la imaginación, entre los enojos de los personajes, conocemos los detalles del ambiente, en un vaivén sinfónico de las voces que se intercambian constantemente entre los personajes.

Fragmento

Se había puesto a llorar, de un manotazo levantó el pickup con el último acorde y como estaba al lado de Gregorovius, inclinada sobre el amplificador para apagarlo, a Gregorovius le fue fácil tomarla por la cintura y sentarla en una de sus rodillas.

Empezó a pasarle la mano por el pelo, despejándole la cara. La Maga lloraba entrecortadamente, tosiendo y echándole a la cara el aliento cargado de tabaco.

—Pobrecita, pobrecita —repetía Gregorovius, acompañando la palabra con sus caricias—. Nadie la quiere a ella, nadie. Todos son tan malos con la pobre Lucía.

—Estúpido —dijo la Maga, tragándose los mocos con verdadera unción—. Lloro porque me da la gana, y sobre todo para que no me consuelen. Dios mío, qué rodillas puntiagudas, se me clavan como tijeras.Rayuela (fragmento) - Julio Cortázar

Particularidades de Rayuela

Rayuela es una historia diferente, tanto que se puede leer con los capítulos en un orden distinto al habitual, el sugerido por el autor o el que desee cualquier lector. Además de la historia de los personajes, algunos capítulos son recortes de supuestos periódicos, fragmentos de investigación policíaca o teoría literaria pura.

El capítulo 68 es impresionante. Breve pero que desborda la imaginación; el uso de términos nuevos, inventados por él, no limita el que podamos extraer excitantes significados.

Fragmento

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia.
Sigue…

Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias. FINRayuela (fragmento) - Julio Cortázar

Comentario

¿Qué decir después de tan magistral desborde de imaginación? Muestra del estilo característico tan libre de Julio Cortázar, difícil de clasificar o encajonar. Gracias a él se da nuevo brío al género de la novela que en ciertos círculos se decía agotada, expuesta, definida.

Otras obras fantásticas

Son igualmente finas en en su ironía, libertad y vanguardismo, muchas de sus obras. Sumamente recomendables la mayoría de ellas, como Historias de Cronopios y de Famas, 62 modelo para armar (bosquejo de creación de Rayuela -de ahí el nombre-, aunque difícil porque no se tiene clara idea de quiénes son los personajes hasta que se conoce más de la obra del autor), Bestiario, un cuento que como dijo Cortázar: «Yo escribí esos cuentos sintiendo síntomas neuróticos que me molestaban», es una especie de auto análisis psiquiátrico.

«Instrucciones para subir una escalera»

Un breve cuento que vale mucho también para emparejarse con su «locura», su escritura atípica, su muy particular forma de ver el mundo, así que, si tú te sientes algo incómodo con el ambiente que te rodea, ya estás cumpliendo con uno de los requisitos de ser escritor (a).

Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón.
Ahora el ejercicio de completar la tarea para subir un peldaño

Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente.

Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria.

Una complicación final…

La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.'Instrucciones para subir una escalera' - Julio Cortázar

 

Bibliografía de Julio Cortázar

Título Año
Presencia (bajo el seudónimo «Julio Denis») 1938
Los reyes 1949
Bestiario 1951
Final del juego 1956
Las armas secretas 1959
Los Premios 1960
Historias de cronopios y de famas 1962
Algunos aspectos del cuento 1962
Rayuela 1963
Cuentos 1964
Todos los fuegos el fuego 1966
La vuelta al día en ochenta mundos 1967
El perseguidor y otros cuentos 1967
62/ Modelo para armar 1968
Buenos Aires, Buenos Aires (con Sara Facio y Alicia D’Amico) 1968
Ceremonias 1968
Último Round 1969
Casa tomada 1969
Viaje alrededor de una mesa 1970
Relatos 1970
Pameos y Meopas 1971
La isla a mediodía y otros relatos 1971
La isla a mediodía: un cuento completo 1971
Prosa del Observatorio 1972
Libro de Manuel 1973
La casilla de los Morelli 1973
Reunión 1973
Octaedro 1974
Los relatos 1974
Fantomas contra los vampiros multinacionales 1975
Silvalandia (en colaboración con Julio Silva ) 1975
Antología 1975
Estrictamente no profesional. Humanario (con Facio y D’Amico) 1976
Alguien que anda por ahí y otros relatos 1977
Territorios 1978
Un tal Lucas 1979
Un gotán para Lautrec (Con Hermenegildo Sabat) 1980
Un elogio del tres 1980
La raíz del ombú (en colaboración con Alberto Cedrón) 1980
El perseguidor y otros relatos 1980
Queremos tanto a Glenda 1980
París. Ritmos de una ciudad 1981
Deshoras 1983
Los autonautas de la cosmopista (escrito con Carol Dunlop) 1983
Negro el diez 1983
Nicaragua tan violentamente dulce 1983
Salvo el crepúsculo 1984
Alto el Perú 1984
Nada a Pehuajó y Adiós, Robinson 1984
Publicaciones póstumas:
Argentina: años de alambradas culturales 1984
El examen 1986
Divertimento 1986
Cartas desconocidas de Julio Cortázar 1992
Obra crítica 1 1994
Obra crítica 2 1994
Obra crítica 3 1994
Diario de Andrés Fava 1995
Adiós, Robinson y otras piezas breves 1995
Imagen de John Keats 199
La otra orilla 1995
Veredas de Buenos Aires y otros poemas 1995
Los venenos y otros textos 1995
Cuentos completos 1 1996
Cuentos completos 2 1996
El perseguidor y otros textos 1996
Cartas 2000

Lista de escritores

Biografia de Julio Cortázar pdf

Una biografía es una narración de la vida de una persona, es un Género literario al que pertenecen este tipo de narraciones. La biografía de Julio Cortázar de otros sitios no resulta ser un resumen, no es una biografía corta ni una biografía para niños. El enfoque de una biografía con detalles sobre su narración, su narratología, con fragmentos de sus obras permite aprender más sobre el estilo de un escritor; precisamente aquello que tiene mayor interés literario.

Oración para pisotear a los demás

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Cuán satisfactorio resulta unir las manos para desear, elevar un canto al cielo que derogue las leyes físicas o positivas que bifurquen mi desgracia al menos, ahuyentando aves de mal agüero, enviando a otros derroteros el hambre que a mi tocaba. Implorar la magia del destino, la fuerza de lo divino, el azar de los dados o la benevolencia del corte de un mazo de cartas, una oración para que irrumpa en mi futuro, repare el pasado o aflore mi presente.

Oración para la desigualdad

No es secreto para nadie el optimismo que alegra a unos convierte en perdedores a otros, en un partido de fútbol o en una guerra donde mueren millones; ¿se ganan batallas con la fuerza de un brazo o arrebatando el arma al contrincante? Quedar inmune de las balas por escudos protectores construidos con sudor de los esclavos, engañados, sometidos, obligados con cañones en la sien, que mueren si desobedecen en zonas de paz.

Pararme frente al escaparate a desear esas telas confeccionadas para deslumbrar al enemigo al que debo conquistar, pisotear o desprestigiar con tal de elevarme en un altar alto e inalcanzable, donde basta con desear una vida de sonrisas, a costa de los demás. Mi mente debe estar podrida si creo que mi bienestar es el de otros, si mi castillo da de comer a los menesterosos que viven en torno a él.

Oración para no caer en desgracia

Es cómodo, sin embargo. Yo aquí, y los demás, allá. Si me inundo en el fango de arenas movedizas no podré ayudar y tener un refugio seguro en los soberbios pedregales me orilla a olvidar las penas de quienes no quieren salir de sus desgracias. Por eso ruego no caer junto a sus lastimeros aullidos, no sea yo uno más en la larga lista de miserables.

No saberlo es mi paz. El mundo está lleno de horrores y maldiciones ocultos bajo el manto de mi capa, pisoteados por mí ignorancia, mi desprecio y desdén. Porque mi perro tiene escuela para ser domesticado, aunque otros vivan bajo techos de cartón.

Oración para vender

Mejor les vendo la idea de construir sus propias esferas de cristal, yo mismo las construiré y les dejaré más pobres aún, soñando con pagarlas a largos plazos y quedándome con ellas por su incapacidad de cubrir los intereses. ¡Seré más rico y dormiré más tranquilo! En mi mano les daré de comer las migajas que me sobren. Mostraré mi poder.

Al final, por rezar al cielo, les habré curado de una vida inmunda, y veré cómo ellos, por maldecirme, se pudrirán en el infierno. Seré dueño del paraíso, mis alas serán sus grilletes. Volaré majestuoso por las nubes, viendo cómo ellos se arrastran en las llamas, en la aridez de su vida. Seré un privilegiado, como siempre fui destinado a serlo, dueño de todo, del destino, del futuro, del tiempo.

Oración para la paz interior

Prefiero una oración que repartir mis bienes a otros, conciencia sana, diezmo inútil, pintura refrescante, perfume de mi ingratitud. Pondré cercas y fronteras al dolor ajeno, que su ignorancia no turbe la mía. Mis tiempos compartidos serán contradictorios, porque no quiero la simultaneidad, no se puede gobernar en comunidad.

No puedo desear para ellos mayores desgracias, mis glorias caminan sobre ellos; siembran los frutos que lucen en mi mesa, tallan los muebles que decoran mi casa, pierden todo lo que yo gano. Soy su banquero, su rémora, su político vividor, ellos sudan por mí, caminan y se cansan mientras sus oraciones se llenan de agradecimientos por extender mis brazos hacia ellos.

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