De las veredas en los pueblos,
de un templo diáfano y alegre,
corriendo y caminando vienen
hombres y mujeres libres
dispuestos a cambiar el rumbo;
unidos en una sola voz profunda,
clamando con fuerza y entereza,
denunciando las falacias,
con cánticos tristes bociferan
el hurto de sus tierras
en busca de aquellos que no vuelven;
fincan su morada en una plaza,
llaman la atención del mundo,
hacen con su cuerpo un eslabón
de la cadena irrompible que entre hermanos
se sostiene en ella la batalla
que derrota, que subraya,
que en los ojos más llorosos reclama
la sequía de la tierra, la miseria,
el hambre de este drama,
junto a la bandera que aglutina
pero que no tiene más respeto,
si esa misma sirve en guillotina
sumiendo a todos vergonzantes,
enclaustrados y conducidos cual ganado
al matadero de la mano del verdugo.
Sugerido: Alza a la gasolina en 2017 enoja a millones de ciudadanos
Una gesta heroica viene entrando
a quemar al líder del infierno,
a enjuiciar con leyes más humanas
que las hechas por tiranos,
el hurtado bien de esta nación
la paz, la justicia, la educación
la libertad, el tiempo y el recuerdo
a los que me cansé de esperar,
a quienes no puedo olvidar,
y a esos que van a heredar
hijos de mi tierra y de mi alma;
por ellos camino hasta el encuentro
de este día soberano del hermano;
si no es por mi, si es por ellos,
por quienes nunca fueron escuchados,
por los que murieron enfrentando
sin saber a quién defendían.
En el paredón de los fusiles
pondremos los rostros de esos
de los asesinos de un pueblo,
los ambiciosos y corruptos,
les llegó el día de dar cuenta
de las fechorías y perversiones
del abuso y el ultraje,
del engaño y el control,
de su mierda cultural y progresista,
que sepultó los corazones
arrebatando a los ancestros
dueños paternales de este pueblo,
olvidados con la pluma de sus cheques
que les dieron lujos, viajes, casas,
mutilando el brazo y lomo,
montados sobre ellos como amos,
pisando el derecho y el orgullo
y llenando sus carteras desfondadas
sobre sangre noble, fiel y humana.
Sugerido: Reflexiona: ¿de quién es el país?
Caminamos y por ellos vamos
lucharemos por lo nuestro convencidos,
en unión que hermana a estos hijos,
de una noble tierra sagrada
que nos pertenece, que heredamos
y que hoy en el luto de nuestros muertos
con agujas clavadas en los poros
hambrientos y desesperados,
horrorizados y enojados,
empuñaremos enérgicamente
con la fuerza de un apellido solemne
que es el de ser mexicanos,
imponiendo nuestra ley, la buena
la que es justa, la humana y verdadera,
esa que sí es nuestra bandera,
de esperanza, paz y nobleza,
garante de nuestros valores,
símbolo del tiempo que lucharon
y que con sangre forjaron
hombres y mujeres del pasado,
y la que traerá la paz, crecimiento,
fuente de dignidad y honorabilidad
que devolverá el tesoro de la libertad.