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Entraste a tu primer empleo trayendo tu bicicleta, esa misma que cambiaste con un vecino cuando dejaste la infancia. Llegaste con esmero procurando desquitar el sueldo que entonces te sobraba y decidiste compartir una parte con tu madre para los gastos de la casa. De cualquier forma tenías para comprar lo que deseabas: ropa, música, un celular. Si hubieras sabido que serías un empleado por siempre…

Es inevitable decir que mientras seas emplead@, recibirás las reglas de otro para hacer que él o ella gane el dinero que en sus proyectos ha definido; generalmente, tus incrementos no aparecen en su lista de “inversiones”. Algunas empresas, quizá más grandes, creen que tú eres una buena inversión y buscarán que te quedes a cualquier precio. Habría que ser una lumbrera.

Foto: pymenews
Foto: pymenews

Las empresas más pequeñas no se pueden dar el lujo de pagar grandes sueldos. Sus ganancias no son suficientes para ello. Se diluyen en rentas, luz, teléfono, impuestos. Los más grandes sí; pueden comprar el terreno, generar su propia energía, y como venden mucho, los gastos se difuminan por unos cuantos centavos en sus precios. Y tú, en medio de eso, te esfuerzas por sobresalir. Lo que no sabes es que serás emplead@ por siempre. Los gastos cuando creces serán más, el sueldo no. Crece mucho menos que la inflación. Si deseas tener un automóvil y puedes comprarlo con tu fondo de ahorro, sin saberlo, estás haciendo que crezcan mucho tus gastos: gasolina, revisiones contaminantes, multas, licencias, etc. Lo mismo el día que tengas una casa.

¿Quiénes están condenados?

Lo que no sabes es que el porcentaje más alto de la población nunca podrá dejar su empleo para volverse independiente (que también tiene sus riesgos). Más del 80% de trabajadores nunca se vuelve independiente. La cifra fluctúa por países, pero sólo en países “desarrollados” disminuye hasta la mitad esta cifra, pero no más. Así que entre un 40 y un 80% de los empleados, siempre serán empleados. Luego crecen los problemas de salud y las necesidades de los hijos. Es muy probable que debas trabajar en otra empresa o ser emprendedor de medio tiempo, vendiendo ropa, alimentos, o lo que se te ocurra.

diabloQuienes se interesan por salir adelante buscan opciones: estudiar, ahorrar, pedir préstamos, y pueden aspirar a un mejor empleo o independizarse con serias tribulaciones, al menos al principio; por lo general, las primeras etapas de emprendimiento (salirse de una empresa para ser su propio patrón) son muy complicadas, pues no se tiene una base de clientes lo suficientemente amplia para pagar los préstamos o recuperar la inversión y terminan cerrando, regresando a las jornadas de trabajo como empleado.

Si se logra subir de puesto, puede adquirir créditos y comprarse una casa, desde interés social hasta residencias, dependiendo del caso. Les sucede lo mismo: trabajar más, porque no alcanza. Los gastos de las escuelas o de salud se incrementan también. Suelen necesitar seguro para el auto, asistir con ropas finas a eventos caros, etc. Pero en la medida en que ellos van obteniendo mejores ingresos para sí mismos, sus patrones multiplican sus propias ganancias a niveles impensables.

Así que la reflexión está en esto: si tienen más empleados, es porque el negocio lo demanda y pueden pagarlo; pueden comprar máquinas que les ahorran nómina y ganar más y más y más. Ser empleado por siempre es alimentar monstruos.

¿Cómo dejar de ser empleado por siempre?

Foto: Quadratín
Foto: Quadratín

Si quieres dejar de ser un empleado por siempre no te gastes, en primer lugar, todo tu salario desde el primer empleo: ahorra. En segundo término, aprende; conoce los pormenores de una empresa, el significado de capital, inversión, dirección empresarial. Aprende sobre cuentas y cheques, préstamos (y los abusos del ramo), no uses tarjetas de crédito o aprende a usarlas para que no terminen comiéndote. Procúrate becas para estudiar en los tiempos libres y no te gastes los ahorros en borracheras. Si decides casarte que sea cuando ya tienes resuelto el problema de la vivienda, que suele dar dolores de cabeza a los matrimonios.

Lee mucho, de todos los temas y antes de los 30 tendrás tu propio negocio próspero. Si tienes suerte, porque tampoco es una garantía en un mundo tan ambicioso, que está en manos de unos cuantos multimillonarios. Pelear un lugar en el mundo de los “solventes económicos” es colocarse en una meta que sólo alcanza el 20% de la población. Pues las injusticias sociales son muchas y, si tienes un empleo, siempre van a estar amenazándote con que lo cuides, porque muchos no tienen trabajo. Como si quisieras ser empleado por siempre, porque así se enseña en las escuelas: estudia para que tengas un trabajo y te contraten las empresas.

Mejor te digo: estudia mucho más de lo que tus maestros te dicen, para que seas tu propio patrón y otros trabajen para ti. Sólo que si les das trabajo y llegan en bicicleta, que pasados 20 años, lleguen en automóvil. Ayúdalos a prosperar, enséñales a organizar sus finanzas, muéstrales el valor del emprendimiento y en su momento, déjalos volar, dales un impulso. Nunca faltará quien quiera trabajar para ti con fidelidad. Y lucha por causas sociales, procura cambiar el destino de muchos que viven esclavizados en el sistema actual.

En la columna lateral, arriba: Formulario de suscripción. ¡Gracias!
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Por Joe Barcala

José Luis García Barcala, Joe Barcala, es Maestro en Literatura y Licenciado en Comunicación. Nace el 6 de septiembre de 1967 en el Puerto de Veracruz. Tiene 8 obras publicadas y publica en distintos espacios.

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